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martes, 5 de marzo de 2013

Piernas




Me bajé del autobús y caminé detrás de una mujer de mediana edad. Llevaba las piernas enfundadas en unos leggins negros que dejaban ver una bella silueta en movimiento. El contorno de sus piernas, como dos potentes columnas coronadas por dos capiteles glúteos, era realmente atractivo y mi mirada quedó discreta, pero fuertemente fija en aquel bellísimo ritmo acompasado que evolucionaba delante de mí. La mujer siguió su camino y yo me desvié hacia el mío. Cuando desapareció, me di cuenta, con una cierta preocupación, de que en realidad a aquella mujer yo no le había visto las piernas, que había estado siendo seducido sólo por unas formas recubiertas de tejido y que desarrollaban un movimiento, es verdad, que realmente bello. Dentro de aquellas fundas negras podía haber una piernas, bonitas o no, o, vete a saber, unas prótesis convenientemente acondicionadas.

Los leggins no son las piernas, claro. Las piernas tienen, aparte de unas formas y un perfil determinados, una piel que les aporta una textura concreta, unos músculos que las moldean, unos pliegues que les dan vida, un color propio. Los leggins nos permiten ver la forma de las piernas, pero no su contenido particular. Y la forma es sólo una parte de la realidad, pero no es toda la realidad ni, posiblemente, sea la parte más importante de la realidad.

En ese momento del transcurso de mis pensamientos, de una manera un tanto brusca y no querida, me vinieron a la mente, primero, Rajoy, luego, Cospedal y ahí ya eché el freno y paré. Aparecieron estos tipos en mi imaginario porque me di cuenta de que también ellos ocultan el contenido de sus palabras bajo la apariencia de las formas. De la misma manera que los leggins no dejan ver nada de las piernas, las palabras de estos políticos de la derecha ocultan la realidad y dejan ver sólo una impresión de seguridad, de convicción o, en el caso de Cospedal, de nada, que es otra forma de no hablar de la realidad. Bárcenas, por ejemplo, juega, en el caso de Rajoy, el mismo papel que las piernas de la mujer de hoy. Nadie le ve las piernas, nadie habla de las piernas, como si no existieran. Sólo se ven leggins, movimientos no se sabe de qué y belleza. Si esas piernas tienen celulitis, manchas, varices o cicatrices, nada de esto se ve. Nadie sabe casi nada de Bárcenas, pero nos presentan leggins, apariencias, formas todos los días, para que nos conformemos con ellas y nos olvidemos de la verdadera realidad. El PP y los diseñadores nos tienden trampas con mucha frecuencia.

miércoles, 23 de enero de 2013

Lo que se ve. Todos




¿Por qué Rajoy usa tanto la palabra 'todos' cuando habla? Cuando actúa siempre piensa en unos pocos. ¿A qué viene esta disfunción?

viernes, 19 de octubre de 2012

Rajoy es responsable de Wert




Lo del ministro Wert supera ya todas las previsiones y todo lo permisible. Imagínate, lector o lectora, que tienes como empleado de tu empresa a un Wert que va por ahí dejando tu nombre y tu negocio ante la clientela como este ministro va dejando al Gobierno de España. ¿Cuánto tardarías en echarlo?

El ministro Wert, un aficionado a la política que ha demostrado una ineptitud brutal, una desvergüenza portentosa y una carencia de sentido del ridículo asombrosa, debería haber dimitido ya. Y si no lo ha hecho, debería ser cesado sin tardar más. A estas alturas del lamentable episodio Wert, Rajoy es ya el responsable directo de que siga ahí, diciendo y haciendo todas esas barbaridades con las que parece, además, estar gozando.

sábado, 15 de septiembre de 2012

Rajoy, el ausente




Rajoy va y viene, o sea, que se queda en el mismo sitio. Rajoy dice que sí y dice que no, o sea, que no dice nada. Rajoy está, pero parece que no está, o sea, que como si no estuviera. La gente, ante la sonora ausencia de un líder, de un jefe, de un presidente de Gobierno, empieza a hablar cada vez más y más alto. No sé si llegará un día en que, además de hablar, empecemos a hacer. No quiero ni pensarlo.

