domingo, 15 de febrero de 2009

Lesbianas, censura y ¿educación?

Por si acaso no ha quedado claro lo sucedido con un post anterior de este blog, quisiera exponerlo aquí de nuevo.

La Comunidad de Madrid considera que los alumnos de Secundaria no deben poder acceder desde algunos de los ordenadores de los Institutos a sitios de Internet en donde se hable, por ejemplo, de lesbianas. Al parecer, el 10% de la población es homosexual, pero la táctica educativa de esta Comunidad es procurar que los alumnos no se enteren y que miren para otro lado. Supongo que, como consecuencia, querrá también que si una alumna es lesbiana, que sufra y que no sea como es, sino como la Comunidad quiere que sea, es decir, heterosexual. Y esto, porque a la Comunidad le dé la gana.

Para conseguir este objetivo, la Comunidad de Madrid aplica unos filtros a los ordenadores. Como consecuencia de tal aplicación, cuando alguien busca una página sobre lesbianas, el ordenador se lo impide y sale un aviso de que el tema entra dentro de la 'pornografía' (sic).

Esta es la situación que promueve sin ruborizarse la Comunidad de Madrid. Lógicamente, el alumno o la alumna que quiere informarse sobre el lesbianismo, lo consigue. Y también consigue mandar a tomar vientos a los regidores de la Comunidad de Madrid y convencerse de que los responsables de estos desvaríos no alcanzan la mínima categoría que se necesita para ser considerados como seres humanos. La degradación de lo que ocurre en esta Comunidad está alcanzando ya cotas tan inhumanas y tan negativas que no sé si la situación será ya irrecuperable.
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Menos mal que ya está aquí el Carnaval / 3

De nuevo 'Los curas de pueblo', esta vez ejerciendo de exorcistas.


sábado, 14 de febrero de 2009

Menos mal que ya está aquí el Carnaval /2

Una de las mejores chirigotas callejeras salió el año 2001 con el título de "Los curas de pueblo". Aquí hacen su versión del descubrimiento de América o, lo que es lo mismo, la historia de la papa, el riquísimo tubérculo tan habitual hoy entre nosotros. Disfruta.



jueves, 12 de febrero de 2009

Paseando por la vida / 39 / Espías


Fotografía obtenida en la calle de la Montera, en Madrid.
"Vigila lo que puedas ... como puedas": es el todo vale tecnológico.
Si entras en la página web, algo raro te pasará por dentro. Si eres profesor, se te helará la sangre. Y si eres un ser humano de buena voluntad, no tendrás más remedio que ponerte a pensar.

miércoles, 11 de febrero de 2009

Menos mal que ya está aquí el Carnaval /1

Ya está ahí al lado el Carnaval. Unos dicen que es el tiempo de ponerse un disfraz y salir a la calle como si uno fuera otro. Yo creo, más bien, que en Carnaval se quita uno el disfraz que lleva todo el año y que puede ser tal como es.

Sea como sea, te voy a poner aquí a lo largo de unos días algunas muestras de humor, de humor libre, de mucha guasa. Espero que lo disfrutes.

Este es un romancero de un clásico del Carnaval de Cádiz: Salvador Fernández Miró. El tema de esta grabación es 'La muerte'.


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martes, 10 de febrero de 2009

La ciencia y la religión


El ser humano, a lo largo de su vida, debe hacer dos cosas: intentar conocer el mundo en el que vive y decidir cómo debe ser su actuación para que sea la propia de un ser humano. Son el conocimiento y la ética.

En el conocimiento nos encontramos con un problema que ya está resuelto desde hace mucho tiempo, pero que la ignorancia o quizás ciertos intereses hacen que se mantenga como problema. Es el de si el conocimiento aceptable lo suministra la ciencia o si la religión es una fuente, no sólo de esperanza, sino también de conocimiento. Se trata de decidir si lo que conozco es lo que sé y puedo demostrar o si, por el contrario, es lo que creo y lo acepto mediante la fe.

Este tema, teóricamente ya superado, pero prácticamente vigente por lo que se ve, es tratado por el catedrático de Historia de la Ciencia de la Universidad Autónoma de Madrid, José Manuel Sánchez Ron, en el excelente artículo El ejemplo y las lecciones de Darwin, aparecido en El País del 1 de febrero pasado.

Resalto aquí algunos párrafos del mismo.


