Tenemos en este país un mudo
plasmático amoral, cada día más acorralado, que hace de no
presidente de un no Gobierno, que no tiene el menor sentido
democrático y que cobra religiosamente un sueldo que le damos los
ciudadanos por ejercer unas funciones que no cumple. Es una desgracia
enorme que nos ha caído encima gracias a los votos que les dieron
unos, que deben de ser como él, y otros que, en un alarde de
ceguera, permitieron con su abstención que este señor ocupara el
poder. Su silencio es vergonzante. De tanto dejar pudrir los
problemas, se está pudriendo él y está pudriendo las estructuras
del país. Este individuo tiene que retirarse ya antes de que haga
más daño. Y con él, toda esa clase de corruptos silenciosos que le
acompañan.
Repartamos abrazos esta noche, a ver si
nos olvidamos de estos petardos. Buenas noches.