viernes, 14 de septiembre de 2012

Buenos días. Rajoy no está quieto




Tenemos dos grandes problemas. Nos gobierna el PP, con Rajoy en la cabeza, o en la cola, que eso es para discutir, y tenemos una crisis económica brutal. Rajoy no está haciendo nada para salir de la crisis. Como ha hecho a lo largo de toda su vida política, está quieto a ver qué pasa, aguarda a que le den alguna orden o le echa la culpa a alguien que ose pasar por donde está él. Pero, en realidad, Rajoy no está quieto. Con la excusa de la crisis, le está haciendo a los ciudadanos el mayor daño que un gobernante le puede hacer: está cambiando las estructuras socioeconómicas del Estado para que, cuando alguien nos saque de la crisis, ellos, los del PP, puedan hacer sus negocios de la mejor manera posible, explotando fácilmente a los ciudadanos y agrandando sus privilegios económicos. Si no te lo crees, repasa las medidas que ha tomado el Gobierno del PP y mira si una sola de ellas va encaminada a salir de la crisis.

lunes, 6 de agosto de 2012

Siga recortando, Sr Rajoy, pero...




Sí, siga recortando, no se prive, pero...

Recorte la edad de jubilación. Lo de 67 años es impresentable.

Recorte el IVA. En estas circunstancias, a más IVA, menos consumo y, por tanto, menos empleo.

Recorte el dinero que siguen teniendo los ricos. Se nota mucho ya su protección y el cariño que les tiene.

Recorte la amnistía fiscal. Le debería dar vergüenza.

Recorte su dependencia de la Sra. Merkel. Parece que goza usted con una especie de dominación.

Recorte el número de mentiras suyas y de sus ministros. Ya lo saben hasta en el extranjero.

Recorte su opacidad. La falta de transparencia es de débiles, pero, en su caso, hace daño.

Recorte su apoyo a la Iglesia Católica. ¿Es que le tiene miedo o cree, quizás, que España sigue siendo católica?

Recorte los sueldos de la gente de su partido. La desigualdad nunca es justa.

Recorte los privilegios de los banqueros. Parece que también les tiene miedo ¿o es que les debe algo?

Recorte en su chulería. Un poco de humildad le haría sentirse más feliz. No vale usted tanto como quiere hacer ver.

Recorte la distancia que le separa de los ciudadanos. Quizás sea demasiado tarde y tenga ya que quedarse sólo con los suyos.

Recorte el número de corruptos en su partido. Apesta ya demasiado.

Recorte el número de parados. Parece que vino usted a esto, pero está consiguiendo lo contrario. Y esto ya es cosa suya.

Recorte el número de ministros. Para lo que están haciendo bien se bastaría usted solo.

Recorte usted el número y la intensidad de sus fobias. Racionalice y actualice su opinión y la de su partido sobre las diversas orientaciones sexuales, sobre el laicismo, sobre la educación de los ciudadanos, sobre la educación, en general, sobre la sanidad, sobre lo público, que no es suyo, sino de todos, sobre el diálogo, sobre la necesidad de debatir y de llegar a acuerdos entre todos, que ustedes no son los únicos, sobre el ramalazo fascista que están mostrando cada vez con más frecuencia. Usted y su secta no son más que servidores públicos. Si se han creído otra cosa, deberían irse ya por una cuestión de ética.

Recórtese también usted a sí mismo. No pretenda ser el único ser válido en la sociedad, ni el salvapatrias, ni el enviado del Altísimo. Va a pasar usted a la historia como el representante de los ricos, pero eso ya lo sabemos y no es necesario que monte usted toda esta opereta de aficionado al gobierno.

Sería muy bueno para todos un Rajoy muy muy recortado. Y lejos.

domingo, 22 de julio de 2012

El fumadero de Rajoy


Me he desvelado esta noche a causa de un PIS (Pensamiento Imaginativo Singular) sobrevenido, que me ha dejado los ojos enrajoyados y me ha generado una percepción paranadanormal.

