Tal día como hoy de 1830 nació Élisée Reclus.
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El problema fundamental de la vida es un problema ético. ¿Cómo actuar hoy para crear un mundo más humano? ¿Cómo actuar de manera humana para crear un mundo mejor?
No tengo demasiadas ideas claras. No me gustaría tener las ideas claras. Para tener las ideas claras hay que simplificar mucho la realidad, porque la realidad no es simple sino compleja, muy compleja. Simplificar lo complejo es renunciar a enterarse de toda la realidad, de la realidad tal cual es.
Hay especialistas en simplificar todo lo que ocurre. Se quedan con lo que les interesa que quede y luego lo exponen en alto, para que los menos avisados no lo piensen, sino que se lo traguen. Así día tras día. Las mentiras fabricadas de esta manera vuelan por el aire y anidan en mentes frágiles, a las que dañan, muchas veces sin remedio.
No quiero tener ideas claras. Prefiero vivir en la incertidumbre de lo real, en el difícil galimatías de lo real, en el querer saber un poco, pero verdadero, en lugar de confundir el saber con las mentiras propagadas.
La verdad no es más que una escalera por la que hay que subir constantemente sabiendo que probablemente nunca llegaremos al último piso, pero que vivir es subir.
Respira hondo. Relájate. Descansa. Buenas noches.
Son ya 18 días. Puede que lamentablemente queden muchos más. Tengo un nudo, no sé si en el estómago o en la mente. Ese nudo me lo produce el pensamiento de que pudo pasar aquí. Ellos estaban como nosotros, viviendo el día, haciendo planes para un futuro más o menos lejano, disfrutando de la convivencia en el confort del hogar, pensando en las preocupaciones de la vida. Y, de pronto, casi sin avisar, te asaltan las preocupaciones de la muerte. Tienes que cambiar, aunque no quieras, el confort por la intemperie, el futuro por el momento presente, los planes por la huida.
Quiero dar las gracias por cómo vivo, por las circunstancias que hacen agradable mi vida, por que mi sufrimiento es escaso en comparación con el de millones de personas, por que aunque llueva, sé que escampará, por que aunque sea invierno, llegará el verano.
He aprendido que la felicidad es una experiencia propia, pero siempre viene de haber cooperado a la felicidad de otro.
He aprendido que nunca hay que imponer los propios criterios a nadie. Puede que así se desperdicie la posible felicidad de dos personas.
He aprendido a sufrir con los propios límites, pero siempre con la esperanza de ser capaz de superarlos.
Piensa en el Bien. Respira hondo. Descansa. Buenas noches.
Si tienes un hijo o una hija, no los dejes desorientados. No se lo merecen. Aplícales tu experiencia. Recuerda tu vida cuando eras como ellos. No dejes que tengan que improvisar siempre, a cada momento. Tampoco los protejas demasiado. Intenta adelantarte a los acontecimientos y darles las ideas necesarias para que ellos puedan construir sus vidas, pero que lo hagan bien. Insiste en que aprendan a ser conscientes de cada momento que vivan, a gozarlo, que no pasen por la vida sin disfrutar de ella. Todo es muy corto, no solo cada momento de la vida, sino, sobre todo, la propia vida. Se pueden perder, pero también es posible que les cueste mucho encontrarse si se sienten abandonados o desorientados en la vida. No los dejes solos.