Debatimos insistentemente -ahora estoy pensando en España- acerca de los programas educativos para nuestros jóvenes; por ejemplo, si es aceptable o no imponer asignaturas como Educación para la Ciudadanía, ante la cual algunos argumentan que limita la libertad de los padres a ejercer sus derechos en la formación (moral y religiosa) de sus hijos. Y, mientras tanto, la enseñanza de ciencias sufre cada vez de más carencias.

No parece preocuparnos demasiado, por ejemplo, si se enseñan adecuadamente sistemas científicos tan básicos como la teoría de la evolución de las especies. El pasado noviembre, se publicó un libro en el que se adjudicaba a la Reina, doña Sofía, la siguiente manifestación: "Se ha de enseñar religión en los colegios, al menos hasta cierta edad: los niños necesitan una explicación del origen del mundo y de la vida".

Podrá resultar doloroso a algunos, pero la única explicación que da lugar a comprobaciones contrastables sobre el origen del mundo y de la vida procede de la física, de la química, de la geología y de la biología. La religión pertenece a otro ámbito.

¿Es legítimo ocultar a los niños ese mundo científico, condicionando así sus opiniones futuras, en aras a algo así como "mantener su inocencia", o por las ideologías de sus padres? Haciendo públicas sus opiniones en una cuestión cuya importancia no puede ignorar, y por la elevada posición que ocupa, doña Sofía hizo publicidad de una determinada forma de entender el mundo, que jamás ha recibido comprobaciones contrastables.

Una forma, además, que, al menos en España, de la mano de la jerarquía católica, pretende intervenir en apartados que pertenecen al poder legislativo, como son los programas educativos o lo que es admisible o no en los tratamientos médicos (no puedo olvidar en este punto las manifestaciones de la Conferencia Episcopal Española a raíz del nacimiento, en octubre de 2008, de un niño tratado genéticamente para curar a un hermano que sufría anemia congénita: "El nacimiento de una persona humana ha venido acompañado de la destrucción de sus propios hermanos a los que se ha privado del derecho a la vida"; palabras no sólo cuestionables desde el punto de vista de la ciencia sino también, en mi opinión, carentes de compasión ante el sufrimiento ajeno).

Necesitamos educar en la ciencia a nuestros jóvenes; no, naturalmente, para que entiendan que ella es el juez supremo para las opciones que quiere asumir una sociedad democrática. La ciencia es, simplemente, un instrumento -el mejor- que los humanos hemos inventado para librarnos de mitos, orientarnos ante el futuro y protegernos de una naturaleza que no nos favorece especialmente
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domingo, 8 de febrero de 2009

Más madera / 12 / Espías


El País del domingo 1 de febrero traía un reportaje titulado El PP se enfrenta a sí mismo, en el que se situaban unas declaraciones de un experto en comunicación del propio partido. La traigo aquí porque pueden ser muy útiles para entender lo que han venido montando estos autodenominados políticos.


Aguirre ha convertido un problema de la Consejería de Interior de Madrid en un problema de todo el PP. Un experto en comunicación del PP, que no simpatiza con la presidenta, cree que el equipo de Aguirre ha hecho todo lo que no debe hacerse en una crisis. "Primero lo niegan todo y se definen como víctimas. Eso no se debe hacer, es lo que hacen los culpables. Lo primero siempre tiene que ser demostrar la inocencia". Pero además, "después, reparten la mierda. Y por último, matan al mensajero".

Es duro que tengan que demostrar su inocencia, pero, al parecer, así funcionan estos señores. Lo que los convierte en pardillos es que después de todos los indicios que van saliendo, hayan hecho justamente lo contrario de lo que procedía hacer. Mal acostumbrados están.
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sábado, 7 de febrero de 2009

Machismo /14 / Neoliberalismo sexual


Siempre me ha parecido un crimen perseguir, marginar o discriminar a los seres humanos que tienen los ojos, el pelo o la piel de un determinado color. Son seres humanos y punto.

Por la misma razón no encuentro ninguna justificación racional a la persecución, la marginación o la discriminación de las personas por su orientación sexual, sean lesbianas, gays, transexuales o bisexuales. Y, sin embargo, estos seres humanos no son siempre tratados como personas con todos sus derechos.

Como esto me parece injusto, intento ser solidario con ellos. Por esta razón incluí ayer en el blog un post con un enlace al blog karisma.les, que defiende los derechos de estas personas.

Pongo en conocimiento de los lectores de este blog que he intentado entrar en dicha dirección desde unos ordenadores suministrados por la Comunidad de Madrid a Institutos de Educación Secundaria y me ha salido un anuncio que me denegaba el acceso por tratarse de páginas de “pornografía”.


