lunes, 22 de marzo de 2010

viernes, 19 de marzo de 2010

jueves, 18 de marzo de 2010

Ámate


Olvídate del mundo y ocúpate de ti. Sólo así podrás dar sin pedir nada a cambio. Cuando des sin esperar nada a cambio, recibirás algo de los demás sin haberlo pedido y, sobre todo, obtendrás tu propio reconocimiento, que es el que te hará sentirte más a gusto. Ocúpate de ti, cultívate, fórmate, cuídate, crece, ponte en la mejor situación posible para dar, aprende mucho, humanízate mucho. Luego, la gente vendrá y te dará sin que tú se lo pidas. Sé fuerte. Ama y no pidas que te quieran. Pero, primero, ámate tú.
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miércoles, 17 de marzo de 2010

Maneras de querer


Puedo quererte estando a tu lado, viéndote y dejando que tú me veas, cuidándote y procurando que estés bien.

Puedo quererte estando delante de ti, tirando de ti, sugiriéndote, mostrándote caminos nuevos, haciéndome visible para que sepas que estoy ahí.

Y puedo quererte también estando por detrás, viéndote yo, pero sin que tú me veas, haciendo que de vez en cuando escuches mi respiración, aunque sin que el calor de mi espiración llegue a tu nuca, pendiente de si miras hacia atrás pidiendo ayuda para salir a tu encuentro.

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martes, 16 de marzo de 2010

lunes, 15 de marzo de 2010

El amor


Me había acostumbrado a creer que la gripe era la fiebre, que la primavera eran las flores, que el día era la luz, que la felicidad era ese rato agradable en el que se te escapa sin querer una leve sonrisa y que el amor era un sentimiento.

Un día aprendí a no confundir las causas con los efectos y me di cuenta de que éstos son en realidad las consecuencias de unos procesos, de unas circunstancias y de unas decisiones en las que lo racional tiene mucho peso. Los procesos, las circunstancias y las decisiones son las causas de un producto final en cada momento, que es el efecto.

Comprendí así que la fiebre es el efecto de un proceso racional de infección que se manifiesta en una subida de temperatura, la cual sería imposible sin la infección. Entendí que para que hubiera flores tenían que darse un cúmulo enorme de circunstancias que, con su funcionamiento racional, culminaban en esa flor que admiraba con placer. Me asombré ante la cantidad de movimientos y de fuerzas que con sus leyes racionales tenían que entrar en acción para que hoy apareciera la luz durante el día. Y me sobrecogí al constatar todo lo que tuve que añadir yo a las circunstancias, pensando y razonando, para que esa sonrisa tenue, pero profunda, que me sabía a felicidad, apareciera en mi rostro. Sin esas causas nunca se hubieran dado esos efectos. Y no me digas que no son esas todas las causas que producen esos efectos, porque no es eso lo que yo te digo. No son esas todas las causas. Lo que digo es que son necesarias, que quiere decir que no pueden faltar.

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domingo, 14 de marzo de 2010

Los ecos del Carnaval

Una de las mejores chirigotas callejeras del Carnaval de Cádiz. Interpreta la polka "España de mis amores". Parte I.