No es que estén ciegos, es que están
cegados por la codicia, por el deseo fascista de cambiar la sociedad
y ponerla al servicio de sus intereses privados. No ven las
consecuencias de lo que hacen, no ven el mal que están produciendo,
no ven cómo está el pueblo, no ven la imagen que están dando, no
ven el daño que le están haciendo al país y a los ciudadanos, no
ven nada, porque sólo miran sus intereses, bajos, asquerosamente
dinerarios. El dinero y la falta de ética les ha hecho convertirse
en burdos delincuentes, en mentirosos compulsivos, en gestores
estúpidos, en políticos suicidas, en malas personas. España y los
españoles somos víctimas de la ceguera del PP y de los ciudadanos
ciegos que lo mantienen en el poder. Sólo a una banda de ciegos sin
escrúpulos y sin sentido se le ocurre, en medio de todo el escándalo
del caso Bárcenas, soltar eso, que parece una broma, de dictar una
norma para que un delincuente pueda dirigir un Banco.
Creo que es tiempo de que los
demócratas serios se unan, con independencia de sus ideologías, y
defiendan el sistema democrático, antes de que alguien sin
escrúpulos se aproveche de su debilidad.
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