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lunes, 12 de agosto de 2013

Buenos días. Regalos.

Nos regalamos miradas. Nos regalamos sonrisas. Nos regalamos besos. Nos regalamos abrazos. Nos regalamos tiempo. Nos regalamos olores de perfumes. Nos regalamos detalles. Nos regalamos palabras. Nos regalamos alegría. Nos regalamos cariño. La vida es bella. Buenos días.

sábado, 10 de agosto de 2013

Buenos días. El sentido de la vida

Vivir es aceptar la adversidad, el inconveniente, el imposible. 
La vida tiene sentido cuando te rebelas contra todo ello, aunque te sea difícil, y cuando tienes a tu alrededor amigos y amigas en cuyos brazos poder llorar sin apuros, a lágrima suelta. 
Vivir es aceptar la fortuna, la luz, la fuerza que das y recibes, el trabajo que te pone delante la creación de un mundo mejor. 
La vida tiene sentido cuando cada despertar es una invitación, cada momento es una aventura, cada amigo y cada amiga son un motivo de cercanía, cada sonrisa es una caricia y cada beso y cada abrazo son una fiesta. 
Buenos días.

jueves, 11 de julio de 2013

Buenas noches. ¡Ay, cómo te quiero!






He tenido la suerte de contemplar un ¡Ay, cómo te quiero! Un beso en el cuello. Las manos que se entrelazan. Las sonrisas que saltan al mundo sin hacer ruido y que se encuentran en un camino sencillo. El estar a gusto. Las risas que coinciden en el tiempo. El tiempo que se para. La eternidad que se hace real. A mí se me enternece el ánimo. Estoy solo, frente a ellas, escribiendo desde antes de que llegaran. Ellas, ajenas a mí, pero yo, sintiendo que ellas todavía no son normales para mucha gente en este mundo. Miro por la ventana. La gente sigue de fiesta, más o menos vestidos, más o menos ruidosos, pero aquí, a mi lado, dos mujeres están viviendo su profunda fiesta y se están diciendo sin aspavientos, con palabras sencillas, que se quieren. Sus miradas destilan amor, ternura, vida. Las manos que acarician se extienden hacia los brazos con suavidad, con una exquisita delicadeza, como sin querer que se note demasiado. Luego, bajan a las piernas. Hay un beso pedido que se concede con rapidez, con mucho cariño, con un cruce calidísimo de miradas y con alegría. ¿Quién puede ir contra esto?

A ti no te van a pedir besos esta noche cuando te entregues al sueño, pero tú deberías darlos a todas aquellas personas a las que sabes que les vendría bien. Hazlo. Tu mente te lo agradecerá. Y ellas, también. Buenas noches.

martes, 12 de marzo de 2013

jueves, 10 de enero de 2013

El calendario de Bautista 10/1/2013. Gabriela Mistral




Tal día como hoy de 1957 murió la poetisa chilena, premio Nobel de Literatura, Gabriela Mistral. Tienes más información aquí.

Tienes aquí un poemario de Gabriela Mistral.



martes, 11 de diciembre de 2012

Besos que hablan



Hay besos protocolarios. Hay besos que no se dan, que quedan atrás de un leve roce de mejillas. Hay besos unilaterales, no correspondidos. Hay besos falsos. Hay besos mudos. Pero hay besos que hablan, que tienen vida, que desnudan tus afectos y hacen sentir a la persona besada lo que le quieres decir, que hacen notar que te vacías dándolos, que se dan en cualquier sitio y no importa dónde sea, que se dan con todo el cuerpo, porque besan los labios, pero también los brazos y las manos y el pecho y el gesto y la mirada. Hay besos que no los dan tus labios, sino todo tú. Hay besos que hablan tanto que dejan sin palabras a quien los recibe. Hay besos que duran un momento eterno. Hay besos que te secuestran la mente. Hay besos que te dejan en la paz de una guerra de amor. Hay besos que te hacen llorar. Hay besos que te aclaran cuál es el sentido de la vida. Quieran los dioses que esta noche te lluevan besos de estos.

