viernes, 30 de junio de 2023

El milagro





Paseo por Madrid. Por diversos motivos, por Sol y por el barrio de Salamanca. Con este calorazo no hay quien pase por Sol, así que vamos por los alrededores con sombra. Esta ciudad ya no es lo que era. Es una ciudad fea, sucia y sin encanto. Creo que cualquiera puede sacar la conclusión de que los ciudadanos les importamos un comino a los gobernantes. Prohibiciones, suciedad y policía. Había conciertos para conmemorar las fiestas del Orgullo. Por lo visto no hay personas más peligrosas que los LGTBIQ+. Nunca vi tantísima policía junto a un concierto en el centro de la ciudad. La taxista decía que nadie cumple las normas: ni los conductores ni los motoristas ni los ciclistas ni los de los patinetes, que cada uno hace lo que le da la gana. Pienso que, sin embargo, la policía va a donde están los LGTBIQ+. La ciudad está sucia, muy sucia. Parece que hace mucho que no pasan a recoger la basura de las papeleras. Es degradante. Entramos en un bar. Antes era un bar pijo, cuando los pijos tenían algo de cultura, pedían la vez en la puerta y cumplían algunas normas sociales. Ahora los pijos se han adocenado. No piden el turno en la puerta. Entran y se aposentan en donde les da la gana. Los tienen que echar porque hay reservas, pero se van como ofendidos. Hablan a gritos. Recuerdo sucesos vividos en este bar que daban para un relato interesante. Había golfos ricos, pero tenían una cierta clase. Ahora hay individualistas que buscan instalarse para resolver el problema de SU hambre, de SU sed, de SU ligue o de SUS historias. Pero resolverlo como sea, que les da igual. La cocina del bar también se ha vulgarizado y ha perdido el antiguo encanto. Esto ya no es lo que era. El tiempo corre que vuela, pero ahora lo hace hacia algún lugar en el que no hay nada apetecible. El paisanaje está perdido. El paisaje está nublado. El país vegeta. Hace falta un milagro.




No hay comentarios:

Publicar un comentario

Puedes expresar aquí tu opinión.