14 de septiembre de 2019
Cuando tenemos hambre, no vemos nada ni a nadie más que nuestra propia hambre. Y hay muchas clases de hambre.
El problema fundamental de la vida es un problema ético. ¿Cómo actuar hoy para crear un mundo más humano? ¿Cómo actuar de manera humana para crear un mundo mejor?
14 de septiembre de 2019
Cuando tenemos hambre, no vemos nada ni a nadie más que nuestra propia hambre. Y hay muchas clases de hambre.
Ayer vi un vídeo en el que tres niñas mal educadas y con dudosa preparación para andar solas por la sociedad escupían e insultaban a unas personas cuyo delito era ser inmigrantes. Deberíamos preguntarnos por qué no se deben tener estos comportamientos.
Aparte de que el respeto debe estar en la base de cualquier pensamiento o acción de los seres humanos, uno de los principios de la moral dice que si lo que le mueve a una persona a actuar le puede mover a actuar a todos, entonces esa acción es buena. Si el resultado de esa posible acción de todos originara un mundo peor, esa acción no debe ser realizada.
Veamos lo que podría ocurrir en este caso. Lo que mueve a estas niñas a escupir a los inmigrantes es el odio. ¿Podría esto convertirse en un criterio que moviera a actuar a todos los ciudadanos?
Si fuera así, podríamos ir todos por la calle odiando y escupiendo a cualquier persona que sospecháramos que fuera inmigrante. Los muy practicantes, organizarían excursiones a las plantaciones de fresa, por ejemplo, en donde los empresarios tienen que recurrir a inmigrantes porque ningún español quiere trabajar en las condiciones que ofrecen, y les escupirían mientras hacen el trabajo. Algunos, muy metidos en su papel, podrían investigar si los padres o los abuelos de estas niñas fueron en su día inmigrantes y, en caso afirmativo, endosarles sus correspondientes escupitajos. Habría un comité, que se apostaría en Barajas, para escupir a todos los licenciados españoles sin trabajo que han tenido que emigrar a algún país extranjero -en el que también serían inmigrantes- para poder subsistir. Cuando volvieran, les obsequiarían con una buena ración de escupitajos por traidores y por realizar tan malas prácticas. Los restaurantes de comida de cualquier país extranjero se verían obligados a cerrar, porque la gente entraría en ellos y escupirían a camareros y cocineros. Muchos bares, supermercados, tiendas de ropa y similares cesarían también su actividad, dado que muchos de sus empleados son inmigrantes. Y si además a los ciudadanos, hartos de tanta baba pública, les diera por defenderse a escupitajo limpio, habría que cerrar el país. Y no hablemos del riesgo que habría ahora, que debemos usar mascarilla para evitar los aerosoles.
Esto es lo que podrían conseguir estas tres niñas mal educadas, sin noción de lo que es un ser humano y echadas al mundo sin ninguna cultura y sin saber que sin respeto un mundo civilizado es imposible. Por tanto, lo que han hecho estas niñas, además de una guarrada, es inmoral.
Con frecuencia nos miramos al espejo. Queremos saber si el peinado es el que queríamos conseguir, si la mascarilla está colocada en su sitio, si el largo del pantalón es el adecuado o si la maquinilla de afeitar ha cumplido su función. Mal viviríamos sin un espejo porque nuestro cuerpo y nuestra apariencia lo necesita.
Sin embargo, hay otro espejo en el que nos miramos mucho menos, por no decir nunca. Es el espejo en el que, si le preguntamos, veremos nuestra vida. Ese espejo nos dice lo que hacemos, cómo aparecemos, cómo nos equivocamos, cómo acertamos y cómo somos, pero nos da bastante miedo ponernos delante de él y preguntarle. Ese espejo es el amigo.
19 de septiembre de 2018
Nos estamos olvidando de que la duda es la fuente de la sabiduría. Entre que el saber no es demasiado valorado y que la duda produce una intranquilidad en la mente, necesaria para que esta crezca, va aumentando el número personas que huyen de la duda y, consecuentemente, el número de ignorantes. Estos, para defenderse, creen que ya se lo saben todo y, además, que eso que dicen saber seguirá siendo así eternamente. No sé cómo van a ser felices.