Esta chica no canta como los ángeles, porque es otro estilo el suyo, pero lo hace muy bien. Lo suyo se llama The Sue Project. Se la puede oír en fiestas, cumpleaños y demás. Y aquí.
El problema fundamental de la vida es un problema ético. ¿Cómo actuar hoy para crear un mundo más humano? ¿Cómo actuar de manera humana para crear un mundo mejor?
miércoles, 13 de junio de 2012
The Sue Project
Esta chica no canta como los ángeles, porque es otro estilo el suyo, pero lo hace muy bien. Lo suyo se llama The Sue Project. Se la puede oír en fiestas, cumpleaños y demás. Y aquí.
martes, 12 de junio de 2012
lunes, 11 de junio de 2012
domingo, 10 de junio de 2012
sábado, 9 de junio de 2012
Una tarde en PhotoEspaña 1
Tras asistir el martes a la
inauguración de Preludios, la serie que Yolanda Domínguez presenta para el Festival Off de PhotoEspaña
en la Galería Rafael Pérez Hernando, decidimos dedicarle una
primera tarde a contemplar algunas de las exposiciones que el llamado
XV Festival Internacional de Fotografía y Artes Visuales
presenta en Madrid del 6 de junio al 27 de julio de 2012.
Comenzamos por visitar la muestra que
se exhibe en Loewe, en la magnífica tienda situada en la Gran
Vía, número 8, que diseñara en 1939 Ferrer Bartolomé. Se muestran
aquí, por primera vez en España, fotografías de Scott Schuman,
uno de los fotógrafos más de moda en la actualidad. En su blog The Sartorialist incluye fotografías de gente con estilo,
con una peculiaridad individual que la distingue del resto de los de
su entorno, algunas de las cuales forman el conjunto que podemos
observar en Loewe. Su estética es muy colorista, sus modelos
muestran una gran elegancia y suelen ser personas de la calle. La
obra de Schuman se encuentra, entre otros lugares, en el Victoria
& Albert Museum y en el Tokyo Metropolitan Museum of
Photography.
La segunda parada fue en la galería de
Oliva Arauna. La exposición correspondiente a PhotoEspaña no
se inaugurará hasta el 16 de junio y será una muestra del artista
portugués Eurico Lino do Vale. Mientras tanto y hasta
el sábado 9 hay una preciosa exposición de Concha Prada
titulada El cuento de la lechera. La autora ha
desarrollado un trabajo ímprobo a lo largo de dos años para lograr
una instantaneidad que muchas veces parece atentar contra las leyes
de la física y de la lógica. La pregunta que surge ante la visión
de estas fotografías es siempre ¿pero cómo es posible? Es la
primera vez que la fotógrafa incluye cuerpos humanos en sus obras y
lo hace como un elemento más de la propuesta dinámica que nos
ofrece, relacionada con un mundo de ensueños y de frustraciones que
nos impiden ver la realidad. Siempre sobre fondos negros, Concha
Prada sitúa los movimientos de un ser humano en posturas acrobáticas
y de un cubo lleno de leche que se desparrama y que genera escenas de
una belleza plástica indudable.
Los fondos negros sobre los que Concha
Prada sitúa su obra podrían servir de nexo de unión con la tercera
visita de la tarde, esta vez a la muestra de Pierre Gonnord en
la galería Juana de Aizpuru, en la calle Barquillo, 44
titulada Territoires. Gonnord es Gonnord y sus retratos
alcanzan unas cotas de belleza difícilmente igualables. Con un
esquema de iluminación siempre muy similar y con unos modelos muy
preparados para el acto fotográfico, Gonnord nos deleita con unos
retratos de señores, señoras, niños y niñas, a los que eleva a la
condición de personajes eternos con una estética cercana a la
pintura barroca. Pierre Gonnord, fotógrafo francés afincado en
España, provoca la admiración del espectador que difícilmente
quedará indiferente ante su obra.
