jueves, 30 de octubre de 2008

Paseando por la vida / 14


La calle está en Chiclana, en Cádiz. Es una cuesta empinadísima. Pero el arte está en el nombre que le pusieron a la calle. No se le puede pedir más al sentido del humor.

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miércoles, 29 de octubre de 2008

Almas de destrucción masiva / 3.1



No. No es Pe. Ni P., que es amiga mía y no tiene nada que ver con este asunto. No es Pe. ¡Qué más quisiera ella! Tampoco es PePe. Bueno, un poco PePe sí que es, aunque a ella le gustaría ser todo el PePe. Si por ella fuera, sería PePePePe, pero no lo es. Es sólo un poco PePe. De manera que no es Pe, ni es PePe, ni tampoco esPe, sino que es Espe. Desde toda la vida ha sido Espe y, para algunos, siempre lo será.

A Espe siempre le gustaron las monedas. Parece que toda su vida ha estado girando en torno de las monedas. No me refiero a que sea aficionada a la numismática, sino al capitalismo. Es devota de ese credo en su versión más neoliberal. Esto se le hizo crónico con lo que le ocurrió cierto día, mientras estaba seguramente contemplando algún negocio presente o futuro, cuando un señor, con una discreta melena y un bigotito impresentable cubriéndole todo el labio, se le coló por la puerta trasera del alma. Este señor, que iba con los pies por delante y a una velocidad endiablada, se le quedó instalado en la región extrema derecha del alma, alejado del corazón y del cerebro y muy cerca de donde se genera la bilis. Debió encontrarse a gusto en el lugar porque allí puso su etiqueta y allí se le puede encontrar todavía. Desde entonces, a Espe se la conoce también como Esperanza.

Espe es muy simpática, muy jovial, de aspecto exterior discretamente moderno, dice muchos tacos, aunque nunca en público, domina el inglés y juega muy bien al golf. No se le conoce, sin embargo, ninguna idea brillante. Esperanza es más señorial, un poco más distante, mucho más antigua y muy neoliberal. No en vano se apellida Thatcher, en honor a la recordada Dama de hierro. Su gran deseo es que el mercado –el Negocio- funcione solo, aunque, claro está, gobernado por los que tienen el poder en el mercado, no por cualquiera y, mucho menos, por todos, cosa que sería un disparate inconcebible. Algunos incautos piensan que este afán neoliberal tendría que acarrear la eliminación del Estado, pero esto no es así. Es algo distinto lo que pretenden. A lo que aspiran es a algo así como a poder meterlo en el congelador. Que esté, pero que no se le vea, ni mucho menos que se ponga a incordiar y a impedir que el Negocio siga su marcha ascendente hacia cualquier hecatombe. Porque es lo que le pasa al sistema, que a veces sube hacia abajo y, claro, cae. Puede que caiga por la ineptitud de alguno o de algunos, o por la avaricia, o por el miedo colectivo, y entonces sobreviene algo a lo que llaman crisis, que puede proseguir en recesión, en crack, en crash o en un desastre. Es el momento, entonces, de olvidarse de discursos pasados, de sacar al Estado del congelador y de meterlo en el microondas para que se descongele e intente introducir cantidades enormes de dinero en el sistema para salvar el sistema financiero, el sistema económico y el sistema nervioso de la parte rica de la humanidad. Son estas antigüedades en las que, al parecer, la antigua de Esperanza cree. No sabemos si Espe le hará recapacitar y cambiará algo. La verdad es que en este terreno ni con Espe ni con Esperanza caben muchas esperanzas.




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martes, 28 de octubre de 2008

Paseando por la vida / 13


No sé si se ve muy bien. Pone I love Carmen. No sé tampoco qué pensar. Si tú fueras Carmen, ¿te gustaría ver tu nombre esculpido en el suelo, como si fuera un certificado de que alguien te quiere? Y si tú quisieses a Carmen, ¿lo pondrías ahí, en la Gran Vía, para que lo viera y lo supiera y lo pisara todo el mundo?

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lunes, 27 de octubre de 2008

Paseando por la vida / 12



Hay quienes se empeñan en sobrevalorar cualquier cosa en detrimento de las palabras. Antes le tocó a la imagen. Los que no sabían o no querían leer, se empeñaban en quedarse con la imagen como más significativa y valiosa que las palabras. Ahora le toca a la sonrisa. Van a conseguir crear una legión de analfabetos, muy sonrientes y muy icónicos, pero analfabetos. Si lo pensaran bien, se darían cuenta de que no hay nada más valioso que una palabra, aunque sea una sola palabra. Ni las imágenes ni las sonrisa -y mira que valoro yo una sonrisa- nos hicieron seres humanos. La palabra, sí.



