miércoles, 30 de marzo de 2016

Buenas noches. El tiempo / 18




Todos los minutos tienen sesenta segundos, pero no duran lo mismo para todas las personas. 

Buenas noches.

Los martes, pescao. Un buen libro de gastronomía



Además de una competente gastrónoma, Charo Barrios es coordinadora, en Sevilla, de un proyecto de formación en cocina española sana dirigido a jóvenes emigrantes y, también, editora de un blog de referencia en cuestiones culinarias, como es Comeencasa. Pero, sobre todo, yo la veo en el papel de defensora del acto alimenticio como el lugar en el que confluyen las buenas materias primas, unas estupendas formas de cocinarlas, el objetivo, siempre tan olvidado, de mejorar la salud del comensal, así como el deseo de que este obtenga placer al degustar platos sencillos y ricos.

En el fondo, lo que propone Charo Barrios, en mi opinión, en todas sus facetas gastronómicas es la creación de una cultura anclada en la tradición culinaria. La cultura es siempre creativa, porque intenta mejorar todos los aspectos de la vida humana. En el aspecto culinario, esta creación se puede mostrar tanto en la elaboración de recetas nuevas como en el cambio de algunos ingredientes o métodos tradicionales que eviten los efectos nocivos para la salud que, a veces, estos producían. Así fueron los primeros pasos de lo que se llamó La nueva cocina y así creo yo que es el espíritu de las recetas de Charo Barrios.

En estos días, nuestra experta cocinera y gastrónoma acaba de sacar al mercado un nuevo libro titulado Los martes, pescao. El libro se sitúa en la misma línea que el anterior Los lunes, lentejas.

Podría pensarse que el atractivo fundamental del libro son las recetas, 56 en total, que contiene. Es verdad que parecen muy útiles y muy ricas y que eso, de por sí, ya justificaría el uso del libro, pero a mí me gustaría insistir en un aspecto que lo acerca a lo que antes he citado: es un ejemplo claro de una concepción de la gastronomía como cultura. Me refiero a que Charo Barrios no se conforma con mostrarnos cómo se hacen, por ejemplo, unas Papas con chocos, unos Garbanzos con langostinos o una Ensalada de chipirones con aguacates, sino que nos ilustra sobre las ventajas que tiene para la salud consumir pescado, los aportes minerales de cada una de las variedades, la forma de distinguir el pescado blanco del azul o la conveniencia de alternar el consumo de ambos, aspectos todos ellos tan importantes o más que el gusto del plato. Los martes, pescao contiene también consejos sobre lo que hay que tener en cuenta a la hora de comprar el pescado, las épocas idóneas para su consumo, la manera de congelarlo y de descongelarlo, las precauciones relacionadas con el temido anisakis o el interés que puede tener el pescado para los niños. Estos detalles tan importantes son los que, a mi juicio, le dan altura y originalidad al libro.

Las recetas que contiene son, en general, fáciles de hacer, con productos que se encuentran sin mayores problemas en el mercado y sin que falten las puntuales observaciones que faciliten su realización. En algunos casos, se añaden los pasos a seguir si se quiere elaborar el plato usando la Thermomix o el microondas.

Leyendo los escritos de Charo Barrios -y, en particular, Los martes pescao- se aprende mucho, sobre todo, a matizar y a perfilar lo que significa comer. Porque no se trata simplemente de eliminar el hambre, sino de alimentarse y de hacerlo de la mejor manera posible. Para ello es importante acostumbrarse a una planificación semanal o, incluso, quincenal de las comidas, porque solo así se podrá conseguir una dieta equilibrada que sea favorable para salud y también -¿por qué no?- para la estética personal. Esto es particularmente relevante para el caso del pescado, elemento importante en la dieta mediterránea y muy recomendable desde el punto de vista nutricional y desde el saludable.

Charo Barrios es una persona moderna, pero en la cocina no acaban de gustarle las moderneces. Por tanto, no encontraremos en Los martes, pescao ningún invento crujiente ni sofisticado, ni nada que requiera sifones ni esferificaciones. Sus recetas son de corte tradicional, pero elaboradas desde lo que las ciencias de la salud nos dicen hoy.

Lo que no entiendo muy bien es lo de escribir pescao en lugar de pescado. Sé que la lengua evoluciona cuando lo hace el habla, pero hay cambios, como este de quitar la d en los finales en -ado o en -ido, que a mí no me gustan demasiado. Claro que, como yo no he escrito el libro, pues no tengo más que aguantarme. Es cierto, de todas formas, que la autora usa la palabra solo en el título y en un par de lugares más, pero aún así me chirría un poco.

