viernes, 14 de julio de 2023

Lo racional y lo emocional en las Elecciones / 1

 

Aristóteles y Platón debatiendo.
Fotografía tomada de Wikipedia.

De nuevo oigo a un periodista decir que las elecciones no son un asunto racional, sino emocional. No sé qué argumentos hay detrás de esta teoría que justifiquen su veracidad. Tampoco sé si lo que quieren decir con ella es que un ciudadano no elige a quien le ofrece un futuro mejor, sino... ¿a quien le caiga mejor, aunque le ofrezca menos prestaciones? ¿a quien crea que habla con más seguridad, aunque diga más mentiras? ¿a quien más le ayude a dar rienda suelta a sus bajas pasiones, como, por ejemplo, el machismo, la misoginia, la codicia, el racismo o la xenofobia, por no hablar del odio al diferente? Habrá algunos ciudadanos a quienes les convenga que ganen los que pondrán las leyes a su servicio, y así incrementar sus negocios, pero esto no es nada emocional, sino profundamente racional. Quizás vayan buscando emocionar a quienes no van a salir ganando, sino todo lo contrario, porque terminarán con menos derechos y menos ingresos, pero ¿más contentos? Si es así, no hay más remedio que pensar que terminarán siendo también más racionalmente engañados.

¿Habrá una buena cantidad de ciudadanos que caiga en estas redes emocionales porque no sean capaces de darse cuenta de que les están manipulando a través de una lluvia de mentiras? ¿Será este el nivel de cultura que ha alcanzado el país? ¿Con qué medios se puede contrarrestar estos intentos de engatusar a cuantos más mejor?

En mi opinión, por una parte, hay que tener en cuenta que la razón y las emociones no funcionan de manera separada, sino conjunta, puesto que se influyen mutuamente; por otra parte, si lo que se busca es que prevalezcan las emociones, entonces posiblemente la razón deberá estar al servicio de ellas, y en este caso valdrá todo lo que sea eficaz, aunque sean mentiras. Solo se le pedirá a la razón que se adueñe de las emociones de los votantes: si eso es bueno o malo, o si lo que se dice es verdadero o falso, carecerá de importancia.

En la próxima entrega veremos algunos de los procedimientos más utilizados en la actualidad para influir en los votantes.

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