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domingo, 26 de octubre de 2008

Más madera / 6


La prensa está difundiendo la noticia de que en Londres la gente anda algo desocupada y se está dedicando a poner en los autobuses anuncios de contenido religioso o amenazas relacionadas con el más allá. Al parecer, el asunto ha molestado a la British Humanist Asociation (BHA), grupo que, según expresa su presidenta Polly Toynbee, se declara optimista y progresista y que encuentra suficiente sentido en esta vida, sin necesidad de andar temiendo a la muerte y al subsiguiente juicio.

La BHA tuvo la ocurrencia de solicitar 5 libras a cada ateo que quisiera colaborar para contrarrestar la campaña forrando autobuses con algún texto alternativo. La campaña ha sido apoyada con fuerza recientemente por el profesor de la Universidad de Oxford Richard Dawkins, quien ha logrado que las 11.000 libras que se esperaba recaudar se hayan convertido, de momento, en 48.000. Y la colecta va en aumento.

El texto que aparece en los autobuses es

Probablemente no hay Dios. Deja ya de preocuparte y disfruta.

Lo que pretende esta campaña, según Dawkins, es algo tan extravagante como

Hacer pensar a la gente, algo que es anatema para la religión

La noticia está en casi todos los diarios ingleses y corre por Internet.

Esperemos que nuestro admirado Rouco no se entere.

sábado, 25 de octubre de 2008

Paseando por la vida / 11




Encontré en la Gran Vía de Madrid un edificio cuyas ventanas estaban todas ellas decoradas con grandes fotografías elaboradas con múltiples fotografías pequeñas. Resultaba muy espectacular pues algunas de ellas eran de grandes caras hechas con pequeñas caras.



Respondía este montaje a la estructura del fractal: objetos con una estructura determinada que, dispuestos adecuadamente, forman un nuevo objeto con la misma estructura que los componentes.



Y otra cosa. Cada pequeña cara tiene su función en la cara grande y no es sustituible por otra cara, porque la resultante no sería la misma. En eso debe consistir lo de sentirse importante.


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viernes, 24 de octubre de 2008

J. J. Millás

Pongo aquí el artículo de hoy de J. J. Millás en El País. Me parece clarividente, crítico, sensato, bien escrito, guardable, bueno.

Hombres medicina

La Iglesia ha vuelto a armarla con ese crío andaluz, popularmente llamado el bebé medicina, que para los obispos ha nacido con dos pecados originales: el de todos nosotros y el de la ingeniería genética. El de todos nosotros, por cierto, comienza a cargar. La Conferencia Episcopal no ha pedido perdón por los crímenes reales cometidos por los suyos en colaboración con Franco hace dos días, y pretende que usted y yo nos demos golpes en el pecho por algo sucedido en el principio de los tiempos y en el interior de una novela (la Biblia), que por otra parte nos parece magnífica. ¿Cómo se puede vivir en una confusión de este tamaño?

Dos pecados originales, pues. Pobre niño, con menuda carga simbólica viene al mundo. Tendrá que sufrir por lo que hizo Eva y por lo que hicieron los médicos. Históricamente hemos aceptado que los hijos sean producto del azar, fruto del deseo, mano de obra barata u objetos de consumo. ¿Por qué no admitir esta función salvadora que no excluye ninguna de las otras? ¿Por qué referirse al niño, peyorativamente, como el bebé medicina? ¿Acaso no fue Cristo un hombre medicina? Después de todo, vino al mundo con el objeto de salvar, no ya a un hermano, sino a la humanidad entera. En cuanto a su concepción, también fue el resultado de algún tipo de manipulación genética, pues su madre se quedó embarazada sin comerlo ni beberlo, por medio de una paloma, eso es lo que dicen. ¿A qué, pues, tanto escándalo con el bebé medicina? En lugar de satanizarle, pobre, deberían celebrar su llegada como una revelación. Ojalá todos los seres humanos fueran alumbrados para salvar a alguien. La humanidad entrará en una nueva era el día en el que la reproducción -asistida o no- carezca de otro sentido que el de provocar la vida, pues hasta ahora sólo hemos demostrado cierta habilidad para producir la muerte.

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Almas de destrucción masiva / 2

Después de que el coñazo de Rajoy dijera que era un coñazo ir al Desfile de las Fuerzas Armadas, salió en su defensa el vicesecretario de comunicación del PP, un señor de cuidado llamado Esteban González Pons. En el programa A vivir, que son dos días le hicieron una entrevista cuyo contenido puedes escuchar aquí.



El cometido de este señor consiste en cualquier cosa menos en admitir un fallo de su jefe o en llevar a cabo la noble y sana tarea de pedir disculpas a quien se haya podido sentir ofendido con la actitud del presidente de su partido y jefe del principal partido de la oposición.

