lunes, 30 de abril de 2018

Buenas noches. Fuertes




La vida discurre atropelladamente. Hay ocasiones en las que a mi estación vienen dos trenes a la vez, o tres. Y uno, ante la suma, tiene que multiplicarse para intentar que no ocurra la catástrofe. Y en mitad del trasiego, hay que buscar, con amor, lo mejor. No renuncio a que quienes están conmigo vivan lo mejor posible. O sí. Hay veces en las que tengo que renunciar. Pero es que un ser humano es, por sí mismo, limitado. Ir más allá de esos límites es una aventura impredecible que acarrea sufrimiento, desgaste y necesidad de incrementar la necesidad de sobrevivir. Da igual como uno esté: hay que ser fuertes. 

Buenas noches.

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