El libro es altamente recomendable, no solo porque alivia el desasosiego que produce la dichosa pregunta ¿qué comemos mañana?, sino porque va más allá del pescado frito y nos introduce en un mundo de preparaciones diferentes, igualmente sabrosas e, incluso, más sanas, que conviene conocer y practicar.


Charo Barrios. Los martes, pescao. Editado por Q-book. Cádiz. 2016. editorial@qbook.es


Buenos días. Aprender



Hoy debemos aprender algo para poder crecer. 

Buenos días.


Élisabeth Vigée-Lebrun. El Calendario Cultural de Bautista (366 mujeres). 30/ 3/ 2016




Tal día como hoy de 1842 murió la pintora 

Élisabeth Vigée-Lebrun

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martes, 29 de marzo de 2016

Buenas noches. No al machismo 50



La mujer debe darse cuenta pronto de que el machismo está basado en la explotación de la mujer por el hombre machista. 

Buenas noches.


Mi piel soy yo



Lo que importa es la piel. Puede que nos atraiga más a primera vista la forma, la silueta de su cuerpo, pero lo que nos puede unir a alguien como un árbol a su raíz es la piel. Lo que nos seduce es la piel. Lo que hace que nos quedemos con ella es la mente, pero lo que nos llama y nos hace sentir con una fuerza que puede superar nuestro deseo es la piel.

Y su piel era limpia, tersa, fina, casi sin poros ni manchas que distrajeran la atención de una mirada detenida.

-Ahora que te has tatuado buena parte de tu piel, ya nunca podrás desnudarte del todo -le dije.

Me miró sorprendida y y mantuvo su mirada con una atención concentrada, como si su pensamiento no supiera si intentar primero comprender lo que había oído o saber quién era aquél cliente ocasional que se había atrevido a sorprenderla aquella tarde con tan chocante afirmación.

Yo sabía que en el pasado el tatuaje había sido un símbolo de identificación con un colectivo, una forma de sentir la compañía de los iguales en situaciones adversas o difíciles. Eso era lo que les llevaba a los marinos o a los presos, por ejemplo, a lucir en sus brazos y en sus pechos nombres o figuras que les recordaban partes ausentes de su mundo y que les unían a quienes vivían una situación similar.

No sé si ahora el simbolismo del tatuaje es el mismo. Es posible que en la actualidad tenga más bien algo de huida de una forma de ser, de un modelo de persona con el que no le gustaría a uno que le asociaran. O de no sentirse miembro de un mundo tradicional, vacío, hueco, moribundo en el que nos encontramos tantas veces. No sé si hoy el tatuaje tiene más de intento de diferenciarse que de identificación con otros, porque tampoco parece que quienes se tatúan la piel se sientan formando parte de un grupo determinado, con características comunes.

-Es posible que tengas razón y mi piel ya no pueda mostrarse desnuda del todo, porque parte de ella está cubierta por los tatuajes, pero con ellos me estoy desnudando también el alma. Lo más importante de mi vida lo llevo escrito en mi piel. Cada uno de mis tatuajes tiene un significado muy importante para mí. Son mis vivencias, mis recuerdos, mis experiencias -me dijo.

Confieso que me quedé muy sorprendido, no sólo por lo que me respondió, sino porque aquello revelaba, no un mero capricho por adornarse el cuerpo, sino una racionalidad, una manera de pensar que yo no había imaginado nunca. Y añadió:

-Sé que esta estética y esta forma de tratar el propio cuerpo no le gusta a todo el mundo, pero es la mía y a mí sí me gusta.

A mí me gustaba mucho más la piel de aquella mujer que su tatuaje, pero entendía que su argumento era de mucho peso y que a nadie sensato se le ocurriría rebatírselo. Le dije:

-No sé si yo sería capaz de besar con pasión una piel así. No sé si podría deslizar mis labios por algo que no me parece una piel de mujer. Es posible que me pudiese acostumbrar. No lo sé. Tu piel es preciosa, pero ahora es una piel pintada, es otra cosa.

Con una sonrisa con la que me pareció que me quería decir que me comprendía, pero que yo también debía comprenderla a ella, me contestó:

-Yo soy así. Esta soy yo. Esta es mi piel. Mi piel soy yo.


Buenos días. Disparate



Conozco personas que quieren crecer sin cambiar. 

¡Qué disparate! 

Buenos días.


Astrud Gilberto. El Calendario Cultural de Bautista (366 mujeres). 29/ 3/ 2016




Tal día como hoy de 1940 nació la cantante Astrud Gilberto

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