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sábado, 14 de enero de 2012

Lo contrario




Escucho lo que dicen. Observo lo que hacen. Me fijo en la manera de tratar a los ciudadanos, que son los que les pagamos para que gobiernen, no para que se beneficien ellos. Soy sensible al tono que emplean cuando dicen algo. Me doy cuenta de sus silencios, de sus ausencias, de su horror a que les pregunten, de las contradicciones entre lo que dicen y lo que hacen. Tomo nota de las maniobras que hacen y que no todos los medios de comunicación reflejan fielmente. Fácilmente detecto las manipulaciones que efectúan, las barbaridades que hacen y dicen sin rubor. Siento vergüenza ajena viendo cómo sobreactúan para hacer pasar una cosa por su contraria. Me duele la cantidad de veces que me he sentido tratado como un tonto al que intentan colar lo que a ellos les interesa.

Así que he tomado la determinación de entender justamente lo contrario de lo que diga alguien del PP cuando hable. Cuando digan que saben lo que hay que hacer, entenderé que no tienen ni idea, porque si la tuvieran, lo harían. Cuando le echen en cara a los demás algo negativo, entenderé que lo negativo lo tienen ellos y que quieren desviar la atención de los incautos para así irse de rositas. Cuando digan de los demás que improvisan, que son corruptos, que han mentido, que no buscan el interés de todos, que no es bueno que suban impuestos o cualquier otro asunto que se les ocurra, entenderé justamente lo contrario de lo que digan. Ni quiero que me tomen por tonto ni quiero volverme loco oyendo una cosa y viendo la contraria.

Deberías pensarlo. Son muy peligrosos.

miércoles, 12 de octubre de 2011

miércoles, 5 de octubre de 2011

Figar: mentirosa o ignorante




Mentirosa o ignorante, Lucía Figar, todavía Consejera de Educación de la Comunidad de Madrid, dice que no sé cuántos cientos de profesores están dando voluntariamente asignaturas afines a las propias. Esto no es exactamente así, porque si el profesor al que le toca la impresentable tarea de dar afines se niega a firmar el papel que le da el director, en el que efectivamente dice que se presta voluntariamente a dar esas afines, si se niega, digo, lo mandan a otro instituto, vete a saber de dónde. Por tanto, de voluntario no hay nada en esta maniobra, de la que Figar, una vez más, dice sólo lo aparente, pero no la verdad.

Pero imaginemos que fuera verdad. ¿Te imaginas un Gobierno que permitiera que un profesor diera voluntariamente clases de lo que le diera la gana, sin tener ni idea de ello? ¿Qué dirías de un Gobierno así? Pues es lo que dice Figar que ocurre. Debería irse ya.

Y si no es verdad lo que dice porque ignora lo que ocurre, debería irse también, porque no se puede pagar a una ignorante para que maltrate a la población.

viernes, 30 de septiembre de 2011

Sólo existe lo que no existe




Viene acostumbrándonos el PP a que su discurso se base en cosas que no existen. Es una treta muy interesante y muy eficaz para todos aquellos que van por la vida sin suficiente aviso y que se tragan con gusto trolas multicolores y muy aparentes, pero falsas como besos de Judas. En cambio, para quien se da cuenta de la burda maniobra, resulta descorazonador e insultante que unos políticos atenten contra la evidencia y contra la dignidad de sus oyentes con palabras tan poco ancladas en la realidad.

Pongamos algunos ejemplos. Las señoras Aguirre y Figar, gobernantas de la Comunidad de Madrid, haciendo gala de una torpeza ya antigua y sin medir las consecuencias de sus caprichos ideológicos, han diseñado unos recorte en la Educación madrileña con la excusa del ahorro, pero con el claro objetivo de desprestigiar hasta eliminar la enseñanza pública en la región. Cuando ves que en un instituto han prescindido de 6, 7 o 10 profesores, compruebas que los recortes, claro está, existen. Sin embargo, el discurso de estas señoras repite machaconamente que los recortes no existen, que sólo hay un aumento de horas en el trabajo de los profesores, lo cual te lleva a pensar en la ignorancia de estas gobernantas, en su torpeza o incluso en su mala fe. Lo que existe resulta que no existe, aunque su existencia resulte flagrante para todos. Oficialmente, lo que existe no existe, sólo existe lo que no existe. No existían tampoco profesores en las manifestaciones habidas en Madrid. Eran gentes de sindicatos, de los de las cejas, insultadores de peregrinos e indignados los que existían, pero los profesores no existían.