viernes, 3 de agosto de 2012

Buenos días. Besos





Que los besos no caigan en la costumbre. Que no se contagien del vacío, del frío, de la rutina, del todo es lo mismo, del qué más da. Que los besos no pierdan la vida. Que no abandonen la fuerza del alma que llevan detrás. Que los besos no sean un protocolo más. Que dejen huella. Que la persona a la que besas note que la has besado. Que se vea que detrás del beso vas tú. Besa también con las manos, con todo tu cuerpo. Tú eres tu beso.

miércoles, 6 de junio de 2012

Besos y besos




Ayer te di un beso. Fue un beso frío. Tú no parecías tú y yo no tenía nada que decirte, no tenía nada que darte, ni, mucho menos, un beso. Fue un beso de compromiso, un beso que pasaba por allí, un beso mecánico, un beso sin alma. Hice los mismos gestos de siempre, pero fue un beso vacío, un beso sin beso. En realidad, te di un beso porque tú me lo pediste, porque tú querías que te besara, porque me impusiste la rutina diaria de darte un beso cuando te vas a trabajar, pero yo no te besé. Fueron mis labios quienes te besaron, pero no yo.

Hoy, sin embargo, parecía que habías vuelto de un absurdo viaje a la lejanía. Hoy te sentía cerca, algo importante me unía a ti y yo lo sentía. Esta mañana era como esas otras mañanas en las que hasta el aire que me separaba de ti estaba lleno de algo nuestro. Hoy te di un beso, pero te lo di yo. Era un beso mío para ti, en el que mi vida se mezclaba con la tuya a través de nuestros labios. Hoy era yo quien quería besarte y lo hubiese hecho aunque tú no me lo hubieras pedido. Mis labios hicieron aparentemente lo mismo que ayer, pero hoy te entregué todo mi yo en un beso.

Los mismos gestos, el mismo rito, los mismos movimientos, pero la intenciones eran diferentes, las actitudes eran distintas.


La fotografía está tomada de la exposición "Esclavas", de Yolanda Domínguez, que puede verse hasta el 27 de julio en la Galería Rafael Pérez Hernando, en la calle Orellana, 18. Madrid.

lunes, 12 de diciembre de 2011

Ser cariñoso



Yo no quiero nada de nadie ni le pido nada a nadie. No quiero que nadie me dé nada. Lo único que quisiera es poder ser como soy. Y para mí es un valor ser cariñoso. La vida y lo que te pasa en ella te producen unos sentimientos y yo he aprendido que no es nada bueno dejarlos dentro de ti, en donde es posible que se tuerzan y, si acaso, hagan daño. Es mejor sacarlos fuera y, a ser posible, que se enteren los que te han producido esos sentimientos.

Pero la cosa no es tan fácil porque no todos -yo, el primero- hemos sido educados para convivir con la expresión de los sentimientos. Es como si hubiera una tendencia a malinterpretar, a sospechar del que te da cariño (¿qué querrá?), a reservar esas manifestaciones para el ámbito de la intimidad, eliminándolas de la vida cotidiana. Pero a mí me parece un signo de juventud vital, de frescura, de humanidad, de calidad de vida, de naturalidad, de creación de un mundo distinto y mejor.

Me emociona cuando una persona entiende la vida en clave cariñosa. Es como si se concentraran en ella las mejores cualidades humanas, la buena voluntad, el hacer algo por el otro, el dar cariño, el regalar sonrisas. Tengo amig@s que regalan abrazos fuertes, besos a miles y ambas cosas a la vez y me siento orgulloso de ell@s. Pero no todos son así y hay veces que o bien las circunstancias hacen que te encuentres con personas encerradas en su mundo y que no te tratan con cariño o bien rechazan el que tú intentas darles. Por lo menos a mí no me resulta demasiado fácil ser cariñoso.


jueves, 16 de junio de 2011

Quizás nadie las quiere




Hoy vi por los pasillos a una alumna de cursos pasados que difundía una intensa luz por los ojos. Me dijo:
"Profe, he sacado un siete y medio en -no sé en qué me dijo".
Era tal la alegría que irradiaba que me salió de dentro abrazarla y darle un beso, a lo que ella correspondió entusiasmada. A su lado, una compañera de curso, poco dada al estudio y, por tanto, a las buenas notas, me dijo con mucho interés en que yo me enterara.
"Profe, yo también he aprobado".
Le di también a ella un beso y un abrazo y aproveché para decirles que eso es lo que les pasa a los buenos, que cuando estudian, sacan buenas notas.

