jueves, 21 de agosto de 2008

París no se acaba nunca. 3


Cuenta Vila-Matas las relaciones un tanto lamentables entre Ernest Hemingway y el caprichoso y conocido escritor Scott Fitzgerald, cuando éste había sucumbido a los efectos del alcohol. Como conclusión de un viaje que ambos hicieron, relata Vila-Matas:


“Ya de regreso en París, Hemingway confesaría a su mujer que no había aprendido nada del escritor famoso en aquel viaje. En todo caso, si algo había aprendido era que nunca hay que salir de viaje con una persona a la que no amamos.”

Lo cual parece evidente, pero no siempre lo ponemos en práctica. Y lo del viaje, creo que hay que tomárselo en sentido muy amplio.






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martes, 19 de agosto de 2008

La pintada y la paciencia



Dos cosas quisiera destacar aquí de lo que decía ayer Juan Cruz en su blog, sin entrar en las trifulcas que se montan en los comentarios que a diario se le hacen.

Una, la admirable anécdota de la pintada que hicieron en Málaga cuando ETA cometió allí su primer atentado. La anécdota la contó Luís Carandell en su célebre Celtiberia Show, una sección de la inolvidable revista Triunfo. (Me da mucho gusto que estos tres nombres de autor, sección y revista aparezcan en este blog). La pintada decía:

Vascos, qué raros zois”.
¡Qué bueno sería que cada uno diera su interpretación de esta pintada! Porque cabe leerla desde la inocencia y la nobleza del que está convencido de que a bombazos no se arregla nada, o desde la candidez del que no entiende nada del problema, o desde la sorpresa del que piensa que qué tendrá que ver Málaga con el país vasco, o quizás simplemente desde la del cachondo ocurrente, o desde cualquiera sabe qué perspectiva.

La otra se refleja en la frase de Juan Cruz:

“Para contar es preciso tener paciencia, esperar a que el otro esté en silencio, y luego explicar lo que se sabe.”
Los requisitos me parecen demasiados para como están hoy las mentes: paciencia, silencio, explicar y saber. Y si, encima, hablas despacio y sin alzar demasiado la voz, para que el otro pueda pensar, y te preocupas de explicarte de forma que al otro se le haga fácil la comprensión de lo que dices, el asunto se pone prácticamente imposible.

Y sin embargo, creo que la comunicación es así, sin prisas, sin pisar las frases del interlocutor, sin agobios, como si fueran dos personas las que hablan.

Pongo esta entrada para todos los que la queráis leer, pero especialmente para mis amigos los futuros periodistas.

lunes, 18 de agosto de 2008

París no se acaba nunca. 2

Cita Vila-Matas en París no se acaba nunca unos párrafos del escritor francés Georges Perec (1936 – 1982) sobre un tema que puede resultar interesante para reflexionar sobre la posición y la actitud que uno adopta en la vida en relación con lo que le rodea. O, con otras palabras, sobre su propia identidad. Dice así:


“O bien arriesgarse, encontrar o dar forma a las raíces de uno, arrancar al espacio el lugar que será el nuestro, construir, plantar, apropiarse milímetro a milímetro de la propia casa; pertenecer por en tero a nuestro pueblo, saber que uno es de la región de Cevennes o de Poitou.

O bien no llevar más que lo puesto, no guardar nada, vivir en un hotel y cambiar a menudo de hotel y de ciudad y de país, hablar, leer indiferentemente cuatro o cinco lenguas; no sentirse en casa en ninguna parte, pero sentirse bien casi en todos los sitios.”


La alternativa la resume el propio Vila-Matas de la siguiente manera:



“En definitiva, ir con los nietos a recoger moras por los angostos caminos nacionalistas o viajar y perder países, perderlos todos viajando en los trenes iluminados del mundo nocturno, ser extranjero siempre.”

