Mañana es el Día Internacional de la Mujer. Reproduzco aquí la entrada publicada en este blog el 16/9/2009.
“La angustia por lo que me dirá que he hecho mal cuando venga. El miedo a qué se le ocurrirá hacerme. El terror a cómo me pegará hoy. El desconsuelo por lo que verán hoy los niños. La desesperación por no saber qué hacer ni a quién acudir. La vergüenza por si me ven otra vez con los ojos morados y los cardenales en los brazos. El martirio de vivir así, con el miedo permanente, con la amenaza constante. El tormento de vivir sin querer vivir, sólo pensando en los hijos. La desgracia del tiempo que hace que no puedo sonreír. Sólo llorar y llorar, como una esclava, sin recursos, sin independencia, sin libertad, sin vida, sin salida, sin esperanza.”
Se oyó un portazo y una voz que dijo.
“La angustia por lo que me dirá que he hecho mal cuando venga. El miedo a qué se le ocurrirá hacerme. El terror a cómo me pegará hoy. El desconsuelo por lo que verán hoy los niños. La desesperación por no saber qué hacer ni a quién acudir. La vergüenza por si me ven otra vez con los ojos morados y los cardenales en los brazos. El martirio de vivir así, con el miedo permanente, con la amenaza constante. El tormento de vivir sin querer vivir, sólo pensando en los hijos. La desgracia del tiempo que hace que no puedo sonreír. Sólo llorar y llorar, como una esclava, sin recursos, sin independencia, sin libertad, sin vida, sin salida, sin esperanza.”
Se oyó un portazo y una voz que dijo.
- Vamos a ver, hija de puta, cuántas veces te tengo yo que decir las cosas. Ya estás viniendo para acá.
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