martes, 26 de julio de 2011

Letras que hago mías. Mi primera vez: Ingles sudorosas.

Todos hemos tenido una primera vez. Y si no la has tenido todavía, la tendrás. Seguro. La primera vez constituye una vivencia peculiar, excitante, iniciática. Tu mundo cobra una dimensión nueva, la vida se abre con más  fuerza ante tus ojos, tu corazón late a una velocidad nueva y una sonrisa profunda y tranquila se instala en tu boca. Es posible que no olvides en mucho tiempo tu primera vez. Maruja Torres la recuerda en este artículo de El País y la cuenta con su reconocida maestría.


Dibujo de Eva Vázquez, publicado en El País.


Mi primera vez
Maruja Torres 


EL PAÍS - 18-07-2011

Caminé por el pasillo. Cuando llegué al cuarto de baño de las chicas escuché sus voces aturulladas. Estaba segura de que a ellas les había ocurrido antes, por eso parecían tan tranquilas, incluso indiferentes. Charlando de sus trivialidades, como si nada.

Aspiré hondo, empujé la puerta y entré, toqueteándome la tripa. Cosa de disimular. Quería quedarme un buen rato encerrada en el WC, haciéndolo. "No me encuentro bien", expliqué, para redondear la coartada. Necesitaba que se marcharan, necesitaba quedarme sola. A solas conmigo.

"¿Has tomado Sal de Eva?". "Una ginebra con menta te aliviará". Callé. ¿Qué sabían aquellas estúpidas, aquellas tontas que venían haciéndolo con regularidad, que ni siquiera le daban importancia a lo que hacían? A mí me temblaban las piernas. Enferma, sí. Pero de emoción. Me dolían los pechos, mis pezones se disparaban contra la blusa de nylon barato, y el sudor manaba de mis ingles como si, verdaderamente, tuviera ese día la visita del mes, y fuera otro líquido lo que fluía.

Pero no, esta era una ocasión gozosa. Esta era la transpiración feliz que mi cuerpo entero enviaba al exterior. Allí, encerrada, sentada en la tapa del inodoro, emitiendo falsos gemidos, aguardé. Astuta, cautelosa. Y con las ingles empapadas. Para entretenerme, imaginé lo que iba a suceder después. ¿Se me notaría físicamente el cambio? ¿Alguien más que yo se percataría de que a partir de entonces iba a empezar a convertirme en una mujer independiente, una mujer que agarraría a cachitos su libertad hasta convertirla en una cerca, en una muralla, en una barricada de la que nadie podría arrancarme?

Poco a poco se marcharon las otras. Les escuché hacer planes, echar risas, criticar a las ausentes. Se habían olvidado de mí. Mejor. Ya en silencio -podía sentir que me había quedado sola en la planta- calculé el tiempo que me quedaba para hacerlo. Por entonces aún no tenía reloj de pulsera y me había acostumbrado a leer el paso del tiempo en los sonidos que escuchaba. No, no me iba a quedar encerrada en el edificio, haciéndolo. Entre otras razones, porque algo así sólo se hace una vez por primera vez.

Relajé mi cuerpo. Abrí las piernas, las extendí -chop, chop, musitaron mis ingles al despegarse-, puse los pies mirando al techo -recuerdo que los zapatos eran de suela dura, baratos- y con delicadeza tanteé la abertura.

No, no iba a comportarme con prisas. Levanté la cabeza y la luz del fluorescente -un único tubo para un aseo de seis servicios-, que me llegaba amortiguada, me pareció única, sensual.

Ensalivé con delectación mi dedo índice y lo pasé por la abertura, que simplemente se ablandó un poco, pero no cedió. Me metí el dedo medio en la boca y lo empapé. De nuevo froté el punto objeto de mis deseos. Se ablandó más, pero tampoco se abrió.

De pronto me puse frenética y utilicé todos los dedos de las dos manos.

Rasgué el sobre. Mi primera paga. Allí estaba. 535 pesetas, 1957.



Brad Mehldau

lunes, 25 de julio de 2011

Como una droga



Hay una clase de listos que dicen tonterías para que los oyentes, a los que cree tontos, les hagan caso y acepten sus consignas. Previamente han entontecido a cuantos más, mejor, acostumbrándolos a la mentira, privándolos de una educación crítica, sembrándoles el odio en lugar de la igualdad, acostumbrándolos a asumir las discriminaciones a las que son sometidos sin que se den cuenta y construyendo así, poco a poco, una clientela de tontos fieles, sumisos, inconscientes y dispuestos a todo con tal de que el listo les salve lo que les queda de vida infeliz. Sólo queda la posibilidad improbable de que el tonto tome conciencia de que el supuesto listo en realidad es un golfo que le está engañando desde que apareció en su vida. Pero esto es algo tan difícil como dejar la droga.