Ser extranjero siempre y en todas partes. A veces, hasta en tu propia casa. Este es el precio de la independencia cuando no quieres venderte a ningún localismo ni a ningún provincialismo ni a ningún nacionalismo. Cuando no quieres venderte a nadie, sino regalarte a quien te dé la gana. Es la soledad creativa del eterno extranjero.




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domingo, 17 de agosto de 2008

Música y tortura

Si has vivido en una ciudad pequeña, habrás podido sufrir las consecuencias de la falta de respeto y de la ignorancia de los incivilizados, posiblemente enfermos, que van con la radio del coche a todo volumen molestando indiscriminadamente a vecinos, transeúntes y a todo el que tenga la mala fortuna de cruzarse con ellos. En el mejor de los casos, es posible que estos individuos no sepan lo que les ocurre. Incluso puede que su necesidad psicológica de llamar la atención y de huir de sí mismos les impida saber que están molestando. Pero ¿saben estos individuos y saben las autoridades que toleran su comportamiento que éste tiene algún parecido con los métodos de tortura que se practican en Guantánamo?

Te invito a leer el artículo que aparece hoy en el suplemento dominical de El País sobre este asunto.



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Juan Marichal

Esto que pongo aquí, que lo tomo de un comentario de hoy en el blog de Juan Cruz, creo que le interesa a republicanos, a liberales, a laicos y, en general, a todo aquél o aquélla que quiere ser persona.

Es una entrevista de Juan Cruz al historiador Juan Marichal.

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Hablar es autorretratarse



Dos no se pelean, si uno no quiere. Pero el que quiere queda totalmente desacreditado a los ojos del que no quiere. Esto no es que no le importe, sino que no lo suele saber el que sí quiere pelea.

Algo similar ocurre con el mentiroso. Uno de los vicios más ruinosos que hay es el de la mentira. ¿Cómo se rehabilita un mentiroso ante los ojos de aquél a quien ha mentido? ¿Cómo sabe éste que el mentiroso ahora no está mintiendo? Tampoco suele saber el mentiroso la condena que él mismo se impone con su mentira.

La guerra y la mentira son recursos de los débiles para creerse poderosos. Pero sólo lo consiguen con los que son igualmente débiles. Si lo supieran…

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Tapas

He encontrado en un bar de Cádiz las siguientes tapas:
Queso de la muerte con algo de virgen
Lágrimas de pollo con miel
Tristezas de puerro y queso

Está claro que el negocio obliga a llamar la atención como sea.

sábado, 16 de agosto de 2008

París no se acaba nunca. 1


Estoy leyendo el libro de Enrique Vila-Matas, París no se acaba nunca. Es un libro irónico, complejo, que habla de lo que pasaba en París en los años 1970 y de la gente que andaba por allí. Se citan muchas obras y muchos autores a lo largo del libro. Una de las citas es de Macedonio Fernández y dice así:


"Varias veces emprendí el estudio de la metafísica, pero me interrumpió la felicidad".

La frase tiene su miga y exigiría aclarar qué es lo que entendía el autor por metafísica, si la rancia que abundaba en tantos lugares o la fresca y problemática que se respiraba en algunas pocas cabezas.

La primera vez que oí hablar de Macedonio Fernández, escritor argentino que vivió durante la primera mitad del siglo XX, fue la única vez que vi a Jorge Luis Borges en persona. Vino a España en cierta ocasión y ofreció una charla en un Colegio Mayor argentino que todavía existe, el de Nuestra Señora de Luján. Andaba por allí también un paisano mío, Fernando Quiñones, escritor gaditano muy amigo del habla tradicional y recopilador de cultismos y de palabras antiguas. Recuerdo que, al pasar por mi lado, me pidió "mixtos", que era un término que yo había oído de pequeño para referirse al fuego para encender un cigarro. Se dice que este hombre tenía tal devoción por Borges que se fue a verlo a Argentina con un cepillo de dientes por todo equipaje.


