El problema fundamental de la vida es un problema ético.
¿Cómo actuar hoy para crear un mundo más humano?
¿Cómo actuar de manera humana para crear un mundo mejor?
Nunca
me gustó la rutina. Desde chico -lo de decir “desde pequeño”
era en mi infancia una cursilada impopular- me gustaron las
novedades, lo distinto, lo que ocurría un día, pero no se repetía habitualmente. Vivía en una ciudad con fuerte presencia militar, por lo que los desfiles
se sucedían siempre que había alguna celebración, incluso si era
civil o religiosa. Me gustaba verlos, aunque yo no tenía ninguna
afición por lo militar. Me gustaba la música tocada por una banda
de profesionales que siempre sonaba muy bien. Al principio del
cortejo era frecuente ver una bandera española, ante la que los
militares que estaban en la calle saludaban en señal de respeto.
Creo recordar que hasta algunos civiles inclinaban la cabeza a su
paso. Aquella bandera significaba la obviedad de que las fuerzas
armadas que venían a continuación eran las de España, y no las de
ningún otro país. Era la seña de identidad que se ofrecía al
principio el desfile. Más
tarde me di cuenta de que las personas, incluso las cosas, muestran
también pronto su seña de identidad. Cada uno llevamos algo que nos distingue de los demás y que nos identifica
con nosotros mismos. Puede ser en la apariencia, en la forma de ser,
en las ideas o en algún otro rincón. Es nuestra bandera. No es una tarea demasiado sencilla, pero deberíamos
conocer cuál es nuestra bandera. Buenas noches.
Tener
mucha edad tiene sus ventajas y sus inconvenientes. Uno de estos es el de convertirse en viejo, esto es, en inútil, terco, lleno de manías y
con la mente dura. Me gustan los ancianos, que tienen mucha edad y la
mente fresca, pero no me gustan los viejos. Sin embargo, me enternece
ver cómo dan satisfacción a sus pequeños deseos viendo la
televisión, tomando una comida de toda la vida o practicando una
costumbre irrenunciable. Buenas noches.
A
unos les señalas la luna y se quedan mirando el dedo, según dejó
dicho Confucio. A otros -o a los mismos- les señalas la maldad y se
conforman con mirar al malo. Hay quienes no entienden las señales o no
les interesa seguirlas, no sé. Buenas noches.
Qué significativos son los gestos,
tanto los que uno mismo emite, sabiéndolo o no, cuando hace algo,
como los que emiten los demás cuando actúan ellos. Cualquier acto
está siempre impregnado de gestos que hablan.