De pronto se me ha iluminado la mente y he visto con todo detalle la estancia del Palacio de la Moncloa que usa el señor Presidente del Jodiendo, don Mariano Rajoy, para fumar puros. Es un cuarto pequeño, situado en un lugar recóndito del Palacio, en donde el eximio inquilino pasa buena parte de su tiempo. Tiene instalada en el centro de una de sus paredes una silla articulada y perfectamente automatizada que produce un movimiento como de ahora voy / ahora vengo, muy en consonancia con la personalidad del actual usuario. Es un balanceo pausado, en perpetua indecisión, que concreta su existencia en ese cansino ir y venir para quedarse siempre en el mismo sitio. Sobre la silla y un poco delante de ella tiene instalado un mecanismo de penetración y retroceso, del que pende un puro encendido y suspendido por unos hilos metálicos que forman el artefacto en cuestión. El puro está situado en una posición tal que, cuando se acerca a donde se encuentra el señor Presidente del Jodiendo, don Mariano Rajoy, le penetra suavemente en los labios y permanece allí el tiempo necesario para que su señoría le extraiga sus entrañas más gustosas y sus humos más perniciosos. Pasados estos instantes, el puro inicia su marcha atrás, con la misma suavidad con la que penetró, para que la ceniza no caiga en los pantalones del señor Presidente del Jodiendo, don Mariano Rajoy. Llegado el puro al punto de máxima lejanía, una pieza metálica y cilíndrica en forma de dedo le suministra unos suaves toques para que la posible ceniza caiga en un receptáculo apropiado y no manche el suelo de la estancia. El artefacto se completa con una pieza móvil, en forma de mano articulada, sensible a la voz humana, que se activa con un sonido de garraspera y que acaricia suavemente la cabeza del señor Presidente del Jodiendo, don Mariano Rajoy, cada vez que éste sufre el ataque de algún pensamiento relacionado con la situación del país.

Frente a todo este aparataje, una máquina proyecta en la pared la Historia Interminable
de los goles del Real Madrid, con la que el señor Presidente del Jodiendo, don Mariano Rajoy, alivia sus tormentos y deja que otros arreglen los problemas de los ciudadanos o, preferiblemente, que se pudran, bien los problemas o bien los ciudadanos.

En el fumadero del señor Presidente del Jodiendo, don Mariano Rajoy, hay mucho humo porque él no quiere que salga al exterior, para que nadie, salvo los más allegados, sepan dónde está su refugio. Por allí pasan de vez en cuando los ministros y las ministras a evacuar consultas o a llorar.

No todos soportan bien el humo de la estancia. Uno de los que sufre más los efectos colaterales del puro es don Mariano Montoro, ministro de Hacienda, que suele salir muy colocado de la reunión y profiere luego expresiones de mucho reír, como esa que dice que los cuadernos de los alumnos no son material escolar, o como cuando llama retraimiento del sueldo a la supresión de la paga extraordinaria de los funcionarios. Luego, cuando se le pasa el colocón, como no se acuerda de la gracia que hizo a la salida, suele decir lo contrario de lo anterior, con lo cual hace aún más gracia, sobre todo a los Mercados, que gozan de forma sustanciosa con él y muestran su regocijo haciendo sonar con estruendo la prima de riesgo.

En cambio, al ministro don Mariano de Guindos, también del clan neohiperliberal, como el anterior, no le sienta nada bien el humo y sale del fumadero como malhumorado y con cara de asco, soliendo dedicarse a decir lo contrario de lo que haya dicho un poco antes don Mariano Montoro.

A la ministra doña Mariana Mato, el humo le produce una confusión muy seria en el habla. Si tiene que intervenir en público después de pasar por el fumadero, es muy probable que se le trabe la lengua, que diga incoherencias, inexactitudes e impropiedades, aunque siempre con una gran naturalidad, como si fueran propias de su estado normal.

