Ciudadano: Lo público es de todos, también tuyo. Le pagas a unos políticos para que lo gestionen bien, lo mejoren, lo cuiden y lo desarrollen. Si en lugar de hacer eso, lo destrozan y lo privatizan para que alguien haga negocio, están usando el poder para quitarte lo que es tuyo. Claro que si les has votado sabiendo lo que iban a hacer, te lo mereces, pero los demás, no. Deberías pensarlo cuando tengas que pagar cada vez más facturas por lo que debería financiarse con los impuestos de todos y gestionarse bien por quien le corresponda.
El problema fundamental de la vida es un problema ético. ¿Cómo actuar hoy para crear un mundo más humano? ¿Cómo actuar de manera humana para crear un mundo mejor?
sábado, 3 de julio de 2021
Papeles para aprender. Jordi Soler: La ‘infantocracia’ del siglo XXI
Ilustración que aparece en el artículo.
Hoy a los adultos no les gusta que los confronten con ideas que no se parecen a las suyas, ni con canciones o películas o novelas que no formen parte de la burbuja que se han construido.
viernes, 2 de julio de 2021
Pérdidas
La primera acepción que da el diccionario de la RAE del término “vergüenza” es la de “Turbación del ánimo ocasionada por la conciencia de una falta cometida, o por alguna acción deshonrosa y humillante”. Para tener vergüenza hay que tener conciencia de que hay un deber moral, respecto del cual se puede cometer una falta. Hay que tener también una idea clara de la honra, esto es, del respeto de la propia dignidad. Y también hay que proponerse no humillar a nadie, o sea, no herir su dignidad. Todos estos valores son propios de un sentido evolucionado de la humanidad, muy alejado de la brutalidad de la selva.
Cuando la máxima que rige una vida es esa tan dañina de “Todo vale”, lo primero que cae es la conciencia de que hay un deber moral, de que se pueden cometer faltas y de que el respeto, la honra y la dignidad son importantes. Ya nada de eso vale. Con ello cae la vergüenza. Es lo primero que pierden los políticos que no se dedican a promover el bien común, sino a crispar los ánimos, a sacar tajada económica de su situación y a querer el poder a toda costa y de cualquier manera.
Si esta es la primera pérdida, la última no es menos dañina ni menos preocupante: es la del sentido del ridículo. La fe en el “Todo vale” sitúa a quien la profesa por encima de cualquier respeto, de cualquier consideración del otro como un igual. Incluso lo sitúa lejos de esa otra máxima hipócrita, pero controladora de los brutos, que es el “qué dirán”. Sin sentido del ridículo, todo está permitido, todo es posible: ir contra la ciencia, contra los hechos, contra la historia, contra lo bueno, incluso contra uno mismo.
Cuando un político ha perdido el sentido del ridículo, ya no tiene nada más que perder.
jueves, 1 de julio de 2021
Vacuna en el Zendal
Acompañé a mi amiga María a que le pusieran la segunda dosis de la vacuna Covid. María vive en Alcorcón. La citaron en el Hospital Zendal, a 40 km. de su casa. Esperanza Aguirre dejó su huella llenando la comunidad de Madrid de hospitales. Ahora Ayuso ha querido dejar su recado con el Zendal. Todo lo hacen por el bien de la ciudadanía. Si no, sería una estafa enorme. En efecto, lo mejor para el ciudadano no es vacunarse en su centro de salud, o, si acaso, en su hospital de referencia. No. Lo mejor es o bien perder toda la mañana haciendo transbordos y caminatas hasta llegar al Zendal, o bien gastarse unos euros con el coche haciendo 40 km. de ida (me refiero al trayecto) y otros tantos de vuelta, como si estuviéramos en el tercer mundo. Podría haberse trasladado el personal sanitario, pero seguramente a la empresa privada encargada del asunto le salía más rentable que se trasladaran los ciudadanos. Una riada de coches accediendo al Zendal sin sitios donde aparcar y poniendo contenta la contaminación de Madrid es lo que quería Ayuso. Así, mientras se cabreaban los ciudadanos y veían su obra, no se acordaban del juicio de la Kitchen ni oían las declaraciones del marido de Cospedal.
Una vez llegados al Zendal, había que aparcar. Lo hicimos cerca del campo de fútbol del Real Madrid. Luego anduvimos, que es bueno para la salud, sobre todo, si te obligan a hacerlo. Pasamos por una cola, que no era la que le correspondía a María. Al cuarto de hora de caminata llegamos a otra cola, y esta sí era la suya. Caía un sol de justicia y había que hacer la cola al sol. La cola no andaba. Corría el rumor de que se había caído el sistema de ordenadores. Miré a María y no nos dijimos nada. A ella no debe darle mucho el sol, menos mal que, por si acaso, se había echado una buena dosis de protección. A Ayuso y a sus lumbreras les dio igual que los ciudadanos pasaran un buen rato al sol. A los veinte minutos la cola echó a andar. Yo había encontrado un árbol en medio de aquel campo a medio urbanizar y esperé en la sombra a que María llegara a su destino. Luego dijo que dentro la marcha había ido muy bien. Rápidamente la vacunaron en la larga fila de puestos que había. Los diez minutos posteriores de espera los hizo en una sala con butacas cuyos asientos estaban viciados y hundidos, a pesar del poco tiempo que este edifico lleva abierto.
Mientras esperaba a María, a la sombra de un árbol, observé a una señora que había llegado a la cola y subía la rampa ayudada de dos bastones. A otros los subían en sillas de ruedas. Me preguntaba qué habrían hecho estos pobres para tener que hacer esta peregrinación. Entre las personas que salían, una señora con bastón decía en voz alta que si era necesaria una tercera dosis, ella no repetía el viaje.
Y luego, la vuelta. Otra caminata, otros 40 km y otro recuerdo a quienes han querido que estos despropósitos tercermundistas los suframos los madrileños. Qué mala suerte.
La oficina del español
¡Qué alegría más grande! ¡Con la falta que hacía una Oficina del Español! Cada vez que oigo hablar a la presidenta de la Comunidad de Madrid, veo necesaria la creación de esta Oficina del Español. ¡Y por sólo 75.000 euros al año! ¡Y con un especialista en la materia, como Toni Cantó! ¡Y con el objetivo de que se considere a la Comunidad de Madrid como capital del español! Esto no lo entiendo muy bien, pero tiene que ser bueno. ¡Qué alegría más grande!
Y las declaraciones de los militantes del PP siguen en el juicio de la Kitchen.
Los jueves, músicas nuevas. Coldplay