La última etapa fue en la galería
Elvira González, en donde la fotógrafa alemana Uta Barth,
usando el color blanco como base de su obra, muestra las atmósferas
posibles en un ámbito doméstico en donde la luz es la protagonista.
La calidez y la calidad de su obra están muy bien contextualizadas
en la galería, que aparece como el lugar idóneo para la
contemplación de esta exposición.
No es conveniente abrumar la
sensibilidad con excesivas experiencias similares, por lo que
decidimos terminar la tarde cambiando un poco de registro. Fuimos a
ver La loba, la obra de Lillian Helmman
que pone magistralmente en escena Nuria Espert al frente de un
estupendo grupo de actores. Tuve la suerte de contemplar a la actriz
desde la primera fila: su mirada penetrante, su boca que hablaba
incluso sin pronunciar palabra alguna, su dicción perfecta y su
desenvolvimiento por el escenario para llenar completamente la escena
con su presencia. Una gozada de mucho altura.
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viernes, 8 de junio de 2012
Elogio de la mujer libre
Yo quiero ser yo y voy a ser yo. No
quiero ser lo que otro quiera que sea. Nadie va a acabar con mi
libertad. No tengo por qué hacerle caso a nadie a la hora de decidir
cómo va a ser mi vida. Los voy a escuchar a todos, porque puede que
tengan algo válido que decir, pero las decisiones sobre mi vida las
voy a tomar yo.
Esta actitud va a afectar también a mi
forma de vestir. Estoy harta. Ya está bien de que me miren como si
no fuera más que un pedazo de carne de mujer. Me refiero a los
hombres, pero también a algunas mujeres. Hay mucha gente que no
tiene dignidad y que cree que las mujeres tampoco la tenemos. No voy
a taparme ni a destaparme porque me lo diga alguien desde fuera. Soy
tan ser humano como el que más y voy a ser yo la que decida
cualquier cosa que tenga que ver con mi vida.
Hay una plaga en el mundo, el machismo,
que dice que los hombres son superiores a nosotras y que por eso
tenemos que obedecerles. Yo me niego. En este mundo todos somos
iguales y todos tenemos los mismos derechos, digan los machistas lo
que digan.
En algunos lugares los machistas
obligan a las mujeres a taparse de arriba a abajo para que no las
vean los otros hombres. No creo que aquí se les ocurra a ninguno de
estos -y hay muchos- hacerlo. Por estos pagos lo que se utiliza cada
vez más es lo de que estemos sexys, atractivas y bellas para que así
atraigamos a los hombres y podamos atrapar a alguno de ellos. Ninguno
dice lo que viene luego, porque en realidad no es que los atrapemos a
ellos, sino que son ellos los que nos atrapan a nosotras. Una vez que
estás dentro de su red es como si se te nublara la vista y ya no ves
ni la libertad, ni el hacer lo que te apetezca, ni el cariño. Ni
siquiera te ves a ti misma, sino a una momia de lo que fuiste.
Ninguno te habla de eso y ninguna te advierte de lo que puede venir.
Cuando quieres darte cuenta, aquel hombre tan gracioso, tan seductor
y que te hablaba de una vida estupenda, se ha convertido en tu amo y
tú tienes que vivir como a él le dé la gana. En poco tiempo te
olvidas de que puedes pensar como quieras y que puedes hacer lo que
te parezca. Y lo más cercano que tienes para sentirte a gusto, tu
vestido, se tiene también que adaptar a sus gustos, a sus caprichos
y a sus manías de enfermo. Esta es una cruz que no se ve desde
fuera. ¡Cómo me hubiese gustado a mí que me hubiesen avisado!
Algunos de estos machistas, y algunas
mujeres que piensan como ellos, son tan simplones y tan tontos que
creen que el atractivo y la belleza se dan cuando te obligan, por
ejemplo, a llevar un vestido ajustado. No entienden que yo me pongo
atractiva cuando me da la gana y que, en cambio, si me obligan a
vestir de determinada manera, me puedo convertir en una borde odiosa
o en una tonta del bote.
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