Tampoco existía opacidad en la nómina de la señora Aguirre, aunque nadie pudiera explicar la diferencia entre lo que decía y lo que cobrara. Tampoco aquí existía lo que existía. Como tampoco existe, a juicio de la inefable señora Botella, el aire sucio y contaminado de Madrid. Tampoco gozan de existencia los indignados del 15M. La existencia aquí se tiñe de camorristas y pendencieros, además de golpistas de Estado en potencia. O sea, que lo existe no es lo que existe, que, según los señores y señoras del PP, no existe, sino lo que dicen ellos que existe, que suele ser lamentablemente lo que no existe. Tampoco existe la corrupción. Esto lo afirman todos los del PP, particularmente cuando salen a la luz noticias de la Comunidad valenciana o de esa trama angelical llamada Gürtel, poblada de pobres víctimas de la injusticia existencial. Tampoco existen las mentiras con las que endulzan su existencia estos señores y señoras. En realidad, dicen, lo que existen son las mentiras de los otros, especialmente de los socialistas, que son unas mentiras enormes y cargadas de maldad.

La maniobra parece muy clara, aunque a muchos les resulte difícil de ver o de admitir. Y, además, es muy antigua. Se trata de crear una realidad nueva, distinta de la realmente existente. Esta realidad creada es la que interesa que exista, aunque no exista, a quien la fabrica e incluye en ella lo que le viene bien, expulsando como no existente todo aquello que le perjudica. Quien, por las razones que sea, no tiene más remedio que huir mentalmente de este mundo y refugiarse en mundos prometidos, fantasmales e inventados acepta con facilidad todas estas creaciones y no tiene mayor inconveniente en atribuirles realidad. Quienes admiten que hay otros mundos ¿por qué no van a admitir este que les cuentan estos señores con tanta vehemencia y con tanta convicción? Si se atrevieran a quitarle las sábanas a los fantasmas, que diría Serrat, verían que debajo no hay nada, pero hay quienes no saben ni pueden vivir sin fantasmas.

Ya desde muy antiguo se sabe que lo que no existe no se puede demostrar. Por eso, los dichos de estos señores del PP, referidos a asuntos que no existen, acarrean siempre el trabajo de contrarrestarlos demostrando la existencia de lo contrario de lo que dicen. ¿Crees, lector/a, que es normal que un ciudadano tenga que estar constantemente buscando en la realidad lo contrario de lo que dicen estos tipos?

lunes, 2 de mayo de 2011

Otros mundos


Creo que hay que tener mucho cuidado con los otros mundos. Una cosa es que nos inventemos otro mundo mejor, pero sin anular la realidad de éste en el que estamos, y otra es inventárselo y querer hacer ver que lo real no es el mundo existente, sino el inventado, el que interesa que la gente se crea que es el real. Esto supone un juego innoble e inmoral con la ignorancia ajena, pero está a la orden del día.

sábado, 23 de abril de 2011

Que llamen la atención a Trillo




No sé si este caballero llamado Federico Trillo es un enterado que engaña a cualquiera de cualquier modo, siempre que le interese, o es un ignorante descomunal que no para de decir y de hacer barbaridades allá por donde esté. 

Recuerdo de él que, cuando era Ministro de Defensa y pese a que había informes contrarios, se llevó la Escuela de Infantería de Marina, que llevaba 120 años en San Fernando, Cádiz, a su pueblo natal, a Cartagena. Era un regalito caro, que en su día fue calificado de catetada, pero que le interesaba hacer. 

Luego pasó lo del avión, lo del Yak 42, en donde le echó la culpa a todo el que pasaba por allí menos a él mismo. 

Más tarde, que yo recuerde, se ha puesto a dirigir las relaciones del PP con la justicia y ahí anda ahora enredando y haciendo ver que se ve lo que no se ve o al revés, según convenga. 

Ahora se dedica a pontificar sobre lo que debería haber hecho el gobierno en el caso de la liberación del etarra Troitiño, dogmatizando sobre quién debería haber sido detenido por la policía, a las órdenes del ministro Rubalcaba, aunque no tuviera mandato judicial para ello, lo cual supondría un delito de detención ilegal. Y, además, carga contra el juez que hizo lo posible para que el etarra volviera a prisión, pero se olvida del otro juez que decretó su libertad, afín a su ideología. 

La postura del señor Trillo es muy burda, muy gruesa. Yo creo que sabe que es incapaz de convencer a nadie que tenga un poco de criterio y que no se deje engañar con monsergas y que, en cambio, se dedica a apuntalar a los que van con las vísceras en la cabeza, no sea cosa de que se les escape alguno de sus votos. Mientras tanto, él se rebaja a la condición de maniobrero, de cínico con corbata, y va contribuyendo a desbaratar el país, contándonos milongas y fomentando el todo vale, mientras a él le interese. Mal ejemplo, señor Trillo. Alguien le debería llamar la atención.