domingo, 24 de abril de 2016

Han perdido la fe




Es frecuente que los feligreses y los sacerdotes de las distintas religiones políticas actuales suelten en público sonoros disparates y cometan sin rubor torpezas variadas. Probablemente les lleve a ello el no tener clara su salvación y el temor a una posible condena. Han olvidado, además, las enseñanzas de sus libros sagrados y se han dedicado a adorar becerros de oro y a la lucha entre tribus. Separan, en lugar de unir, y así es muy difícil llegar a ningún paraíso. Son incapaces, por lo demás, de reconocer sus pecados. Son reacios desde hace tiempo a la meditación y tienden más a decir lo primero que se les ocurre, sin ningún temor ni a su dios ni al ridículo. Yo diría que han perdido la fe y, sobre todo los sacerdotes, las ganas de predicar para que los feligreses, además de opinar, entiendan.

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