Django Reinhardt


domingo, 24 de julio de 2011

Así es el PP / 2

La caída de un presidente por el 'caso Gürtel' 




EL PAÍS  -  Madrid
EL PAÍS  -  España - 22-07-2011


Los dirigentes del PP reciben cada mañana un argumentario breve con el asunto central del día, para que puedan responder ante la prensa. El de ayer, centrado en la dimisión de Francisco Camps, va incluso más allá de lo que se atrevieron a trasladar algunos dirigentes en sus intervenciones ante la prensa. De hecho, va tan lejos que falsea algunos datos sobre el proceso por cohecho impropio contra Camps. "La acusación está promovida por el Partido Socialista y la fiscalía del Gobierno socialista", llega a decir. Lo cierto es que la investigación inicial, dirigida por el juez Baltasar Garzón, se inició con una denuncia de un exconcejal del PP y fue impulsada por la Fiscalía Anticorrupción, dirigida por Antonio Salinas, que fue nombrado durante el Gobierno de José María Aznar.

"Tras ser archivado, fue reabierto por orden expresa del Gobierno socialista a la fiscalía", insiste el argumentario. Los populares aseguran que María Teresa Fernández de la Vega ordenó a la fiscalía reabrir el caso. Sin embargo, la fiscalía estaba casi obligada a recurrir después de una enorme polémica por un archivo que contó con un voto particular de un magistrado conservador y fue decidido por un juez, Juan Luis De la Rúa, amigo de Camps. Además, fue el Tribunal Supremo, por unanimidad de cinco jueces, y no la fiscalía, quien decidió reabrir el caso en un durísimo auto contra el tribunal de De la Rúa.





El argumentario remata: el ejercicio de responsabilidad de Francisco Camps deja sin discurso al PSOE. El presidente Camps dimite en un ejercicio de responsabilidad y generosidad. "El PSOE debe explicar ahora por qué Bono, Chaves y Griñán no han dimitido todavía. Rubalcaba tiene que explicar por qué no ha dimitido por traicionar a la policía y a la Guardia Civil con el chivatazo a ETA".



Enya

sábado, 23 de julio de 2011

Amy Winehouse: ya

Letras que hago mías: Gerard Mortier / 5




P. Luego está Internet, que ha revolucionado la industria y ha dinamitado el viejo concepto de autoridad.

R. Como ve [dice señalando la mesa de su despacho], no tengo ordenador. No he estudiado el caso de Internet y no quiero sacar conclusiones sobre algo que no he estudiado. Tengo colaboradores más jóvenes que lo usan y sé que la web es fundamental. La Red es un medio que debemos usar, sin duda. La pregunta es, de nuevo, cómo. ¿La autoridad? A finales del siglo XVIII perdió su autoridad la Iglesia; luego, la fue perdiendo el Estado poco a poco. Por eso, los masones y algunos intelectuales, como Goethe, promovieron la elaboración de una ética individual. Para eso debe servir la educación, para formar esa ética. Actualmente la autoridad es el mercado. Y ese es un problema serio. El que tiene el dinero marca el precio y quiere también marcar el valor.

Pero no soy pesimista. Para mí no es importante que la cultura europea sea la más fuerte sino que sus valores sobrevivan. Pero no soy un profeta, debo vivir hoy luchar contra el consumismo y la frivolidad. No podemos cambiar a la humanidad pero sí influir en algunos lugares, no queramos dominarlo todo. En pequeñas células podemos hacer cosas muy interesantes. Es maravilloso ver la emoción de 15 estudiantes emocionados con una pieza musical o con un poema.

Belle and Sebastian

viernes, 22 de julio de 2011

Letras que hago mías: Gerard Mortier / 4

Por su naturaleza, la ópera es un lugar conservador. Y no está mal mientras no se vuelva reaccionario. ¿Y qué es un reaccionario? Pues un conservador que no tiene curiosidad por lo nuevo. Yo entiendo a la gente que quiere conservar valores. Pero conservar bien es también abrir el interés a cosas nuevas. Si no, los valores se marchitan y mueren. Los conservadores no pueden pensar que la ópera es un espacio exclusivamente suyo. Yo tengo una gran fe en la emoción directa. He visto la reacción de la gente cuando hice Tristan e Isolda con Bill Viola. Hicimos 25 espectáculos. Muchas veces el público es más inteligente que los llamados profesionales de la información y de la crítica. ¿Que de 1.500 personas 30 se marchan del teatro? No está mal. También se salían de las primeras óperas de Mozart.