viernes, 7 de septiembre de 2012

Masturbación




¿Qué clase de degradación mental se habrá dado entre los españoles para que la gente juzgue y condene a una persona porque se masturbe? Esto es lo que ocurre por ser tan condescendientes con instituciones tan retrógradas como la Iglesia Católica y por no reaccionar a tiempo contra quienes quieren teñir la educación con este tipo de influencias malsanas. En este país la razón siempre ha cedido ante los intereses de unos pocos que sólo tienen dinero y ha tolerado que el pueblo se adocene y se llene la mente de chocheras autodegradantes. No debemos callarnos.

Buenos días. Pensar y vivir




Cada vez hay más ricos y más pobres que no piensan. Hay muchos que son pobres, pero piensan como los ricos. Es muy frecuente que ni los ricos ni los pobres quieran tomar conciencia de su situación. Los ricos, porque se darían cuenta de sus privilegios y no lo soportarían. Los pobres, probablemente porque no sepan cómo hacerlo ni qué hacer. A los ricos no les gusta que los pobres piensen. A los pobres no les gusta que la vida les obligue a pensar. Los ricos tienen miedo de perder su riqueza y piensan un mundo que les es favorable. Los pobres están muy perdidos en su ignorancia y ni viven ni piensan. Se limitan a estar mientras pueden.

El calendario de Bautista 7/9/2012. Elia Kazan




Tal día como hoy de 1909 nació el director de cine Elia Kazan. Puedes encontrar más información aquí.



jueves, 6 de septiembre de 2012

Esperanza Aguirre, otra vez.



El vídeo que se adjunta es una muestra más de la impresentable forma de ser de doña Esperanza Aguirre Gil de Biedma, Condesa consorte de Murillo, Grande de España y, circunstancialmente, presidenta de la Comunidad de Madrid.

En lo tocante a las formas, la señora presidenta se muestra, en este caso y en muchos otros, como una persona soez y maleducada. Estas formas parecen denotar una chulería castiza impropia de una persona pública con responsabilidades de gobierno, sobre todo porque la chulería y la imprudencia son vecinas y generalmente residentes en lugares no muy recomendables. Dado que los ciudadanos menos dados al análisis de sus conductas suelen reproducir miméticamente lo que ven en televisión que hacen y dicen los personajes públicos, la señora presidenta debería horrorizarse no sólo ante este caso, sino ante tantos otros en los que se muestra cercana a la chabacanería, como cuando habla de los funcionarios, de los profesores, de los partidos finales de la Copa de fútbol o, incluso de sus colaboradores, a los que llama burros en un alarde desgraciado de gracia popular. Quizá sea este el modelo de ciudadano que quiere implantar en la sociedad. Cualquiera sabe.

En cuanto al contenido, la señora presidenta parece que no tiene tampoco ningún inconveniente en mostrar su ignorancia sobre cualquier tema. Con un gusto mal construido, una sensibilidad impropia de su lugar en la escala evolutiva, una horterez que le sale por las costuras y unas expresiones de cateta irredimible, opina sobre todo lo que se le ponga delante, sepa o no algo de ello. Y esta vez le tocó a la arquitectura. Tiene el mal gusto de ir juzgando por ahí, en lugar de procurar aprender de lo que ve. Y, además, lo hace de la manera más grosera y menos delicada imaginable y jugando con conceptos tan poco afortunados como la pena de muerte, que ahora le da por pedir para los arquitectos. Luego, no pide que los posibles ofendidos la disculpen, sino que se disculpa ella sola, puesto que ella es quien es y puede decir y desdecir cuanto le venga en gana. Ya se le olvidó, imaginamos, lo mal que le sentó que los estudiantes desearan que se muriera en la inauguración del curso escolar, porque con sus palabras empeoró la cuestión: no es lo mismo desear que alguien se muera que querer aplicarle la pena de muerte, aunque no se sabe si la señora presidenta, a la que hay que tolerarle todo, pero que ella, en cambio, no tolera más que lo que le interesa, tendrá la sensibilidad suficiente como para captar el matiz.

La señora presidenta parece que tiene el poder incrustado en todas y cada una de sus células y cree que eso le lleva a poder hacer y decir todo lo que le dé la gana, tenga o no tenga sentido, haga daño o no lo haga, dé muestras de un comportamiento ejemplar o de una actitud reprobable. Ella es el poder y considera que con su libertad todo lo puede, pase luego lo que pase. Es lo que tienen los neoliberales profundos.