El problema fundamental de la vida es un problema ético. ¿Cómo actuar hoy para crear un mundo más humano? ¿Cómo actuar de manera humana para crear un mundo mejor?
miércoles, 15 de julio de 2009
martes, 14 de julio de 2009
lunes, 13 de julio de 2009
domingo, 12 de julio de 2009
sábado, 11 de julio de 2009
viernes, 10 de julio de 2009
jueves, 9 de julio de 2009
Aterrizaje
El editor no lo sabe, pero el sábado pasado me escapé a la fiesta del Orgullo. Fui a hacer fotos –hice 600 y ya pondré algunas aquí, cuando tenga tiempo-, pero sobre todo fui a echar fuera la solidaridad que me salía de dentro. Fue un fiestón. Y un día grande, un día de libertad, de deseo y exigencia de igualdad –que es horizontal-, más que de tolerancia –que es vertical-, de alegría, de naturalidad, de ingenio, de gracia, de elogio de la desnudez o, al menos, de la que es posible en una ciudad. Volvía a casa con el ánimo exaltado, como cuando el momento va pidiendo duración. Y tuvo que ocurrir. Porque la vida te ofrece siempre esos momentos absolutamente innecesarios, pero imprescindibles para poder vivirla con una dosis suficiente de realismo y para que los músculos de la sonrisa no se emborrachen de actividad. En Callao, con el suelo levantado por la mancha de las obras que se extendía hasta allí, entre tierra, adoquines y vallas, con la gente que lo ocupaba todo y un calor tremendo, mitad climático y mitad humano, apareció, cargando a una niña que colgaba de su brazo derecho, una mujer cubierta de ropa hasta los pies, con un pañuelo que le cubría la cabeza hasta las cejas y un velo que le dejaba visibles sólo los ojos.
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miércoles, 8 de julio de 2009
Principios
El gran Manuel Vicent publicó el 29 de marzo de 2009, bajo el título de Principios, la siguiente columna para pensar. Una obra maestra.
Es una fortuna caminar en compañía de gente sabia, divertida y escéptica, que esté dispuesta a cambiar cualquier verdad absoluta por un queso de cabra, cualquier honor, premio o reconocimiento por la corona de un sombrero de paja, cualquier clase de eternidad por la embriaguez de la duda unida a la armonía de la naturaleza. Por el contrario, encontrarse con gente de principios sólidos e inalterables es el peligro más grave que puede correr uno en esta vida. Un hombre de principios fue aquel que, sintiéndose puro, arrojó la primera piedra contra la adúltera; es el mismo que te indica con el dedo el camino recto que debes seguir y en cuanto te desvíes será el que te delate, el que te incluya en la lista negra o borre definitivamente tu nombre del mapa. En el caso en que este hombre de principios obtenga un poder absoluto, si además es muy devoto, no dudará en mandarte a la horca rezando por tu alma sin ahorrarse las lágrimas, puesto que también se puede llegar a la extrema violencia a través de la piedad. Huye de ese ser misericordioso que busca tu salvación por medio del terror del espíritu y te obliga a desayunar cada mañana con una rueda de molino. No es ninguna broma aquello que dijo Groucho Marx: "Éstos son mis principios, Si no le gustan, tengo otros". El fanático es capaz de saltar de un risco al risco contrario, ambas cimas situadas a la misma altura bajo un cielo nítido y puro, donde se siente igual de seguro, aunque armado esta vez con distinto látigo. El dogma es una forma de locura, del mismo modo que la pureza extrema alcanza a veces la forma de la más refinada crueldad. Los principios inalterables nos fueron inoculados en una edad muy temprana cuando nuestro cerebro estaba aún desvalido. En la mayoría de los casos aquellos principios fermentaron y se diluyeron en la inteligencia, en la imaginación y en el placer de los sentidos; pero hay personas que conservan incólumes aquellos mitos de la infancia en su cerebro de reptil sin que encuentren salida sino a través de los latidos de sangre que conforman su pensamiento. Hoy es un domingo de primavera y hay dos clases de desayuno. Por un lado, café, tostadas, queso de cabra y alguna duda relativa; por otro, principios inalterables y ruedas de molino.
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martes, 7 de julio de 2009
Mujeres soldados
"¿Sabes qué? Podría violarte ahora mismo y nadie te oiría gritar, nadie sabría lo que ha pasado", le dijo un soldado una noche tras acabar su turno de guardia.
"Para los soldados una mujer es sólo una de estas tres cosas: un bicho, una puta o una lesbiana".
Uno de los militares explicó la razón por la que había mujeres en el Ejército: "Envían chicas sólo para alegrarnos la vista", le dijo. La teoría es que en Vietnam había prostitutas, pero no las hay en Irak, así que esa función la suplen las soldados. "Ésa es la razón por la que hay mujeres en el Ejército", dijo.
Fue violada por un soldado mientras guardaba una posición, lugar que no abandonó hasta que acabó su turno para ir, sin ducharse (para no borrar las pruebas de la agresión) a presentar una denuncia. Entonces le dijeron que si la presentaba le podían acusar de haber dejado su arma abandonada (¡durante la violación!). "Dejé el Ejército. Soñaba con convertirme algún día en oficial, como mi padre y mi abuelo, pero debido a que soy mujer ese sueño nunca se hará realidad".
Chantelle Henneberry, quien sufrió un intento de violación por parte de un compañero en Irak, cuenta que a partir de media tarde nunca bebía nada, a pesar de que hubiera 40 grados de temperatura y se desmayara por deshidratación. "Tenía pánico de ir a las letrinas sola". Sabía lo que le esperaba.
Cuarenta mujeres han relatado sus experiencias a la profesora de periodismo de la Universidad de Columbia Helen Benedict en el libro El soldado solitario: La guerra privada de las mujeres sirviendo en Irak. De esas 40, 28 fueron violadas, agredidas sexualmente o acosadas.
Puedes leer el artículo completo, aparecido en El País del 21 de abril de 2009, pulsando aquí.
lunes, 6 de julio de 2009
Agonía sin compasión
Ana Cuevas Pascual, de Zaragoza, publicó en El País del 28 de mayo de 2009 la siguiente carta al director. Te dejo el comentario a ti, por si lo quieres hacer.
El doctor Luis Montes, ex jefe de urgencias del hospital madrileño Severo Ochoa, ha decidido llevar a los tribunales a Losantos, Vidal, Schlichting, Isabel San Sebastián y Pedro J. Ramírez. En los últimos años, tanto él como su equipo han sido víctimas de la agonía a la que estos periodistas decidieron someterlos en virtud de su particular defensa de la vida.
Asesino, líder de Sendero Luminoso o directamente nazi, son algunos de los insultos y descalificaciones que éstos y otros, como Miguel Ángel Rodríguez, atribuyeron a estos médicos a pesar de que existe una sentencia firme negando que las sedaciones que se practicaron en su servicio fueran irregulares. Cualquiera que haya perdido a un ser querido tras un padecimiento largo e intenso se ha rebelado ante la sinrazón del sufrimiento innecesario. Ante la indignidad que supone morir rabiando. Pero estos ultracatólicos que anteponen la voluntad divina a la compasión humana reivindican el dolor y la angustia y atacan encarnizadamente a quienes pueden ayudarnos en este momento.
No sé si la justicia de los hombres condenará el atropello que Luis Montes y sus compañeros llevan padeciendo a causa de estos cancerberos del sufrimiento extremo. Pero espero que su dios sea generoso y escuche sus plegarias, y si un día se ven en este trance no exista ningún doctor Montes a su lado que les prive de esa agonía que con tanto ahínco defienden para otros.
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