domingo, 4 de noviembre de 2018

Buenas noches. Recuerdos




Los años iban pasando sin que fuera habitualmente consciente de lo que en realidad ocurría. Una huella imprevista, tan irremediable como fatal, le iba afectando a su ya larga vida. Nunca estuvo preparado para disfrutar de los placeres de la creatividad. Desde pequeño fue educado en esa mortecina separación entre lo malo y lo bueno. Dentro de esto último sólo cupieron costumbres inamovibles, recetas jamás sujetas al cambio y acontecimientos que se repetían fieles a su historia año tras año. Tenía un sentido de la fiesta ligado a la educación religiosa que le habían transmitido. Los domingos se sentía a gusto vistiendo sus mejores ropas para ir a misa. Luego disfrutaba saliendo a comer, normalmente a los mismos sitios y consumiendo los mismos platos. Nunca variaban los programas de televisión que veía y se regía siempre por los mismos horarios. Era un estilo de vida bastante alejado del mío, pero cuando observo ahora a algún señor o a alguna señora parecidos a él, me aparece un recuerdo impregnado de ternura. 

Buenas noches.





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