miércoles, 14 de octubre de 2009

Corazonada: más

Hoy se lee en El País:
Usó el astuto recurso populista de incitar a la masturbación emocional colectiva
Lo dice Rafael Sánchez Ferlosio en su artículo Corazón arriba, corazón abajo.

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¡Vaya tropa!


No tienen una ideología al servicio de la sociedad que les una. Lo que tienen es un deseo de dinero y de poder que les enfrenta y que les separa. Gente muy vulgar y muy peligrosa.
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Un buen despertar


El Conde de Saint-Simon, un socialista utópico francés del siglo XIX, le tenía ordenado a su ayuda de cámara que todos los días lo despertara diciéndole:
"Levántese, señor Conde; tiene usted grandes cosas que hacer."
Aunque no haya nada importante que hacer, me parece una buena manera de salir de la cama.
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martes, 13 de octubre de 2009

Rajoy


Mariano Rajoy es un muñeco de goma, de esos que tienen dentro un disco grabado, que en este caso dice "No a Zapatero, diga lo que diga", y que va disfrazado de lider de un partido político. En cuando le toca ejercer de lo que dice el disfraz, se ve que no es más que un muñeco de goma. Pero la gente sigue creyendo que es Mariano Rajoy.

lunes, 12 de octubre de 2009

Mala noticia


Me acabo de enterar de que ha muerto Enrique Miret Magdalena. Tenía 95 años. Era químico, teólogo cristiano y profesor de ética, pero sobre todo era un gran ser humano. Siempre conciliador, sabio, tolerante, abierto, joven y cercano. Y, lógicamente, marginado por los obispos, que sólo alaban a los corderos que siguen dócilmente a su pastor, no a los espíritus libres que son consecuentes con lo que creen. A lo largo de su vida siempre fue a más. Oírlo tranquilizaba. Emitía sosiego. Irradiaba paz sin renunciar al diálogo. Es, sin duda, una mala noticia.
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Un regalito


Un regalito para un día de fiesta. Melody Gardot. Escucha y lee.
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Hypatia de Alejandría


Hypatia de Alejandría fue una interesantísima pensadora neoplatónica que vivió entre mediados del siglo III y principios del IV y que destacó en el campo de las matemáticas y en el de la astronomía. Su vida y su muerte fueron una consecuencia del fanatismo con el que algunas mentes resuelven su incapacidad para aceptar el pensamiento y la ciencia.

Alejandro Amenábar acaba de estrenar una película en la que relata la vida de esta mujer. El periodista Jacinto Antón publicó recientemente un artículo sobre ella, cuya lectura te recomiendo y que puedes obtener aquí.

Quiero llamarte también la atención sobre la crítica que de la película ha hecho en El País Carlos Boyero. El crítico parece desconocer algunos detalles de la vida de la pensadora y deriva de ahí alguna objeción injusta hacia el director. Y en un momento de su trabajo desliza la siguiente idea.

“Tu cerebro puede conectar con ella, pero en mi caso no me llega al corazón. Y lo estoy deseando continuamente, pero no consigue meterme dentro de ella.”

Estamos otra vez ante el papel fundamental, al parecer imprescindible, del corazón a la hora de captar la realidad. De nuevo la incomprensible exigencia de una corazonada para poder entender un problema histórico, ideológico y, en todo caso, real. Parece que el cerebro no es suficiente para abordar una problemática o una película, a partir de todos los datos que le aportan los sentidos, y que es imprescindible echar mano del corazón para poder establecer una conexión eficaz. El hombre como animal ex racional y convertido de nuevo en animal sentimental, como en los años de la dictadura franquista. El modelo debe ser el que ofrece Belén Esteban: poco que pensar y mucho que sentir. Cuando la actividad resulta al revés y hay poco que sentir, pero mucho que pensar, se concluye que algo está mal hecho y que la obra debe estar coja de alguna pata.

No me extraña que estas actitudes tan cordiales estén generando mentes incapaces de soportar tres ideas seguidas sin esbozar una mueca de cansancio o un bostezo de aburrimiento. Como nos acostumbremos a sentir los problemas y no a entenderlos, el mundo caerá en manos de los especialistas en manejar sentimientos, justamente los herederos del fanatismo que denuncia la película, y esto no va a haber quién lo arregle.

