El problema fundamental de la vida es un problema ético. ¿Cómo actuar hoy para crear un mundo más humano? ¿Cómo actuar de manera humana para crear un mundo mejor?
sábado, 10 de diciembre de 2011
viernes, 9 de diciembre de 2011
No soy
Seco. Sin ideas. Con la mente en blanco. Sin ninguna ocurrencia. Con las puertas cerradas por dentro. Con lágrimas, pero sin ganas de llorar. Sin sonrisas y sin ganas de sonreir. Quieto. Marmolizado. Insensible. Sin imaginación. Sin historias. Sin futuro. Sin presente. Supongo que con pasado, pero sin ganas de mirarlo. Estoy, pero no soy.
jueves, 8 de diciembre de 2011
Los niños con sus músicas
Lo malo de estos niños maleducados, que van con sus músicas a todo volumen por la calle, por el autobús o por donde les da la gana, no es sólo que molesten y que les dé igual hacerlo o no, sino que la música que oyen es muy mala, que se están acostumbrando a valorar sólo lo de mala calidad y que les gusta más el ruido que el buen sonido. La degradación a la que está llegando el ser humano se pone de manifiesto con mucha claridad en estos elementos de tan pobre personalidad. Aterra pensar qué va a ser de ellos el día de mañana. Y de nosotros.
miércoles, 7 de diciembre de 2011
Tatuajes
Conozco a personas ilusionadísimas por hacerse un tatuaje y a personas fastidiadísimas porque se lo quieren quitar. Debe de ser emocionantísimo jugar con los tatuajes, pero no sé si en realidad merecerá la pena. Todo es efímero en la vida, pero especialmente las modas. Deberías pensarlo.
martes, 6 de diciembre de 2011
Puse el otro día en una red social lo siguiente:
"Si corriges en verde indicas, sugieres, propones... En rojo tachas, censuras. Lxs alumnxs se hunden con tanto rojo! "
Copio aquí los comentarios de Patricia del Amo y mía por si a alguien dedicado a la enseñanza le son útiles.
Patricia: Yo quiero decir que los doce cursos en que llevo siendo profe sumados a un año más en educación no formal, utilizo el color verde para corregir. Cuando los alumnos me entregan un texto, se lo devuelvo con anotaciones al margen siguiendo unas claves para que ellos se lo vayan corrigiendo en una hoja que tenemos para ello y de esa manera se fijen en lo que les he marcado. Para aquellos chavales que están aprendiendo a escribir o que arrastran graves problemas de lectoescritura porque escriben todo seguido sin utilizar signos de puntuación o no saben separar palabras o emplear las mayúsculas adecuadamente, además de los normales errores de grafías o tildes, no se les pueden marcar todas las faltas a la vez porque eso no sirve de nada. Yo voy eligiendo qué aspecto es el más importante a fomentar en ese alumno y es lo que le señalo para que se vaya fijando, lo vaya interiorizando y luego poco a poco les voy señalando otros aspectos. En fin, entregar un texto o un examen plagado de marcas rojas y tachaduras no sirve de nada porque la mayor parte de las veces los chavales ni lo miran. Siempre intento resaltar uno o dos aspectos positivos de lo que me presentan y detallarles aquello que pueden hacer para mejorar. Mis alumnos ya lo saben y esperan con ganas la devolución de sus escritos para ver lo que les he anotado. Y entre ellos se dicen "Eh, no escribas en verde que es el que utiliza la profe"
Manuel: Yo siempre corregí en verde. Tiene un valor simbólico y creo que ayuda a que el alumno no vea la corrección como un juicio, sino como una ayuda para que siga aprendiendo. Lo aprendí cuando corregía ejercicios de alumnos que seguían una enseñanza a distancia, que estudiaban solos y que esperaban la devolución de los ejercicios corregidos como agua de mayo. Yo veía que una compañera incrustaba unos tachones profundos, rojos y condenatorios en las actividades y me imaginaba cómo recibiría el alumno tales mensajes. Me parecía un disparate pedagógico y humano. Decidí entonces adoptar el verde y hacer correcciones constructivas, positivas, edificantes, que ayudaran al alumno en lugar de frenarlo y de contribuir a hundirlo, y que junto a sus errores, mostraran formas de superarlos y un reconocimiento a sus logros. J L Sampedro siempre dice que la enseñanza no es más que amor y provocación. La provocación no es más que descubrir el porqué del problema, para que el alumno tenga ganas de encontrar la solución y sea significativa para él. Pero sin el amor, la enseñanza no tiene sentido ni es útil. El amor también es verde.