Me quedé, después de esto, con una sensación que me resultó algo trágica, porque quiero a estas alumnas, a estas personas. Me pareció que, salvo los tonteos que puedan tener con sus amiguetes, nadie abraza, nadie besa, a estas alumnas. Que quizás nadie, en su vida normal, las quiere.

martes, 3 de mayo de 2011

Encuentro




La alegría de la mirada deseada. El optimismo de las cejas que suben. La aceleración de los latidos del corazón. La carrera de los dos hacia el encuentro. Los brazos que vuelan para agarrar todo el ser de quien viene hacia ti. La llegada esperada. La cercanía de dos cuerpos que encajan mutuamente. Las manos que hablan por detrás. Los dedos que quieren entrar en la carne sin hacer daño. Las mejillas que se rozan hasta terminar en besos. Los cuerpos que se separan para que vean los ojos. Los ojos que se retiran para que se unan los labios en un beso profundo. La sonrisa intensa que transmite la alegría a los ojos y al alma. Las manos que se unen y dialogan con calor y con aprietos. Una mano que va a la nuca de quien está delante y arrastra la cabeza hacia sí. La mirada que baja y la boca que se diluye en otro beso penetrante, ardiente. La mirada que sube al separarse para encontrar cariño en los ojos. Las manos que sujetan dulcemente las mejillas. La cara que se tuerce para besar. Los ojos que se cierran para sentir sin distracción. Las mejillas que vuelven a rozarse, a apretarse, a fundirse. Y, luego, una mano que va al hombro. Otra mano que va a la cintura. Dos cuerpos que caminan unidos. Dos cabezas inclinadas. El paso acompasado. El amor. La alegría.  La vida. La ternura.

viernes, 18 de marzo de 2011

Besos y besos





Besos, besos, besos, besos, besos, besos, besos, besos, besos, besos, besos, besos, besos, besos, besos, besos, besos, besos, besos, besos, besos .... pero besos reales. Un mundo de besos. Seguramente, una estupidez.

jueves, 27 de enero de 2011

¿Dónde estoy?


     - ¿Tiene alguno de vosotros algo en contra de que pueda haber personas  homosexuales?

Nadie dijo nada. Un alumno de 2º de ESO levantó la mano. Cuando le invité a que hablara dijo:

-          A mí no me gusta que se besen.
-          ¿Y eso?
-          Es que es como cuando vino el Papa, que se besaban …

Y comenzó a hacer un movimiento con la mano girándola de atrás hacia delante como el que describe una circunferencia en el aire con una cierta intención de ir hacia una especie de más allá.

-          ¿Qué es lo que quieres decir? ¿Por qué no te gusta que se besen dos homosexuales?
-          Es que no me gusta que…

Y seguía haciendo en el aire el mismo movimiento giratorio.

-          Pero ¿por qué no te gusta? ¿qué es lo que quieres decir?
-          Jo, profe, no lo sé explicar. ¿No ves que soy sólo un niño?

Quería decir que no le gustaba que se besaran sólo para provocar. El suceso fue muy tierno y nos reímos todos, pero yo me volví a plantear a quién le estoy dando clase, hasta dónde puedo llegar para que entiendan ciertos temas, cómo tratar estos asuntos cuando los alumnos son tan diferentes aunque tengan la misma edad e incluso qué pintaba yo allí.

Una vez le pregunté a un alumno en qué consistía tener amigos. Mientras me respondía que poder jugar a la pelota con ellos, me di cuenta que en el pupitre de atrás había una alumna embarazada.

