jueves, 19 de febrero de 2009

Fotografxs / 6 / Henri Cartier-Bresson



Es, sin duda, uno de los grandes. Henri Cartier-Bresson (París 1908 - Cereste 2004). Pierre Assouline, uno de sus biógrafos, lo calificó como el ojo del siglo.

Fundó junto con otros grandes fotógrafos la importante Agencia Magnum. Durante veinte años se recorrió todo el mundo, siendo considerado como uno de los reporteros más importantes de su época. Fue el primer fotógrafo que expuso su obra en el Museo de Louvre, de París.

Para él, "la fotografía es, en un mismo instante, el reconocimiento simultáneo de la significación de un hecho y de la organización rigurosa de las formas, percibidas visualmente, que expresan y significan ese hecho".

Puede verse una buena muestra de su obra aquí.











También puedes verlas aquí:


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martes, 17 de febrero de 2009

El elogio de la sombra / 1


He hecho una primera aproximación a una de las dos exposiciones que, bajo el título sugerente de La sombra, ha organizado el Museo Thyssen-Bornemisza junto con la Fundación Caja Madrid.

El tema de las exposiciones me ha recordado un librito precioso, lleno de sensibilidad, escrito por el japonés Junichirõ Tanizaki (1886 – 1965) y titulado El elogio de la sombra.

Quiero incluir aquí algunas citas de este librito que muestran una estética y un sentido de la contemplación muy alejados del que solemos tener en occidente.

La primera cita habla de algo muy importante en Japón, pero con una cierta mala prensa en occidente: el de los retretes. Dice Tanizaki:

Siempre que en algún monasterio de Kyoto o de Nara me indican el camino de los retretes, construidos a la manera de antaño, semioscuros y sin embargo de una
limpieza meticulosa, experimento intensamente la extraordinaria calidad de la
arquitectura japonesa. (…)

Siempre apartados del edifico principal, están emplazados al abrigo de un bosquecillo de donde nos llega un olor a verdor y a musgo; después de haber atravesado para llegar una galería cubierta, agachado en la penumbra, bañado por la suave luz de los shōji y absorto en tus ensoñaciones, al contemplar el espectáculo del jardín que se despliega desde la ventana, experimentas una emoción imposible de describir. (…)

En verdad, tales lugares armonizan con el canto de los insectos, el gorjeo de los pájaros y las noches de luna; es el mejor lugar para gozar de la punzante melancolía de las cosas en cada una de las cuatro estaciones y los antiguos poetas de haiku han debido de encontrar en ellos innumerables temas. Por lo tanto no parece descabellado pretender que es en la construcción de los retretes donde la arquitectura japonesa ha alcanzado el colmo del refinamiento. (…)

Comparada con la actitud de los occidentales que, deliberadamente, han decidido que el lugar era sucio y ni siquiera debía mencionarse en público, la nuestra es infinitamente más sabia porque hemos penetrado ahí, en verdad, hasta la médula del refinamiento. (…)


Los inconvenientes, si hay que encontrar alguno, serían su alejamiento (…), además del peligro, en invierno, de resfriarse; no obstante si, para repetir lo que dijo Saitō Ryoku, “el refinamiento es frío”, el hecho de que en esos lugares reine un frío igual al que reina al aire libre sería un atractivo suplementario.
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lunes, 16 de febrero de 2009

Secuelas de la guerra


Te recomiendo el artículo que con el título de Psiquiatría del horror, aparecía el pasado domingo 1 de febrero en El País. Leemos en él lo siguiente:

"Las auténticas armas de destrucción masiva son las que avivan los conflictos, la pobreza y los abusos contra los derechos humanos en todo el mundo",

ha escrito Irene Khan, secretaria general de Amnistía Internacional.