Me gustaría que pusieras aquí tu opinión sobre la película.

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sábado, 10 de octubre de 2009

¿Obedecer?


- Imaginaos que entra un niño pequeño con la intención de meter los dedos en el enchufe. Lógicamente, yo le digo que no los meta, que eso no se hace porque se va a hacer daño. ¿No me debería obedecer?

La respuesta no fue unánime. Salvo una minoría que dijo que sí, el resto se decantó por cosas tales como “Lo hará si quiere”, “Que haga lo que quiera”, “¿Y por qué te iba a tener que obedecer?” “¿Y si nadie le ha dicho que tiene que obedecer?”…

No creo que sea sólo cosa de la edad. Si con 14 años razonan así, mal están las cosas. Y realmente están mal. No tienen ni idea de la necesidad de una obediencia racional, esto es, no son conscientes de que tienen que obedecer y, además, de que tienen que saber por qué deben obedecer. Hay unas cuantas generaciones que pertenecen a la clase bruta. Me refiero a las de los padres de estos alumnos, claro.

Les expliqué que cuanto tengan hijos, deben decirles lo que tienen que hacer y acostumbrarles a que sepan por qué deben hacerlo. Es la única manera de que se vayan haciendo seres humanos y de que vayan abandonando la animalidad inicial.

- Entonces, ¿también debemos obedecerte a ti? Y ¿por qué?

La pregunta creo que indicaba que algo habían entendido. Pero con la distancia me parece que el que un alumno le pregunte eso a su profesor es para que nos pongamos a pensar de dónde venimos, a dónde vamos a ir a parar y dónde y con quién estamos.

A ver si llegan pronto las tarimas, palabra que ¡qué casualidad! encierra dentro de sí esta otra: trama.

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viernes, 9 de octubre de 2009

Otra corazonada


La corazonada, al final, se quedó en nada. La Olimpiada se fue a Río y el corazón de los de la corazonada se quedó descorazonado y a verlas venir.

Ha perdido Gallardón. Ha perdido España, pero sobre todo ha perdido Gallardón. Lo más preocupante es que Gallardón es muy inteligente, mucho más que toda la corte de presuntos, de salpicados y de mirones para otro lado que tiene a su alrededor. Todos estos sólo sirven para las distancias cortas, pero Gallardón sabe mirar a lo lejos con calma, y eso le hace distinto y superior. Ha sabido involucrar a muchísima gente con el recurso de la corazonada. La ha involucrado en la lucha y ahora la gente va a quedar involucrada en la derrota. Porque esto es lo más importante de todo este espectáculo. Hay mucha gente que le gusta adherirse a cierto tipo de proyectos con el corazón, no con la cabeza. A muchos les gusta que les toquen los sentimientos, los deseos, los asuntos que le hagan salir a la calle a gritar fuerte con un símbolo en el pecho. Y la corazonada ha calado mucho entre la gente. Nadie se ha planteado el asunto de las Olimpiadas desde un punto de vista económico, financiero o cívico. Nadie ha valorado las inversiones ya hechas, ni la ciudad en estado de provisionalidad tantos y tantos años, ni el monumental déficit que tiene la ciudad, ni quién va a pagarlo. Muchos ni siquiera saben que lo van a pagar ellos. La adhesión ha sido visceral, no racional. Y la derrota se ha deslizado en ese mismo ámbito.

Ahora Gallardón está de perdedor, ajeno a la Gürtel (correa, en alemán), al parecer. Es una pobre víctima que ha sudado, que lo ha dado todo y que ha sabido conectar con la gente a fuerza de corazonadas. Es carne de compasión y tiene un ejército proclive detrás. Creo que se acerca el momento de Gallardón.

Lo que no me gusta, lo haga quien lo haga, es que se intente tirar de la gente tocándole las vísceras en lugar del cerebro. A la gente le gusta volcarse, pero parece que le duele hacerlo con razones. Ahora el viento es posible que corra a favor de Gallardón. Y me da la impresión de que se puede generar una nueva corazonada.