No tengo aún nada claras las respuestas a estas preguntas.

domingo, 7 de febrero de 2010

Los profesores y la noche

Tuvo lugar días pasados una especie de congreso sobre “Los profesores y la noche” que perseguía tanto el descanso en la lucha como la cohesión entre el grupo. El resultado fue excelente y los participantes manifestaron sus deseos de que pronto tenga lugar una segunda edición, sin importarles que fuera sobre el mismo tema.

El congreso tuvo lugar en un espacio denominado “Casa Parrondo”, célebre en la capital tanto por sus aportaciones como por sus deportaciones. Para la ocasión ofreció una amplia gama de pixines, preparados de diversas formas, que fueron muy bien recibidos por los congresistas.

Pero la excelencia del condumio no es suficiente para olvidar el cariz ideológico que posee el propietario del lugar, a pesar del cual parece que no le va mal con el negocio. Yo nunca hubiese elegido ir a un lugar caracterizado por la homofobia y por las faltas de respeto. Si fui, lo hice por no desairar a mis compañeros, muchos de los cuales no sabían nada de estas circunstancias.

Quiero poner aquí, para que lo vean todos lo quieran, el relato de lo que ocurrió hace un par de veranos en este lugar.

Toma 1

Toma 2

Toma 3

.

martes, 26 de agosto de 2008

Besos 2

Son tiempos de ir y venir, de despedidas y de reencuentros. Son tiempos de besos. Cuántos besos damos y nos dan y cuántos se desperdician por rutinarios, por vacíos. Hay muchos tipos de besos. Gabriela Mistral (1889 – 1957), en un espléndido poema que pongo aquí, lo explica. Esta poeta, profesora y diplomática chilena, se llamaba en realidad Lucila de María del Perpetuo Socorro Godoy Alcayata y fue la primera mujer que ganó el Premio Nobel de Literatura, en 1945.







El poema se titula Besos. Para ti.

Hay besos que pronuncian por sí solos
la sentencia de amor condenatoria,
hay besos que se dan con la mirada
y besos que se dan con la memoria.
Hay besos silenciosos, besos nobles
hay besos enigmáticos, sinceros
hay besos que se dan sólo las almas

Hay besos que calcinan y que hieren,
hay besos que arrebatan los sentidos,
hay besos misteriosos que han dejado
mil sueños errantes y perdidos.


Hay besos problemáticos que encierran
una clave que nadie ha descifrado,
hay besos que engendran la tragedia
cuantas rosas en broche han deshojado.


Hay besos perfumados, besos tibios
que palpitan en íntimos anhelos,
hay besos que en los labios dejan huellas
como un campo de sol entre dos hielos.


Hay besos que parecen azucenas
por sublimes, ingenuos y por puros,
hay besos traicioneros y cobardes,
hay besos maldecidos y perjuros.


Judas besa a Jesús y deja impresa
en su rostro de Dios, la felonía,
mientras la Magdalena con sus besos
fortifica piadosa su agonía.


Desde entonces en los besos palpita
el amor, la traición y los dolores,
en las bodas humanas se parecen
a la brisa que juega con las flores.


Hay besos que producen desvaríos
de amorosa pasión ardiente y loca,
tú los conoces bien son besos míos
inventados por mí, para tu boca.


Besos de llama que en rastro impreso
llevan los surcos de un amor vedado,
besos de tempestad, salvajes besos
que solo nuestros labios han probado.


¿Te acuerdas del primero...? Indefinible;
cubrió tu faz de cárdenos sonrojos
y en los espasmos de emoción terrible,
llenaron sé de lágrimas tus ojos.


¿Te acuerdas que una tarde en loco exceso
te vi celoso imaginando agravios,
te suspendí en mis brazos... vibró un beso,
y qué viste después...? Sangre en mis labios.


Yo te enseñé a besar: los besos fríos
son de impasible corazón de roca,
yo te enseñé a besar con besos míos
inventados por mí, para tu boca.

