Yo lo he visto así:
Mi cuerpo espera que la mente abra su
flor.
Un día para inventarse la vida.
La vida para inventarse un día.
El sosiego del despertar.
Necesito que Morfeo me suelte de sus
garras.
El futuro contenido en una taza.
Mi cuerpo dispuesto para la conquista
del tiempo.
Los ojos van siendo mis ojos con
parsimonia.
Me estorba la seda sobre mi piel.
¿Por dónde empezar?
Mi mente se despereza y comienza a
bailar.
Lo único en guerra en mí son mis
cabellos.
Cada sorbo lo voy notando en el alma.
Comienza el desfile por la pasarela de
la memoria.
¡Cómo me gustaría!
Los propósitos, los deseos, los
temores, las necesidades, tú, yo.
Noto ya que mis sentidos son míos.
Los placeres me tientan.
Quiero triturar la odiosa rutina.
Un cierto dolor que no me va a doler.
Un gratificante olor, siempre igual,
pero siempre nuevo.
El frío, el calor, el sol, la luz, las
nubes, la lluvia. ¡Qué más da!
Crear, crear, crear, crear, crear.
La taza ha vaciado en mí su mensaje.
¡Cuánto te quiero!
Me sobreviene una sonrisa imprevista.
El tiempo me empuja.
Necesito sacar mi alma al sol.
Voy a desnudarme para vestirme con lo
que llevo dentro.
Quiero vivir.
No quiero hacer otra cosa que vivir.
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