Así, la primera maniobra que efectúa este señor para explicar lo que dijo Rajoy es integrar en la discusión, antes de que le pregunten por él, al presidente del Gobierno, que no pintaba nada en este asunto, con la hipótesis de lo que les pase a ambos no es intrascendente. Extendiendo la mancha, parece que todo es grasa.

Pero, a continuación, suelta lo de peor gusto de toda su intervención. Resulta que cuando Rajoy dijo que era un coñazo lo del desfile “no hablaba de las fuerzas armadas, ni del desfile, ni de los símbolos nacionales”, sino de su familia, de que ante la posibilidad de quedarse en la cama o con su familia, no le apetecía ir al desfile. Y esto, según lo que dice el señor Pons, es lo que parece que piensa un posible presidente del Gobierno de España. Si este es el modelo de actuación en la vida que defienden estos señores, arreglados estamos. El deber creen que es un coñazo, pero se debe decir en público lo contrario. El modelo, evidentemente, es el del cinismo profundo y está expuesto públicamente sin contar con que hay personas sin la necesaria formación crítica que pueden copiar el mecanismo. El comportamiento público del señor Rajoy y la forma de justificar lo injustificable del señor Pons no son más que maniobras para fabricar cínicos. Y así andamos en el país, con la ética por los suelos.

Estos tipos es que parece que no aprenden. No ven otra cosa más que su propio interés y, como les vale todo, encuentran normal pensar una cosa y decir o hacer otra. Sólo ha pasado un año y parece que ya están empezando a fabricar otra derrota. Y, mientras tanto, creando escuela.

jueves, 23 de octubre de 2008

Lo que hay que ver / 4

En el Museo Thyssen Bornemisa, del Paseo del Prado, 8, en Madrid, y en la Fundación Caja Madrid, en la Plaza de San Martín, 1, se pueden ver dos espléndidas y sorprendentes exposiciones reunidas bajo el título de ¡1914! La vanguardia y la gran guerra.


Son más de 200 obras de un número altísimo de autores en los que por primera vez se analizan la influencia de la guerra en los artistas, pero también la que sorprendentemente ejercieron los artistas sobre la guerra, derivada de las vanguardias que inundaban el panorama artístico inmediatamente anterior al tremendo episodio bélico.

Era una situación curiosa la que se vivía entonces. Muchos intelectuales estaban cansados y hartos del hombre antiguo y deseaban la aparición de un hombre nuevo cuyo deseo de llegada se representa frecuentemente con la figura del caballo galopando. Pueden verse las magnificas obras en torno a la figura del caballo de Kandinsky, Franz Marc, Souza-Cardoso y la preciosa de Umberto Buccioni. La guerra era el camino mediante el cual se confiaba que llegara el hombre nuevo. La siguiente obra Montañas, de Franz Marc, muestra un camino tortuoso, al final del cual aparece el sol, la meta, el nuevo hombre.



La primera Guerra Mundial fue la que inauguró un estilo de lucha en el que ya no era necesario el cara a cara. El hombre ya no pelea contra el hombre, sino que ahora luchan las máquinas y mueren los hombres de manera impersonal. El soldado se pasa larguísimas temporadas en las trincheras para morir sin saber quién le ha disparado. El poder de la máquina fue plasmado en la pintura por el futurismo, el vorticismo y el cubismo. De todos ellos hay grandes muestras en la exposición.

Más romántica la de la Fundación Caja Madrid y más amplia y dura la del Museo, ambas son dignas de verse con calma y con una audio-guía que ayude a sacarle más placer a la experiencia.

Estarán abiertas hasta el 11 de enero, de martes a domingo y de 10 a 19 horas la del Museo y de 10 a 20 la de Caja Madrid. Ésta es gratuita, pero la del Museo vale 5 €.

Más información en http://www.museothyssen.org/ y en http://www.fundacioncajamadrid.es/



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miércoles, 22 de octubre de 2008

Paseando por la vida / 10






En la Gran Vía de Madrid suele haber unos cuantos betuneros o limpiabotas, que deben ser de los pocos que queden ya. Algunos ven éste como un oficio extraño, difícil de encajar, porque la postura en la que el trabajador desarrolla su actividad parece que le da un cierto aire como de humillación o de inferioridad. Yo nunca lo consideré así. Me parece un oficio tan digno como el de un tintorero o el de un abogado. Quizás lo que ocurra es que el que llevaba los zapatos limpios solía ser el señorito y los demás los llevaban sucios y veían en el limpiabotas una especie de colaboracionista. El caso es que quedan pocos. Y lo que no sabía era el origen mexicano de estos. Me imagino que lo de la boleada será la maniobra de limpiar los zapatos.
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