Yo entonces no había leído prácticamente nada de Borges. Fui a verlo porque la curiosidad juvenil de entonces se dirigía hacia estas personas que aparecían en las secciones de cultura de los periódicos. Y allí descubrí lo que era un gran hombre. Le pusieron una silla en el centro del escenario y lo llevaron hasta ella, porque ya estaba ciego. Se sentó, apoyó su mano derecha en el bastón y su antebrazo izquierdo sobre la mano derecha. Como suelen hacer los ciegos, miraba hacia arriba, no sé si porque ya sabía que aquí abajo no había nada interesante, o porque prefería apuntar al mundo de las Ideas, o porque así se piensa mejor. El caso es que allí, en el escenario, estaba Borges solo. Y solo empezó a hablar. Sin guión. Pensar y hablar, o recordar, o improvisar, o vivir. Borges solo fue capaz de llenar todo el ámbito del Salón de Actos. Habló de Macedonio Fernández y de multitud de escritores más. Sobre todo, habló de literatura y de la vida.


Hay quienes piensan que existe el mundo. Están equivocados. El mundo no existe. Algunos, que se creen más listos, han dicho que, efectivamente, no existe el mundo porque no existe un solo mundo, sino que existen dos: este y el otro, el más acá y el más allá. Es el caso, por ejemplo de Platón y del cristianismo. También se equivocan. Se creen dioses capaces de crear mundos a su antojo. No existen dos mundos. Ni tres, ni cuatro. Existen muchos mundos, muchísimos. Cada cual tiene su mundo. Tú, lector o lectora, tienes tu mundo, con tus personas, tus cosas, tus preocupaciones, tus deseos, tus malas digestiones y tu escasez de dinero. Ese único mundo, el de cada cual, es el que existe.


Un gran hombre es el que es capaz de hacerte olvidar cuál es tu mundo e instalarte en uno nuevo a través de la palabra, del pensamiento, de la poesía, de la vida vivida y contada. Yo he estado en presencia de pocos grandes hombres. Ahora sólo recuerdo a dos: Borges y -homenaje- Ángel Guinda.



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jueves, 14 de agosto de 2008

El HIDRÓGENO

El diario El País incluía el pasado día 12 el siguiente artículo, que pongo aquí porque creo que su interés es indudable. La versión original puede verse aquí.

Más cerca del hidrógeno como combustible

ELPAÍS.com
E. DE B. - Madrid - 12/08/2008

El uso del hidrógeno como combustible es el sueño de los ecologistas. Al quemarse -en una caldera, en un motor de coche-, sólo producirá vapor de agua, un gas que no sólo no tiene efecto en el calentamiento, sino que limpia y protege. Pero el problema es que en la Tierra no hay prácticamente hidrógeno libre (H2); lo que existe es, precisamente, agua (H2O). Y, claro, si hay que gastar energía en romper la molécula de agua para sacarle el hidrógeno, ya no compensan los beneficios del uso del hidrógeno como combustible.

El círculo puede romperse con un sistema ideado por científicos del prestigioso Massachusetts Institute of Tecnology (MIT). Se trata de conseguir que la rotura de la molécula de agua necesite menos energía que la que el hidrógeno proporcionará después. Para ello, según han publicado en Science, Daniel Nocera y Matthew Kanan han ideado un sistema que facilita el proceso. Se trata de añadir unos catalizadores (básicamente, fosfatos, una sustancia abundante en la Tierra, y cobalto) al agua antes de aplicarle unos electrodos para romperla (es lo que se conoce como electrólisis). Así, la reacción química resulta energéticamente favorable: se gasta menos en conseguir el hidrógeno que lo que se obtiene luego al quemarlo. Además, para que todo sea más limpio, usaron energía solar para las electrólisis. De esta manera, todo el ciclo se convierte en un proceso más limpio y menos contaminante.

