5 de marzo de 2016
Lo peor es el odio. El odio se expande como una mancha de aceite entre quienes son proclives a odiar. Hay personas muy débiles, con poco criterio, que en cuanto ven a alguien odiar, odian ellas también.
A diferencia del amor, que se extiende a duras penas, poco a poco y trabajosamente, el odio crece y crece con la rapidez de lo fácil y la seguridad de lo gratificante.
No, quizás lo peor no sea el odio, sino la predisposición a odiar. Quien odia no lo nota, pero desde fuera se ve a quien odia y cómo odia y cuánto odia. Tendríamos que dejar de odiar. Es el más egoísta de los vicios. Buenas noches. Besos y abrazos. Y, por favor, amor racional.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Puedes expresar aquí tu opinión.