El problema fundamental de la vida es un problema ético. ¿Cómo actuar hoy para crear un mundo más humano? ¿Cómo actuar de manera humana para crear un mundo mejor?
domingo, 10 de febrero de 2013
Libertad, igualdad y soledad. Buenos días
martes, 31 de julio de 2012
miércoles, 29 de febrero de 2012
Hay que vivir
jueves, 26 de enero de 2012
Solo
martes, 7 de junio de 2011
lunes, 1 de noviembre de 2010
Yo conmigo
lunes, 9 de agosto de 2010
Alegría y soledad
lunes, 9 de noviembre de 2009
No estás solo
Hay detalles insignificantes en apariencia, pero que muestran con bastante claridad la actitud de una persona en el mundo ante los demás.
Por ejemplo, en un ambiente de silencio, aquél a quien los demás no le importan gran cosa pasará las páginas del periódico como el que le pega latigazos por las malas noticias que trae. No tendrá inconveniente alguno en romper inútilmente el silencio, cosa por la que debería recibir algún castigo divino.
O el que se pasa la vida silbando en el autobús, en los pasillos, en las salas de espera o allí donde esté.
O el que en las reuniones se dedica a entablar conversaciones privadas mientras otro está hablando y los demás intentan escucharlo.
No me vale que me digas que son cosas que se hacen sin darse uno cuenta. Hay que darse cuenta de lo que uno hace, que ya no somos críos. Tiempo hemos tenido de crearnos el hábito de no molestar en público. Esa es una de las cosas en las que consiste la educación.
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viernes, 16 de enero de 2009
Lejanía
Me gusta ponerle título a las entradas porque de esa manera, por una parte, me obliga a sintetizar y me ayuda a clarificare la idea central de lo que quiero transmitir y, por otra, para facilitar al lector la comprensión de lo que quiero decir, con independencia de que pueda ver en el escrito otras cosas.
Me ha costado trabajo titular esta entrada. He optado por 'Lejanía' porque quizás sea el sentimiento más fuerte que me ha producido el caso.
Cometió un error, pero él no lo sabía. Ignoraba lo que tenía que saber para hacer bien lo que había hecho.
viernes, 26 de diciembre de 2008
Despojado
de los tontos que no paraban de incordiar y de destrozar todo lo que se encontraban,
de los golfos que andaban buscando sus prebendas sin aportar nada a nadie,
de los catedráticos especialistas en saber nada sobre todo, que llenaban con palabras su saco pleno de ignorancia,
de los que hablaban sin decir nunca nada,
de los que abusaban sin piedad del tiempo que les ofrecías,
de los del ego maltrecho que secuestraban mi tiempo para realizarse a mi costa sin lograr realizarse nunca del todo,
de los que pretendían gobernar mi voluntad porque se lo pedían sus apetitos,
de los que aspiraban a extender sus dominios a los míos,
de los que preferían creer a saber,
de los que mentían habitualmente como método de andar por la vida relacionándose con los demás,
de los que decían algo distinto de lo que pensaban y hacían algo distinto de lo que decían, sin que coincidiera con lo que pensaban,
de los que hablaban y no escuchaban nunca,
de los que decían que las cosas eran muy sencillas,
de los gilipollas instalados sin remedio en su gilipollez,
incluso he intentado despojarme de una parte de mí mismo.
Ya, por fin, estoy casi solo.
Sólo que yo no pretendía estar solo.
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sábado, 13 de septiembre de 2008
La vida contemporánea
Ayer, Juan Cruz, en su blog, hablaba del acto y de esa pintura y dejaba caer una frase muy certera, según me parece a mí:
... el resultado [de su pintura] es esencial, sobrio e inquietante: es un
retrato de la soledad, de la alegría y de la angustia, que son los elementos
básicos de la vida contemporánea y de la vida de siempre.
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