El doctor Mahmud Sehwail, fundador y director del Centro de Tratamiento y Rehabilitación para Víctimas de la Tortura (TRC) de Ramallah, habla de las consecuencias de la guerra:
"Hay un programa continuo para niños. Millares de menores palestinos han
visto morir a sus amigos, presencian los bombardeos". Los niños palestinos
tienen armas de juguete; basta dirigirse con una cámara de fotos a un grupo de
críos para que posen con sus pistolas. Imagino que los niños -que juegan en
calles empapeladas con las fotos de mártires- crecen rodeados de odio, en un
ambiente propicio para que se conviertan en personas muy agresivas, tal vez en
hombres y mujeres dispuestos a inmolarse. "Yo he conocido a las familias de
suicidas", dice Mahmud Sehwail, "y en muchos casos no hay motivo religioso ni
político. La frustración y la desesperación son las verdaderas causas del
suicidio. Hace unos años me invitaron a un programa de radio. Un hombre llamó
diciendo que sus hijos presenciaron cómo un soldado israelí mató a su madre. El
hombre pidió ayuda psicológica. Un mes más tarde supimos que aquel hombre se
había volado a sí mismo en Israel, matando a varias personas. No pudo manejar
sus problemas".




domingo, 15 de febrero de 2009

Lesbianas, censura y ¿educación?

Por si acaso no ha quedado claro lo sucedido con un post anterior de este blog, quisiera exponerlo aquí de nuevo.

La Comunidad de Madrid considera que los alumnos de Secundaria no deben poder acceder desde algunos de los ordenadores de los Institutos a sitios de Internet en donde se hable, por ejemplo, de lesbianas. Al parecer, el 10% de la población es homosexual, pero la táctica educativa de esta Comunidad es procurar que los alumnos no se enteren y que miren para otro lado. Supongo que, como consecuencia, querrá también que si una alumna es lesbiana, que sufra y que no sea como es, sino como la Comunidad quiere que sea, es decir, heterosexual. Y esto, porque a la Comunidad le dé la gana.

Para conseguir este objetivo, la Comunidad de Madrid aplica unos filtros a los ordenadores. Como consecuencia de tal aplicación, cuando alguien busca una página sobre lesbianas, el ordenador se lo impide y sale un aviso de que el tema entra dentro de la 'pornografía' (sic).

Esta es la situación que promueve sin ruborizarse la Comunidad de Madrid. Lógicamente, el alumno o la alumna que quiere informarse sobre el lesbianismo, lo consigue. Y también consigue mandar a tomar vientos a los regidores de la Comunidad de Madrid y convencerse de que los responsables de estos desvaríos no alcanzan la mínima categoría que se necesita para ser considerados como seres humanos. La degradación de lo que ocurre en esta Comunidad está alcanzando ya cotas tan inhumanas y tan negativas que no sé si la situación será ya irrecuperable.
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Menos mal que ya está aquí el Carnaval / 3

De nuevo 'Los curas de pueblo', esta vez ejerciendo de exorcistas.


sábado, 14 de febrero de 2009

Menos mal que ya está aquí el Carnaval /2

Una de las mejores chirigotas callejeras salió el año 2001 con el título de "Los curas de pueblo". Aquí hacen su versión del descubrimiento de América o, lo que es lo mismo, la historia de la papa, el riquísimo tubérculo tan habitual hoy entre nosotros. Disfruta.



jueves, 12 de febrero de 2009

Paseando por la vida / 39 / Espías


Fotografía obtenida en la calle de la Montera, en Madrid.
"Vigila lo que puedas ... como puedas": es el todo vale tecnológico.
Si entras en la página web, algo raro te pasará por dentro. Si eres profesor, se te helará la sangre. Y si eres un ser humano de buena voluntad, no tendrás más remedio que ponerte a pensar.

miércoles, 11 de febrero de 2009

Menos mal que ya está aquí el Carnaval /1

Ya está ahí al lado el Carnaval. Unos dicen que es el tiempo de ponerse un disfraz y salir a la calle como si uno fuera otro. Yo creo, más bien, que en Carnaval se quita uno el disfraz que lleva todo el año y que puede ser tal como es.