lunes, 5 de diciembre de 2011
La PPutada
Si quieres hacer una PPutada, abre la PPuerta de tu casa de PPar en PPar, PPon música celestial, PProclama a voz en grito que eres mucho mejor que todos tus vecinos e invita a la gente a entrar. Una vez dentro, cierra la PPuerta con llave y se la haces.
domingo, 4 de diciembre de 2011
Promesas, pero menos
Cuelgo esto aquí porque me parece importante. De vez en cuando lo volveré a poner para que no se nos olvide.
sábado, 3 de diciembre de 2011
La mujer y el peligro del tradicionalismo
Siempre actuamos movidos por algo. Hay veces en las que ese algo que nos mueve a actuar son las tradiciones, esto es, ciertos comportamientos heredados, pero que carecen de una justificación racional. Las tradiciones nos llevan a hacer cosas porque siempre se han hecho así, no porque entendamos con la razón que son buenas y adecuadas. Repetimos comportamientos una y otra vez, pero sin saber realmente la razón de por qué lo hacemos. Nos basta con conocer que siempre ha sido así. Muchas de las costumbres sociales y muchas de las normas de las diversas religiones responden a estos esquemas tradicionales. Es más, son las religiones las principales responsables de la perpetuación de estas tradiciones.
La mayoría de las de las tradiciones con las que convivimos son machistas y suponen un trato diferente a la mujer respecto del hombre, por el mero hecho de ser mujer. En cualquier sociedad estructurada sobre la razón esto no debería ser así, pero todavía el desarrollo humano está lejos de crear un mundo igualitario, sin discriminaciones ni injusticias, y la mujer sigue siendo la víctima de unas costumbres basadas en el patriarcalismo, en el deseo y la conveniencia de la explotación de la mujer, en la misoginia y en una interesada y nunca demostrada -porque es indemostrable-superioridad del varón sobre la mujer.
Muchas veces la mujer vive estas situaciones sin entenderlas, alienada sin saber que lo está, aceptando su situación como si fuera natural y sufriendo, incluso con alegría, una situación inhumana que, si su concepto de cultura fuera el adecuado, rechazaría por interesada, por contraria a los derechos humanos y a su condición de persona. Otras, las menos, se rebela contra lo injusto de la situación y entonces cae sobre ella todo el peso de la sociedad machista, que defiende sus privilegios sexistas a cualquier precio.
Es la cultura racional y humana la única capaz de acabar con estas tradiciones malsanas, generadoras de sufrimientos y muy alejadas de un concepto de lo humano en el que puedan caber todas las personas con los mismos derechos. Cuando lo normal sea que las personas actúen siguiendo una cultura que incluya normas basadas en la razón, en lugar de hacerlo mecánicamente, repetitivamente, siguiendo tradiciones ajenas a los derechos humanos, el mundo será realmente otro y en él cabremos todos en un ámbito de igualdad.
El artículo que enlazo aquí me lo ha suministrado Ana Belén Plaza, periodista y amiga, que vive en India desde hace algún tiempo. Relata con casos concretos los problemas vitales que sufren las mujeres indias por el mero hecho de ser mujeres y porque la sociedad en la que viven se rige por tradiciones no racionalizadas, en donde la cultura humana está aún lejos de la vida cotidiana.
La narración es muy dura. Puedes verla aquí. Se titula India: un país sin hijas.
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