Doña Mariana Báñez, también ministra del clan, suele perder los papeles cada vez que acude por algún motivo al fumadero. Acostumbra a salir muy contenta de él y su problema con los papeles es que, más que perderlos, los envía a periódicos afines, como la que manda besos a los admiradores. Después, como quien no quiere la cosa, se encomienda a alguna Virgen desocupada y se queda ta tranquila hasta que se le pasan los efectos y se calla.

El visitante del fumadero que más acusa los efectos perversos del humo es el ministro de Educación y otras cosas, don Mariano Wert. Sale del recinto con una sonrisa hemicíclica instalada en el rostro y, dispuesto a comerse el mundo, agacha un poco su cabeza rocosa y, cuando parece que va a embestir a toda la torería universal, comienza a correr hacia atrás, llegando a veces sin parar hasta los confines de la Edad Media. Por su carácter imprevisible y retrógrado produce en la concurrencia una extraña y agria mezcla de jocosidad y de terror.

Citemos, por último, a don Mariano Gallardón, visitante fiel y asiduo del fumadero, que sale crecido siempre de las visitas y que vuelca enseguida sus irrefrenables energías sobre todo lo que toca, encendiendo con prontitud los campos de batallas y creando sin cesar nuevos enemigos que amenizan la vida y generan temas de mucha y amena conversación.

De vez en cuando, al señor Presidente del Jodiendo, don Mariano Rajoy, le entran ganas de estirar las piernas y sale unos momentos del fumadero a pasear un rato. Aprovecha entonces para echar unas firmas, leer algunos discursos delante de gente adormecida o entregar mamotretos a los obispos, pero, en cuanto el aire fresco de la realidad le entra por las narices, vuelve raudo y veloz a su refugio antichusma, se sienta en su sillón articulado, cruza sus manos sobre la barriguita incipiente y se dedica al noble arte de fumarse un puro contemplando los goles del Real Madrid y huyendo de la cruel realidad, con la que nada quiere tener que ver y de la que el pobre hombre no entiende qué es lo que quiere la gente, con lo bien que se viviría si todos hicieran lo mismo que hace él.

martes, 17 de julio de 2012

Sinvergüenzas, pero no tontos



Rajoy y la panda de aficionados que constituyen el actual Gobierno de España no son más que un grupo de ineptos, de ignorantes y de sinvergüenzas, dicho sea con todo el respeto y toda la objetividad posibles, pero no son tontos. No tienen ni idea de cómo salir de la crisis y se han puesto en manos de Merkel y su clan de neoliberales. Como consecuencia, recortan, eliminan y reducen todo lo que encuentran a su paso, sin tener en cuenta el daño que le hacen a los ciudadanos y alentados por los aplausos que se regalan entre ellos, que miran para otro lado ante el sufrimiento de los demás.

La crisis no la van a solucionar ellos, pero mientras alguien hace algo con sentido, estos elementos están aprovechando la situación para desmantelar las estructuras del Estado, de manera que en el futuro les pueda favorecer a ellos. Han hecho una reforma laboral que sólo beneficia con descaro a los empresarios, sacan dinero de donde sea para los bancos, toman medidas para que ganen más dinero los grandes comercios a costa de los pequeños, van en contra de los derechos y de las libertades de los que son diferentes y le sacan dinero a los que menos tienen, pero no tocan ni a las grandes fortunas ni a la Iglesia católica ni a cualquiera que se alinee con ellos.

Día a día, mediante mentiras, críticas feroces e injustas y descalificaciones machaconas, han ido labrando la mentalidad de los más cándidos, despreocupados e ignorantes, haciéndoles creer que hay que odiar a unos supuestos enemigos y que hay que votarlos a ellos, ignorantes disfrazados de salvapatrias. Todos estos, junto con los interesados en que el Estado favorezca sus negocios, han logrado que estos pájaros estén aprovechando la situación para hacer desaparecer los derechos y que permanezcan sólo sus privilegios. Es de suponer que los que les han hecho el juego esta vez hayan tomado conciencia de lo que han hecho y sepan atinar mejor la próxima vez. En todo caso, como esto dure mucho tiempo, se van a quedar solos.

