Lo que me parece la gran mentira de la
religión popular la llevaba escrita en la espalda de su sudadera un
cargador de uno de los pasos de la semana santa de un pueblo andaluz.
Ponía allí:
“Yo te porto y tú me cuidas”
La penitencia, el sacrificio, las
privaciones propias de esta manera de entender la religión creo que
son actos alejados del amor -que es desinteresado y se practica a
fondo perdido- y cercanos al negocio, al vulgar trapicheo del yo me
fastidio un poco para que, a cambio, tú me hagas favores en este
mundo y me guardes un buen sitio en el otro. O sea, economía
religiosa, neolibelarismo divino. Como dijo Nietzsche, cosas de
gentes débiles, incapaces de vivir por sí mismos porque son
víctimas del miedo. Una gran mentira preciosamente recubierta.
Buenas tardes.
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