Del asturiano Nacho Vegas.
El problema fundamental de la vida es un problema ético. ¿Cómo actuar hoy para crear un mundo más humano? ¿Cómo actuar de manera humana para crear un mundo mejor?
lunes, 8 de junio de 2015
domingo, 7 de junio de 2015
Buenas noches. Ninguna otra
Habla como ninguna otra persona habla.
Se mueve como ninguna otra persona se
mueve.
Disfruta como ninguna otra persona
disfruta.
Sufre como ninguna otra persona sufre.
Se atreve a lo que ninguna otra persona
se atreve.
Viste como ninguna otra persona viste.
Ríe como ninguna otra persona ríe.
Abraza como ninguna otra persona
abraza.
Es como ninguna otra persona es.
Vive como ninguna otra persona vive.
No hay otra persona igual.
Buenas noches.
Las palabras y los gestos
Las palabras. Los únicos que podemos
pronunciar palabras somos los humanos, pero no es lo único que
podemos hacer. También están los gestos, las miradas, las sonrisas,
las expresiones con las manos. Todos estos elementos hay que
cuidarlos para ser humanos.
Si las palabras nacen pintadas con cariño
nada tienen que temer, salvo la incomprensión, pero eso no tiene
arreglo ni salida. Los gestos deben ser respetuosos, pero sin que ese
respeto te impida ser tú ni relacionarte como tú eres.
Tendríamos
que aprender de la naturalidad que muestran los jóvenes, con sus
carencias y sus posibles torpezas, pero con una espontaneidad que
sería muy bueno que tuviéramos los que tenemos más edad.
Creemos
absurdamente que la memoria es un depósito de vivencias antiguas e
inservibles, cuando es más bien un filtro que expulsa lo que no
tiene interés. Creemos absurdamente que la mente tiene otro depósito
para albergar sentimientos, emociones, iniciativas y deseos
inexpresados por el miedo o censurados por los prejuicios.
Nos han
acostumbrado a taparlo todo, a guardarlo y ocultarlo, a tragar lo que
no es digerible. Tenemos que liberar las palabras y los gestos. Las
palabras que hablan de sentimientos, de emociones, de disgustos y de
futuro. Los gestos que expresan lo que tenemos en la mente en cada
momento. No valen las etiquetas ni las frases hechas ni las
prohibiciones decadentes. Aunque seamos seres pensantes y reflexivos,
no hay que perder la naturalidad que también llevamos dentro. No nos
comamos las palabras ni los gestos. No censuremos las palabras ni los
gestos de quienes se dirigen a nosotros.
Buenas noches. Besos y
abrazos.
sábado, 6 de junio de 2015
Con Alejandra Vallejo-Nájera en la Feria del Libro de Madrid
Vivir es relacionarse. Es posible que
ya lo haya dicho aquí más de una vez, pero es que estoy cada vez
más convencido de ello. Se trata de establecer una relación con
todos los seres de la Naturaleza, pero, sobre todo, con los seres
humanos. Creamos así un mundo, el mundo de cada cual, en el que
vamos materializando, haciendo reales, nuestras ideas, nuestros
deseos, nuestra manera de ser.
Para relacionarnos con las personas del
mundo hay dos asuntos sumamente importantes: tenemos que conocernos a
nosotros mismos y tenemos que conocer a los demás. Son tareas en
cierto modo parecidas, aunque no exactamente iguales, porque
posiblemente mirar hacia el interior de uno mismo sea algo más
difícil que hacerlo hacia la persona con la que nos encontramos.
Esto concuerda con lo que creo que son los dos grandes propósitos de
los seres humanos: conocer el mundo -sobre todo, conocer qué es un
ser humano- y actuar convenientemente en ese mundo.
Pensando de esta manera, ha sido una
alegría enorme encontrarme esta mañana en la Feria del Libro
de Madrid -precioso espacio en donde huele a buena voluntad, a ganas
de saber y a cultura- con Alejandra Vallejo-Nájera,
psicóloga, profesora y, sobre todo, buscadora del significado de lo
humano y de la manera más conveniente para que nuestro mundo sea
asimismo un mundo humano. Estaba firmando su último libro, titulado
Eres más de lo que piensas, publicado en Espasa,
que es un intento de facilitar la tarea de descubrir de qué manera
nuestra mente influye en nuestra vida y lo que podemos ver en la de
los demás para conocerles mejor. Porque hay en nosotros elementos
inconscientes que operan en nuestra vida, pero sin que nos demos
cuenta de ello, y este libro colabora en la muy conveniente tarea de
desvelarlos para que podamos vivir mejor. Y es que se trata de ser
mejores, no sólo en el sentido ético, sino también en el
psicológico.
El libro tiene tres grandes apartados.
El primero ayuda a distinguir lo que puede denominarse normal de lo
neurótico, asunto cada vez más necesario, desgraciadamente, en
nuestra sociedad. El segundo habla del lenguaje del cuerpo, con
observaciones muy interesantes que nos descubren significados de
nuestro comportamiento corporal, muchas veces desconocidos, pero que
pueden ser relevantes para quienes conozcan lo que suele haber detrás
de los gestos más usuales. El tercer y último apartado trata de la
grafología, del estudio de nuestros trazos en la escritura, en la
que se reflejan nuestra mente o nuestro estado anímico. Son
perspectivas muy útiles para esa tarea diaria y continua del vivir.
Estuvimos un rato muy agradable
hablando del pensar, de Facebook, de lo humano y del vivir. Y me
dedicó el libro. La verdad es que me emocionó lo que me escribió.
El respeto que le debo a ella -como a cualquiera que escriba algo
privado- y un poco de pudor me impiden reproducirlo aquí. Me pareció
muy normal volverme para verla de nuevo y decírselo con palabras y
también con un gesto corporal con el que quise expresar mi emoción.
Mañana domingo, por la mañana, estará
en la Feria en la caseta 251 y probablemente el próximo fin de
semana también esté. Ojea, si quieres, el libro y habla con ella,
que te gustarán ambas cosas.
Buenas noches. Elegancia
La belleza -me refiero a las formas, a
las medidas, a las texturas- nos atrae, pero lo que nos enamora creo
que es la elegancia -me refiero al uso que hacemos de lo que es
bello. Unos ojos pueden tener una belleza espectacular, pero la
elegancia, lo que de verdad nos llega, está, no en los ojos, sino en
la mirada.
De lo que no solemos darnos cuenta es de que no es
necesario tener belleza para ser elegantes, ni de que no existe una
belleza oficial, absoluta, definitiva, sino un montaje tras el que se
ocultan negocios y poder.
Buenas noches.
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