Tal día como hoy de 1941 nació Riccardo Muti.
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El problema fundamental de la vida es un problema ético. ¿Cómo actuar hoy para crear un mundo más humano? ¿Cómo actuar de manera humana para crear un mundo mejor?
Hay fenómenos dañinos, extremadamente peligrosos, que acechan sin piedad y que el sector más retrógrado de la sociedad, como si intentase terminar con la vida y con el mundo, sigue negando.
Con el artículo El clima extremo desafía al mundo inicia El País una serie de reportajes con los que podemos tomar conciencia de la gravísima situación climática en la que estamos.
Puedes leerlo aquí.
Lo que debería ser una forma personal de vivir la vida, en este país inculto es un problema.
Artículo publicado en El País Semanal que puedes leer aquí.
El racista no suele tener argumentos racionales que justifiquen su racismo. Quien no es racista sí los suele tener para justificar que no se debe ser racista.
Por cierto, el concepto de raza es exclusivo de la zoología, aplicable solo a animales, no a seres humanos. Quizá el primer argumento racional que tenga que dar el racista sea por qué da este salto desde la zoología -estudio de los animales- a la antropología -estudio del ser humano-, en contra del conocimiento científico.
El escritor Antonio Muñoz Molina publica en Babelia, de El País, su experiencia con unos anónimos, llenos de odio y de cobardía, que ha recibido.
Puedes leer el texto aquí.
Puedes plantear perfectamente la batalla, incluso puedes ganarla y luego puedes terminar ganando la guerra, pero eso no significa que después de cada una de esas victorias venga el descanso ni tampoco la paz. Lo que uno no quiere son guerras, ni batallas, ni planteamientos bien hechos para ganar a ningún enemigo. Ni siquiera tener que estar defendiéndote a cada momento de invasiones, injerencias, mentiras o maltratos. Uno quiere descansar. Uno quiere el sosiego. Uno quiere la tranquilidad. Uno quiere la sonrisa permanente en los labios. Creo que todo eso se incluye en la expresión “Descansa en paz”, solo que los muertos ni se cansan ni descansan, ni pelean en batallas ni ganan ni pierden guerras. Simplemente, ya no son. Mientras se es, es imposible el descanso.