Sea como sea, te voy a poner aquí a lo largo de unos días algunas muestras de humor, de humor libre, de mucha guasa. Espero que lo disfrutes.

Este es un romancero de un clásico del Carnaval de Cádiz: Salvador Fernández Miró. El tema de esta grabación es 'La muerte'.


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martes, 10 de febrero de 2009

La ciencia y la religión


El ser humano, a lo largo de su vida, debe hacer dos cosas: intentar conocer el mundo en el que vive y decidir cómo debe ser su actuación para que sea la propia de un ser humano. Son el conocimiento y la ética.

En el conocimiento nos encontramos con un problema que ya está resuelto desde hace mucho tiempo, pero que la ignorancia o quizás ciertos intereses hacen que se mantenga como problema. Es el de si el conocimiento aceptable lo suministra la ciencia o si la religión es una fuente, no sólo de esperanza, sino también de conocimiento. Se trata de decidir si lo que conozco es lo que sé y puedo demostrar o si, por el contrario, es lo que creo y lo acepto mediante la fe.

Este tema, teóricamente ya superado, pero prácticamente vigente por lo que se ve, es tratado por el catedrático de Historia de la Ciencia de la Universidad Autónoma de Madrid, José Manuel Sánchez Ron, en el excelente artículo El ejemplo y las lecciones de Darwin, aparecido en El País del 1 de febrero pasado.

Resalto aquí algunos párrafos del mismo.


Debatimos insistentemente -ahora estoy pensando en España- acerca de los programas educativos para nuestros jóvenes; por ejemplo, si es aceptable o no imponer asignaturas como Educación para la Ciudadanía, ante la cual algunos argumentan que limita la libertad de los padres a ejercer sus derechos en la formación (moral y religiosa) de sus hijos. Y, mientras tanto, la enseñanza de ciencias sufre cada vez de más carencias.

No parece preocuparnos demasiado, por ejemplo, si se enseñan adecuadamente sistemas científicos tan básicos como la teoría de la evolución de las especies. El pasado noviembre, se publicó un libro en el que se adjudicaba a la Reina, doña Sofía, la siguiente manifestación: "Se ha de enseñar religión en los colegios, al menos hasta cierta edad: los niños necesitan una explicación del origen del mundo y de la vida".

Podrá resultar doloroso a algunos, pero la única explicación que da lugar a comprobaciones contrastables sobre el origen del mundo y de la vida procede de la física, de la química, de la geología y de la biología. La religión pertenece a otro ámbito.

¿Es legítimo ocultar a los niños ese mundo científico, condicionando así sus opiniones futuras, en aras a algo así como "mantener su inocencia", o por las ideologías de sus padres? Haciendo públicas sus opiniones en una cuestión cuya importancia no puede ignorar, y por la elevada posición que ocupa, doña Sofía hizo publicidad de una determinada forma de entender el mundo, que jamás ha recibido comprobaciones contrastables.

Una forma, además, que, al menos en España, de la mano de la jerarquía católica, pretende intervenir en apartados que pertenecen al poder legislativo, como son los programas educativos o lo que es admisible o no en los tratamientos médicos (no puedo olvidar en este punto las manifestaciones de la Conferencia Episcopal Española a raíz del nacimiento, en octubre de 2008, de un niño tratado genéticamente para curar a un hermano que sufría anemia congénita: "El nacimiento de una persona humana ha venido acompañado de la destrucción de sus propios hermanos a los que se ha privado del derecho a la vida"; palabras no sólo cuestionables desde el punto de vista de la ciencia sino también, en mi opinión, carentes de compasión ante el sufrimiento ajeno).

Necesitamos educar en la ciencia a nuestros jóvenes; no, naturalmente, para que entiendan que ella es el juez supremo para las opciones que quiere asumir una sociedad democrática. La ciencia es, simplemente, un instrumento -el mejor- que los humanos hemos inventado para librarnos de mitos, orientarnos ante el futuro y protegernos de una naturaleza que no nos favorece especialmente
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