8 de febrero de 2020
Vivir es problemático.
Cada instante de la vida encierra el problema de intentar vivirlo de la mejor manera: con belleza, con placer y con justicia.
El problema de cada instante puede tener solución, pero exige esfuerzo: adquirir hábitos humanos que nos faciliten la resolución, plantearse correctamente la situación, prever las consecuencias posibles, ser conscientes de lo que se está haciendo, descubrir el placer de hacer lo que hacemos y compartir ese placer con los otros.
Y si admitimos como normal la velocidad a la que todo discurre, la necesidad de hacer miles de cosas en un momento y los ruidos que nos acompañan aunque no queramos, entonces cansa aún más.
Me explico que haya tantas personas, tantísimas, que hacen de la diversión, de la huida de una existencia así concebida, el estilo de sus vidas.