
Como docente estás equipado con tus mejores armas para afrontar el nuevo curso escolar. O al menos quieres creer que es así siempre, pero, como sucede en otros casos, la realidad supera a la ficción, y, en ocasiones, te puedes encontrar con verdaderas situaciones que nunca antes te habías siquiera planteado. Una de ellas es la que me ha sucedido recientemente, y que he notado que parece ser una realidad a la que deberíamos irnos acostumbrado con las nuevas generaciones...
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