sábado, 30 de junio de 2012

Rajoy es y no es Rajoy




Rajoy es Rajoy, pero no es Rajoy. ¿Cómo que no es Rajoy? Bueno, depende. Es Rajoy y no es Rajoy, porque a veces es Rajoy sin serlo y otras no lo es, aunque lo sea. Él nunca ha dicho que sea Rajoy o que deje de serlo. Es Rajoy cuando lo es, cuando no puede dejar de serlo, y cuando no lo es, pues puede que lo sea o que no lo sea, ya que la situación es difícil y a veces hay que hacer lo que hay que hacer, con independencia de que se sea o que no se sea. Además, la herencia recibida hace que unas veces tenga que ser Rajoy y otras, o las mismas, que no pueda ser Rajoy. Él lo tiene muy claro y está convencido de que hay que ser lo que hay que ser, sea lo que sea. Porque cuando las cosas están muy claras hay que llamarlas por su nombre y se es Rajoy cuando se es Rajoy y cuando no se es, pues no se es. Pero cuando la gente no tiene una visión de la situación con la meridiana claridad necesaria, pues entonces hay que ser Rajoy o no serlo, según contribuya al bien general del país. Y cuando aparece el miedo estructural o la señora Merkel se cambia de chaqueta, de color de chaqueta, claro, o la prima de riesgo se pone peor que con Zapatero, pues entonces, oiga usted, se es Rajoy o no se es o lo que haga falta. Lo importante es que la gente se crea que estamos en un país bien gobernado, que vamos hacia adelante y que no dé la lata, porque da igual quién esté en el poder con tal de que sea Rajoy o no Rajoy. Y da igual también que Rajoy diga una cosa y haga la contraria, porque en todo caso luego el no Rajoy saldrá dirá que él no, aunque el otro sí, pero que hay que recortar, asunto éste que probablemente no haya hecho Rajoy, sino el no Rajoy. Antes, el poder se ejercía de manera bicéfala, como lo hacían Felipe González y Alfonso Guerra. Hoy el PP lo ejerce de forma postmoderna, es decir, pluricéfala y multipostural. Así, cada uno dice una cosa, la que le dé la gana, aunque el de al lado diga luego la contraria, y todos digan que sí y que no. Rajoy, ante esta situación, tiene que poner de manifiesto que él es el jefe, el líder, y asumir en su humilde y quebrantada persona toda la creatividad que ponen de manifiesto sus seguidores y proclamar a todos los vientos sucesivamente el ser y el no ser. No en vano él es Rajoy y no lo es. Ser o no ser, esa es la cuestión de Hamlet, pero no la de Rajoy, que tiene superada la contradicción al sintetizar perfectamente los contrarios en una unidad superior y equivalente a la nada más vacía.

sábado, 28 de abril de 2012

Tratamientos







Cuando Zapatero se dirigía a las personas a las que gobernaba, los trataba de ciudadanos, esto es como miembros de la ciudad, como seres sociales con derechos individuales y colectivos. Cuando Rajoy les habla a estos ciudadanos, los reduce a la condición de españoles lo cual, con independencia del posible tinte xenófobo que pueda tener su discurso al excluir a los no españoles, considera a sus oyentes como meros habitantes de una zona geográfica. Montoro, por su parte, en ese tono desabrido y vulgar en el que se suele expresar, se limita a hablar de la gente, de lo que hay que decirle a la gente y lo que tiene que saber la gente. Lo mismo hacía esta mañana una representante del PP que hablaba en la SER como si estuviera en posesión de toda la verdad.

