miércoles, 16 de septiembre de 2015

Buenas noches. Padres e hijos




Últimos días del verano. La una y media de la madrugada. En el pequeño jardín interior rodeado de viviendas varios niños juegan, corren y lanzan gritos que parecen alaridos de fieras salvajes. No les importa que haya personas durmiendo. Ni a ellos ni a sus padres ni a sus madres, a quienes no se les ve. Han (mal)educado a estos pobres seres sin normas, dejándoles que hagan lo que les dé la gana y cuando prefieran. Estos niños y niñas hablan como viejos tabernarios, hacen lo que está prohibido y campan a sus anchas por la vida. Poco a poco, a medida que vayan creciendo, sus familias irán sufriendo cada vez más. Sufriremos todos, porque tendremos que seguir aguantando sus caprichos cada vez gruesos. No solo me preocupa el futuro del país con una juventud así, es que me preocupa ya este presente de padres y madres ausentes y de una educación olvidada.

Buenas noches.

Buenos días. Compañía




El estado más probable es la soledad. Toda compañía es un regalo. 

Buenos días.

María Callas. El Calendario Cultural de Bautista. 16/ 9/ 2015




Tal día como hoy de 1977 murió María Callas

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martes, 15 de septiembre de 2015

Buenas noches. La cita




Tenía cita a las 13:00. Me tocaba ya. Llegó una pareja y se sentó detrás de mí a esperar su turno. Una empleada les preguntó que a qué hora tenían su cita. Uno de ellos les contestó que a las 13:00. Le pidió el DNI y comprobó la lista de espera. Le dijo que la cita la tenía a las 13:10, a continuación de la mía. Se alejó la empleada y el que habló le comentó a su pareja: “Mentí, a ver si colaba, pero no coló”. Lo dijo con una enorme naturalidad, con frialdad, como si estuviera acostumbrado a hacerlo, sin importarle que yo, su posible víctima, oyera que había intentado colarse delante de mí. Parecía estar en la selva. 

Buenas noches.

Ética y política. El Toro de la Vega



¿Qué habrán estado pensando los regidores del Ayuntamiento de Tordesillas cuando han autorizado la celebración de esa pseudofiesta, impropia de seres humanos sensatos, en la que se ha alanceado hasta la muerte al llamado Toro de la Vega?

Es verdad que estos ediles han sido votados por los ciudadanos y se supone que en el programa electoral correspondiente estaría incluida la celebración de la citada agresión brutal a un animal.

Es verdad también que la política y la ética son distintas. La política es el arte de organizar la sociedad de forma que resulte lo más justa posible para los ciudadanos. La ética, en cambio, es una opción personal que uno hace para organizar su propia vida de acuerdo con unos valores que considera que son los más importantes. Son dos asuntos, pues, bien distintos.

Lo que en este lamentable caso parece que queda en tela de juicio es la ética de cada uno de los concejales responsables de la organización de este desgraciado y degradante espectáculo. O sus opciones éticas están de acuerdo con sus decisiones políticas o, por el contrario, valoran más el poder que les da la política que sus criterios éticos. Si en la ética de cada uno de ellos tuvieran algún peso el respeto a los animales y el no recurrir al sufrimiento gratuito de los animales para que se diviertan gentes brutas, o si consideraran que las tradiciones, por sí mismas, no justifican nada, entonces ya habrían dimitido impulsados por su propia ética. Si no lo han hecho, será porque están de acuerdo con este disparate sangriento que han apoyado o porque piensan que el poder es lo más importante y que todo lo demás -incluida su propia ética- queda supeditado a él.

Hay algo muy serio por debajo de todo este espectáculo de políticos inmaduros e inhumanos que hacen lo que les da la gana, lo que más les conviene, y que dan ejemplo de comportamientos indignos a los ciudadanos: ni el poder ni la política son los criterios más importantes en la vida de un ser humano que usa su razón para vivir. Lo que nos hace humanos es la ética. Una política que no esté inspirada en criterios éticos no generará una política justa ni una sociedad en la que los seres humanos puedan desarrollarse como tales. Por debajo de la política, inspirándola, está la ética de los políticos que la ejercen. Si esta ética no es razonable ni buena, los políticos no actuarán bien y la política resultante será rechazable.


Esperemos que se acabe pronto con este disparate, que lleva ya demasiados años celebrándose, como es el desgraciado Toro de la Vega.

Buenos días. Amable




Nadie te obliga a ser amable. 

Sólo tú puedes -y debes- hacerlo. 

Buenos días.

Jean Renoir. El Calendario Cultural de Bautista. 15/ 9/ 2015




Tal día como hoy de 1894 nació Jean Renoir

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Una estupenda médica. Mabel



Viviríamos muy mal sin el médico. El médico se integra fácilmente en nuestra vida cotidiana. Afortunadamente, aún podemos en nuestra sociedad acudir al médico en los pequeños y en los grandes problemas de salud, podemos con él prever y prevenir situaciones futuras y contar con su apoyo en muchas de nuestras dolencias físicas y psicológicas.

En mi caso, no es un médico, sino una médica: Mabel. Siempre sonríe. Siempre te mira. Siempre te escucha. Siempre te atiende. Siempre te comprende. Siempre acierta, porque sabe. Siempre te sientes tratado por ella como un ser humano. Siempre me tranquiliza. Siempre está por encima de la situación. Siempre actúa como una buena médica y como un buen ser humano.

Hay profesiones que exigen una capacitación técnica importante, aunque sólo sea porque los errores pueden traer consecuencias potencialmente graves. Si además, el profesional tiene que tratar directamente con el público, se hace necesaria también una formación humana y una calidad personal grandes. Es lo que le ocurre a los médicos y es lo que tiene Mabel. Por eso genera fácilmente confianza en el paciente y posibilita que el acto médico sea algo cómodo, tranquilo, agradable y eficaz.

Yo creo que todos llevamos al médico de cabecera asociado a la vida, como si fuera una parte importante más de nuestro estar en el mundo. Por lo menos eso me pasa a mí con Mabel. No la veo con frecuencia, para bien o para mal, pero cuando necesito acudir a ella, voy con la tranquilidad con la que acudes a alguien que es tuyo, que es tu médica, no porque te pertenezca, ni mucho menos, sino porque te entregas a ella con facilidad.

Ayer me dijo que se iba, que se tenía que ir del Centro de Salud por cuestiones administrativas. No me lo esperaba y fue un duro golpe, un duro golpe vital. Hay que aceptarlo y hay que aceptar, en principio, a quien la sustituya, pero eso no impide que sienta que algo que formaba parte de mi vida se va, algo valioso y, sin duda, algo muy humano.


Le di las gracias por todo lo que me había dado. Eso quiere decir que se lo reconozco y que mi deseo es que la vida le dé a ella lo mismo, al menos, que ella me ha dado a mí. Ha sido un regalo de la vida y me gustaría que la vida fuera un regalo también para ella. Ayer le di un abrazo y hoy le mando otro. Ha sido una médica estupenda, magnífica, y una persona entrañable. Le deseo lo mejor en el futuro. La recordaré siempre.