“Cuello de botella”

El descubrimiento ha sido muy bien recibido por los científicos. La producción del hidrógeno es “el cuello de botella” de este tipo de energía, ha señalado José Ramón Isasi, del departamento de Química y Edafología de la Universidad de Navarra, en un comentario que publica en la web http://www.unav.es/acienciacierta, un portal de comunicaciones científicas del centro educativo donde sus expertos destacan las noticias más novedosas. Para acabar de rizar el rizo, el método tiene otra ventaja. En muchas reacciones químicas que necesitan catalizadores (una especie de intermediarios que provocan o aceleran los procesos), éstos acaban deteriorándose o contaminándose. En este caso, eso no sucede, señala Isasi: “Cuando se desconecta el electrodo, se regeneran los iones de cobalto”, por lo que éstos no se gastan.

FE DE ERRORES
· El vapor de agua sí produce efecto invernadero, al contrario de lo que se decía el día 12 en el artículo Más cerca del hidrógeno como combustible, publicado en la sección de Sociedad. La diferencia con el CO2 es que su origen es, sobre todo, natural.

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Machismo7: LA CULTURA

No sé por qué gastas tanto dinero en libros ni por qué gastas tanto tiempo leyéndolos. ¿Para qué necesitas tú eso? Tú no tienes que saber nada de nada. Lo único que tienes que hacer es aprender a cocinar mejor, que es lo que debe saber hacer una mujer. Ayer, por cierto, los garbanzos te salieron duros y la carne estaba sosa.


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Gracias

Muchas gracias a todos los que me habéis deseado felicidad. Ya sabéis que esto de la felicidad es algo paradójico. Si intentas conseguirla, no la consigues. Sólo si lo que intentas es actuar como un verdadero ser humano, consigues de rebote un poco de felicidad. En esas estamos. Un abrazo fuerte a todos.

miércoles, 13 de agosto de 2008

Otra vez cumplo cuarenta

Llegó el fastidioso 13 de agosto. El día en el que hay que pensar intensamente en que es un día como otro cualquiera, en el que hay que ganarse la vida si se quiere vivir, que hay que creársela y que hay que sacarle jugo. Y, a pesar de eso, el calendario me mete hoy otro gol. No hay remedio.

El mes de agosto es el mes de la soledad. Del sol, porque es verano y está la playa y la luz. Y de la edad, porque contiene este fatídico día 13 que recuerda que aparecí un día 13 y que cada día 13 hay un año más o uno menos.

Estoy descompensado: tengo más joven el alma que el cuerpo. Espero seguir así.

Brinda hoy a mi salud y que la vida te devuelva a tí los deseos que tengas para mí.

Y gracias por estar ahí.

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martes, 12 de agosto de 2008

Las cobijadas de Vejer

Una de las huellas que se pueden encontrar en Vejer de la Frontera y que recuerda su pasado árabe y musulmán es un traje tradicional que todavía poseen algunas de sus habitantes, aunque hoy no se use habitualmente. Se trata de un vestido largo hasta los pies formado por varias enaguas. La más exterior es levantada por la mujer cubriéndose con ella la cabeza y dejando un hueco en uno de sus ojos para poder ver a través de él. La mujer así vestida es denominada una “cobijada”. Debajo del vestido, la mujer llevaba una camisa que mostraba, según los adornos que portara, su nivel social

El célebre cuadro de Francisco Prieto Santos, “Las cobijadas de Vejer”, actualmente en el Museo Provincial de Cádiz, nos da una imagen de los vestidos de estas mujeres.


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En alguna de sus calles, podemos encontrar el siguiente relieve



Todavía hoy, en las fiestas que se celebran en verano en Vejer, se elige una especie de reina de las fiestas a la que se denomina la "Cobijada mayor".



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lunes, 11 de agosto de 2008

Más Madera 1

Citan hoy en los comentarios al blog de Juan Cruz una frase del libro El discurso vacío, del uruguayo Mario Levrero. Dice así:
"Para triunfar en la vida es preciso creer en algo, o sea, estar profundamente equivocado".

Esto sí que tiene guasa.