Creo que en este detalle se ve claro que no todos tienen la misma idea de respeto a los ciudadanos y creo también que con un poco de sensibilidad se puede intuir la idea que cada uno de ellos tiene en la cabeza de lo que eres tú y de lo que soy yo.

miércoles, 11 de abril de 2012

Andarse con ojo




Fíjate bien. Cuando habla Rajoy, no nos trata como ciudadanos, sino como españoles. Ser español es un concepto que hace referencia a la naturaleza, al lugar de nacimiento. En última instancia, tiene referencias sentimentales, afectivas y también individualistas. Ser ciudadano es, en cambio, un concepto cultural, que responde a una creación humana y hace referencia a la pertenencia a un grupo, a la ciudad. Implica, además, ser sujeto de una serie de derechos y también una concepción del ser humano igualitaria, porque a la ciudad pertenecemos todos. Cuando Rajoy nos trata como españoles, no se está refiriendo a nosotros como seres culturales, sino como a meros seres vivos, seres intercambiables, manejables, meros números. Esta es una de las claves del retroceso cultural en el que nos ha metido la ignorancia, la despreocupación y la anestesia que ha sembrado con enorme éxito la derecha entre nosotros. Cuando Rajoy quiere quitar la Educación para la Ciudadanía de los planes de estudios, no quiere quitar una mera asignatura, sino suprimir una idea de ciudadano como ser con derechos, por ejemplo, a casarse con quien quiera, a tener la orientación sexual que quiera y a hacer con su vida lo que prefiera. El ideal de la derecha de Rajoy es el de crear seres que no se enteren de los manejos que sufren, que no sean capaces de criticar lo que ocurre y que acepten sin rechistar los designios que desde arriba quieren crear individuos uniformes, tontorrones y dóciles, que no ofrezcan resistencia a sus manejos y a sus negocios. Debes andarte con ojo, porque peligra tu vida concreta como ser humano.

lunes, 28 de noviembre de 2011

Silencios



El silencio lanza hoy sus gritos al aire para quien quiera verlos.

Se verá a leguas de distancia el silencio de Rajoy. No hace ni diez días arrojaba palabras a gritos, con esa imagen de enfado permanente con el que viene expresándose desde hace años. Le interesaba entonces que se le oyera, tenía la necesidad de hacerse presente produciendo ruido, aunque el contenido informativo de sus palabras fuera muy escaso o nulo. Una vez que le dieron el poder, cesó esa necesidad de presencia y ha vuelto ahora a su estado más querido, el de la reclusión lejos de la plebe y abandonando el cuidado de los que le otorgaron su confianza. O sea, que ya tenemos otra vez el Rajoy de siempre. Dicen que se está reuniendo con los que tienen el poder, banqueros y gente así, lo cual es bastante significativo, pero el olvido de los que lo han aupado a donde está también lo es.

Hay otro silencio que también puede resultar ensordecedor. Es el de los impulsores del 15 M. Todo movimiento encaminado a crear conciencia entre los ciudadanos debe ser siempre bienvenido y defendido. Pero, como en todo, las circunstancias están siempre indisolublemente unidas a los hechos y, en consecuencia, no es lo mismo efectuar una crítica feroz de ciertos partidos clave en la sociedad española actual antes de las elecciones que llevarla a cabo después de haber votado. Como algunos veíamos venir, las movilizaciones del 15 M lograron dividir y, en bastantes casos, llevar a la abstención a los votantes de la izquierda, con el consiguiente beneplácito de la derecha, que, muy agradecida, ha recogido los frutos de la maniobra logrando una mayoría absoluta.

Ya pasaron las elecciones y tenemos ahora un futuro presidente del Gobierno que está recluido en sus habitaciones sin dirigir una palabra ni al pueblo ni a sus votantes sobre los planes de gobierno que tiene, si es que los tiene. Porque una de las posibles interpretaciones de este silencio es que no tiene los deberes hechos, que no tiene ningún plan previsto y que en la campaña electoral no dijo nada concreto porque no tenía nada concreto que decir.

Y este debería ser el momento en el que el 15 M saliera a la calle a crear conciencia crítica entre los ciudadanos. Tendrían, al menos en teoría, cuatro años para hacerlo y para que en las próximas elecciones los ciudadanos fueran sabiendo lo que fuera. Pero por lo que se ve están callados. Aquí nadie habla nada y el silencio puede convertirse de un momento a otro en un grito de no se sabe qué.

jueves, 17 de noviembre de 2011

Rajoy y tu futuro




De lo que Rajoy no quiere hablar es de lo que está en la base de todo lo que hacemos en el presente: el futuro. Y no quiere hacerlo porque sabe que su "solución" pasa por empeorarle las condiciones de vida a la parte más desfavorecida de la población.