Así se educa en la Comunidad de Madrid.



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Paseando por la vida / 38 / El desierto




Hay títulos de calles que no se sabe de dónde proceden. Pero algunos de ellos parece que esconden un verdadero misterio, como el de esta foto que me envía David Francisco. ¿Hay un oasis en Madrid? ¿Lo hubo? Si hay un oasis, es que hay un desierto. ¿Hay un desierto en Madrid? ¿En dónde? ¿En algún teatro o en algún museo? ¿Será que Madrid es un desierto y los coches en realidad son camellos y dromedarios? ¿Por qué se llamará una calle de Madrid ‘calle del oasis’?

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jueves, 5 de febrero de 2009

Lo que hay que ver / 7 / El encuentro


En el Teatro Español, de Madrid, se representa hasta el 22 de febrero la obra de Jean-Claude Brisville, EL ENCUENTRO de Descartes con Pascal joven. Los actores son Albert Triola y Josep-Maria Flotats, correspondiendo también a este gran actor catalán la versión y la dirección de la función.

El interés de la obra está, sobre todo, en que se muestra en ella la contraposición entre el hombre antiguo, simbolizado aquí por Pascal, y el moderno, que encarna Descartes. Se nos presenta en la obra a un Pascal tremendamente fanatizado por una religión católica que empieza ya a perder su papel de criterio único que había gozado desde hacía tantos siglos. Desde esta creencia dice cosas que hoy nos pueden parecer un tanto trasnochadas, pero que sin duda se encuentran en el fondo de la mentalidad de muchas personas: la mayor valoración del dolor que del placer, la relativización de la ciencia frente al absoluto valor de la fe en Dios o las rancias discusiones sobre si una señorita que ha comulgado por la mañana puede ir a bailar por la tarde. Estoy seguro de que no son problemas éstos tan pasados de moda para mucha gente. Frente a él se propone a Descartes como un ser de este mundo, defensor de la razón como criterio, sin renunciar a la fe, pero sí a una fe vivida en la clave fanática en la que la vive Pascal.

Pongo aquí la sinopsis que publica el propio Teatro:

Sinopsis:

Sólo una vez se encontraron Descartes y Pascal, los dos filósofos más importantes de su siglo: fue el 24 de septiembre de 1647, en el convento parisino de Los Mínimos, y su entrevista duró varias horas. Ninguno de los dos escribió sobre lo que hablaron, y eso permite al dramaturgo Jean-Claude Brisville imaginar el encuentro de dos experiencias vitales y de dos pensamientos filosóficos. El encuentro escenifica ese enfrentamiento de dos personalidades y de dos vidas fascinantes que, por distintos motivos, siguen perteneciendo a nuestro tiempo.

Cuando se produce ese encuentro de las dos mayores figuras del pensamiento del siglo XVII, Descartes tiene 51 años y ya ha escrito su obra maestra, El discurso del método, texto revolucionario en la filosofía occidental que une moral y lógica, y tiene en gestación en su mente el Tratado de las pasiones del alma, concluido en 1649, pocos meses antes de su muerte, en el que une moral y psicología. Pascal, en cambio, es un joven de 24 años, al que ya se considera un genio por varios inventos científicos que ha ideado, entre ellos una máquina aritmética antecedente de los actuales ordenadores; en ese momento, Pascal está inmerso en una profunda crisis existencial que, con la fe del converso, se preocupa más de reformar a los demás que de reformarse.

La admiración que ambos sienten el uno por el otro no oculta su radical oposición de ideas y de formas de vivir. El encuentro escenifica ese enfrentamiento de dos personalidades y de dos vidas fascinantes que, por distintos motivos, siguen perteneciendo a nuestro tiempo.

Basándose sobre todo en la voluminosa correspondencia dejada por los dos grandes filósofos para indagar mejor y profundizar en su humanidad, Jean-Claude Brisville nos ofrece un texto de gran altura con diálogos y réplicas dominados por el humor y la ironía, finísimos diálogos que exigen un elevado sentido de la melodía. Tiempos, ataques, pausas, rubatos y largos que nos remiten al universo mágico del lied schubertiano, al goce de la escucha del contenido y de la musicalidad de la palabra; texto e ideas suponen, para el intérprete, el placer sensual de morder en ellos como en una fruta jugosa; y para el público, la sensación de sentirse, una vez oídas melodía y palabra, más inteligente, más humano.