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Vejer y Chefchaouen

Cuenta la leyenda que, cuando España estaba gobernada por los musulmanes, un emir marroquí, Sidi Ali Ben Rachid, se enamoró de una muchacha de Vejer llamada Zhora. Cuando los musulmanes fueron expulsados del país, ambos emigraron a Marruecos y el emir, para paliar la añoranza que tenía su amada de su pueblo, mandó construir uno similar, que se conoce actualmente como Chaouen o Chefchaouen. Desde el año 2000, ambas ciudades están hermanadas.

Construir el mundo que hace feliz al otro. Eso es el amor.

Vejer de la Frontera es uno de los pueblos blancos más representativos de la provincia de Cádiz.








Chefchaouen, en la región del Rif, fue considerada durante algún tiempo una ciudad sagrada. Sus calles están decoradas en colores blanco y añil y la fisonomía de sus habitantes recuerda su origen andalusí.







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domingo, 10 de agosto de 2008

Cien libros que cambiaron sus vidas

El diario El País de hoy domingo trae un artículo interesante titulado Cien escritores en español eligen los cien libros que cambiaron su vida. Lo puedes ver en este blog, en la columna de la derecha, en la sección "Lo que está pasando", o pinchando aquí. Que disfrutes.

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Pesimismo

Generosidad, esfuerzo, sacrificio, solidaridad, elegancia, altruismo, ceder, desinterés, desprendimiento, nobleza, bondad, cuidar, prudencia, civismo, cortesía, ternura, respeto.



Me parecen palabras cada vez menos usadas, conceptos cada vez menos pensados, valores cada vez menos vividos.

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sábado, 9 de agosto de 2008

El móvil y las Olimpiadas

Acabo de leer en el espléndido blog de Juan Cruz , titulado hoy Un trabajo de chinos, la siguiente expresión relacionada con la ceremonia de inauguración de los Juegos Olímpicos de Pekin 2008:

Me pareció un espectáculo portentoso; me dio igual el desfile, eso no tiene interés ninguno, y a veces incluso me pareció chabacano; no se puede estar desfilando en una ocasión así y hablando por el móvil, eso me parece insoportable.


Lo pongo aquí porque me gustaría aclararme con argumentos sobre si el uso del móvil está justificado en cualquier ocasión o no lo está en algunas. ¿En cuáles? ¿Por qué? ¿Por qué puede resultar insoportable que un atleta desfile en unos Juegos Olímpicos hablando por el móvil?

No sabes lo que me gustaría que me dieras tu opinión. Yo, mientras, lo estoy pensando.


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El móvil y el automóvil


Hay tres maneras de resolver el asunto de si debo o no debo hablar por el teléfono móvil cuando voy conduciendo un automóvil.


Una es la del chulo antropomorfo. (Perdóname, lector, que hable de esta manera, pero no hemos venido a este blog a hacer juegos florales, sino a intentar comprender mejor y más claramente la realidad) Éste es un ser con apariencia humana, pero que no actúa como un ser humano, no llega al umbral de lo humano. Él, sin embargo, se cree superior a los demás y considera que puede hacer lo que le dé la gana, aunque con ello esté poniendo en riesgo la vida de los demás. Por eso su comportamiento es chulesco. Estos tipos consideran que si les apetece, pueden hablar por el móvil y fumar y cambiar de marcha y manejar el volante y saludar y rascarse las narices, todo a la vez, con sólo dos manos y una neurona.


Otra es la del obediente miedoso. Éste lo que hace es cumplir la ley porque tiene un cierto miedo a que lo pillen haciendo lo que no debe y le pongan entonces una multa. Este tipo actúa bien, pero es una especie de ingenio mecánico que hace lo que le dicen, aunque no comprenda nada.


Y la otra es la del ser humano, la del que sabe por qué no hay que usar el móvil cuando se conduce y actúa en consecuencia. Al hacerlo, es consciente de lo que hace, es él el que decide su actuación y no incide negativamente en nadie. Sólo éste me parece a mí que actúa como un ser humano.


Estas son tres maneras de conducir(se) por la vida.
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