He tenido la oportunidad de ver en el
Teatro de La Latina, Fedra, la obra de Paco Bezerra,
dirigida por Luis Luque, basada en una de las versiones que
hizo Eurípides sobre el enamoramiento de la protagonista y su
hijastro. Es un texto muy bien escrito que pone sobre la mesa asuntos
tan centrales como la posibilidad del amor, de la libertad, el
sentido de la verdad y de la mentira, la importancia de los
sentimientos en la vida de una persona o la comprensión del otro,
que permite la lealtad antes que el juicio. Un texto para meditarlo.
La interpretación me ha parecido
magnífica. Lolita Flores brilla haciendo una Fedra que
convence por la naturalidad y la fuerza con las que logra que
aparezca. No hay que perderse la enorme expresividad de las miradas
de Lolita. Parece una actriz consumada y seguramente lo es. Juan
Fernández, Críspulo Cabezas y Eneko Sagardoy
dan vida con convicción a los papeles masculinos, especialmente, a
mi modo de ver, el segundo de ellos, interpretando a Hipólito.
Es indescriptible el placer de ver y, sobre todo, oír decir el texto
a Tina Sainz. Una vocalización perfecta en un tono siempre
adecuado y a un ritmo que permite al espectador seguir con facilidad
sus argumentos. La puesta en escena es muy sugerente y la dirección
está encaminada a darle importancia al texto sobre todo lo demás.
El vestuario de Almudena Rodríguez Huertas me pareció muy
elegante. La obra me ha emocionado.
Fedra triunfó en el Festival de
Mérida, lo hace en Madrid y dentro de unos días lo hará en Murcia
y en Córdoba. Hay que ver esta obra.
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