Nació en un tiempo en el que los hombres temían a la soldadesca del rey, la de los nobles aliados a él y la de los nobles traidores, pero también temían a los vikingos que acechaban al norte y a los moros que hacían incursiones desde el sur. Nació en un tiempo en el que las mujeres temían las mismas cosas que los hombres, pero además temían a los hombres. En los púlpitos no se dejaba olvidar a unos ni a otras que Dios había creado primero al hombre y solo después, con una de sus costillas, a la mujer, a él supeditada; que fue culpa de su mala cabeza que se perdiera el Paraíso y acometieran a la Humanidad toda suerte de males. No lo dudaba la pequeña Ende, pero...
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