Cualquier persona necesita para vivir salud y cultura, es decir, conocimientos, educación, valores. Los ricos se pueden pagar con dinero ambas cosas, aunque tengo mis dudas sobre el interés que puedan tener en lo relacionado con el segundo aspecto, pero los pobres, no.

Y lo que va a hacer Rajoy, como están haciendo ya en sus Comunidades los gobernantes del PP, es reducir las condiciones de atención a la salud de los ciudadanos. Hablando claro: va a permitir que vivamos peor y que nos muramos antes, sin que ello parezca que le importe demasiado. Tú y tu vida, lector, lectora, no les importa nada ni a Rajoy ni al PP.

Y van a reducir tus posibilidades de acceso a la cultura. Tú puedes vivir sin cultura, pero, aunque no lo sepas, vivirás peor y con menos futuro que si la tuvieras.

Ni a Rajoy ni al PP les importa nada ni la cultura ni la salud ni tú. El único móvil de su política es el de tener el poder para organizar el país de manera que los suyos puedan ganar la mayor cantidad de dinero posible en las mejores condiciones que puedan darse. Ni tú ni tu futuro cuentan nada para Rajoy.

domingo, 6 de noviembre de 2011

sábado, 15 de octubre de 2011

¿Será posible?




Hoy he tenido el feo detalle de comer con la tele puesta. Son esos momentos tontos que tienes y que no evitas por excesiva relajación. Estaban dando el telediario en la primera cadena, que es la menos dañina, y de pronto, emergiendo de la caverna profunda, salió Rajoy con su cara de antiguo, su expresión de cabreo latente y su dicción odontólógica. Dijo, sin mover más músculos que los necesarios:
Cuando gane el PP, mi gobierno no hará ninguno de los recortes sociales que está haciendo ahora el gobierno socialista.
Mi mente está más preparada que mi organismo para los disparates, por lo que éste reaccionó de mala manera. El muslo de pollo se me fue por mal camino y casi me ahogo en el trance. Me salieron del alma dos palabras que no pudieron nacer, como si se hubieran quedado por el camino enganchadas en las interrogaciones:
¿Será posible?
Si vuelvo a cometer el impersonable fallo de comer viendo la tele y sale Rajoy, detendré inmediatamente el funcionamiento del organismo, dejaré los cubiertos en el plato y procuraré oírlo sin mover un sólo músculo. Qué susto.

miércoles, 28 de septiembre de 2011

El peligro de Rajoy




Todos los días, desde el primero, ha estado diciendo, al margen de lo que manifestó en su momento la democracia, que Zapatero tenía que irse.
Ahora, antes incluso de que hable la democracia, ya cree que el poder lo tiene él.
¿Has visto a algún personaje más peligroso que este 'demócrata' de Rajoy?

lunes, 19 de septiembre de 2011

PPor qué???

Hablan de lo que no saben. Meten la pata a cada momento. Hablan y no dicen más que diparates. Les da igual. El país está dormido. Nos toman por tontos y a la mayoría de la gente le da igual. Nos insultan y no pasa nada. La incompetencia surge en cuando hablan. No valoran la educación, ni la sanidad. No creo que estén locos. Debe de ser algo peor. Unos están muy indignados y otros están muy dormidos. Al 25% de la población le da igual que gane el PP o que gane el PSOE. ¡¡¡ El 25 % !!! Rajoy es una figura hueca de cartón piedra en una cabalgata de niños grandes.

martes, 6 de septiembre de 2011

He aquí el hombre: Mariano Rajoy


En una página muy buena que se titula Los genoveses, hemos encontrado una biografía indispensable para cualquiera que quiera vivir en España sabiendo quién es quién. Léela aquí y medítala, que lo merece.

miércoles, 10 de agosto de 2011