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domingo, 20 de julio de 2008

Machismo4: BESOS

Con el post sobre la fiesta de la visibilidad lésbica quería yo contribuir a que se contemplara con naturalidad lo que no tiene por qué no ser natural.

Mira por dónde, hoy, 20 de julio de 2008, leo en la edición de Madrid del diario El País un artículo, firmado por Jesús Ruiz Mantilla, en donde se relata el suceso acaecido en Casa Parrondo, una tasca del centro de Madrid, y sufrido por dos mujeres que osaron darse un beso en la citada tasca. El texto completo se puede ver en la siguiente dirección http://www.elpais.com/articulo/madrid/Dame/beso/Parrondo/elpepiespmad/20080720elpmad_8/Tes/

Pongo aquí un resumen del mismo que me parece suficiente para hacernos una idea de lo que habita en el país.



"El jueves que viene regresarán los muerdos a la puerta de Casa Parrondo. Allí estaremos, puntuales, como esta pasada semana. Después de que el dueño de la sidrería echara a patadas a dos mujeres por besarse en la boca, habrá que presentarse por el local a escanciar unos buenos rechupetones en los morros.
No deberíamos admitir ni un solo ataque más contra nuestras libertades conquistadas. El hombre, animalito, las puso en la calle al lindo y civilizado grito de: ¡Guarras! ¡Putas! ¡Este lugar no es para vosotras y lo que os pasa es que no habéis conocido nunca una buena polla..! Hay que decirlo todo seguido porque si no, no te sale humo de la cabeza ni se te inyecta pura sangre española en los ojos.

Yo me plantaría todos los jueves delante del local hasta que el hombre saliera y nos diera un beso a todos y a todas las miembras y los miembros de la protesta. Un buen pico que le hiciera entrar en dimensiones desconocidas, un señor morreo con lengua que acabe con sonoros besazos de ventosa por toda la cara mientras cantamos All you need is love y Asturias patria querida.




Pero antes habría que enseñarle. El pobre Nicolás Parrondo sufre sin duda serios problemas de afecto. Deberíamos hacer un esfuerzo por comprender estas cosas. Si no, fíjense en los detalles que esgrime en su defensa. Dice que las dos buenas mujeres se sacaron una teta y que consumieron drogas. Imaginen el sainete. Lo primero, no creo que le asuste tanto. Salvo que viera en el gesto de los pezones al aire su ración de impertinente indirecta: la sugerencia de mejorar los ingredientes nocivos que le debe echar al arroz con leche. De lo segundo, que no se haga el estrecho porque entiende. ¿Hay mayor estupefaciente en este mundo que una fabada como Dios y la Santina mandan o un buen Cabrales?

Pero yo le pediría al amigo Nicolás Parrondo, antes de que desinfectara el local de grasaza y limpiara el suelo de serrín, palillos y cáscaras de mejillones, que arrojara las telarañas por un desfiladero. Es difícil. Hay que hacerse cargo. Más en un país en el que los popes del pensamiento Cromagnon confunden los términos. (…)

Pero altercados como el de Casa Parrondo empiezan a ser sólo anécdotas en este maravilloso Madrid, una ciudad que, por mucho que algunos se empeñen en cerrar como coto ultramontano, se abre cada día más, vive a fondo una sana libertad. Hace poco tiempo, Parrondo no hubiese tenido que soportar el presunto insulto de un beso entre las cuatro paredes grasientas y cutres de su cantinorra. Dos mujeres no se habrían morreado en público. Hoy, el prototabernero se ve obligado a aguantar que le digan basta a las puertas de su casa.




Vamos por buen camino. No deberíamos admitir ni un solo ataque más contra nuestras libertades conquistadas. No hay que ceder ni un milímetro, ni un gramo en los derechos que nos hacen más iguales y más felices. Hasta que cada sujeto por civilizar consienta en la calle sencillas muestras de amor, mucho más saludables y edificantes que sus vicios y su querencia por la zopenca intolerancia. Así que, anda, bobo, no seas tímido, déjate llevar, no te me amargues y... ¡Dame un beso, Parrondo!"