Todos somos débiles.
No asumir racionalmente nuestra propia debilidad nos hace aún más débiles.
La humildad consiste en aceptarse tal como se es, pero el débil cree que la humildad lo va a hacer más débil, y se vuelve terco, insistente y ridículo.
El débil cree que tiene la necesidad siempre de vencer, de llevar la razón, de sentirse superior.
No quiere ser él, sino aparentar ser alguien superior.
Cree que esa maniobra no se le va a notar, pero sí se le nota y cae en el ridículo.
Los débiles buscan las apariencias porque viven de ellas.
Se mienten a sí mismos, pero en el mundo fantástico en el que viven se sienten superiores.
Mientras no se asuma la realidad de como se es, el camino de la debilidad va cuesta abajo.
Buenas noches.