Tal día como hoy de 1680 murió en la hoguera, acusada de bruja, Catherine Deshayes.
Tienes más información aquí y también aquí.
El problema fundamental de la vida es un problema ético. ¿Cómo actuar hoy para crear un mundo más humano? ¿Cómo actuar de manera humana para crear un mundo mejor?
viernes, 22 de febrero de 2013
jueves, 21 de febrero de 2013
Buenos días. Desesperanza
Me siento decepcionado, desesperanzado, desasosegado, sin alicientes. No veo más que incomprensión, reproches, mala
voluntad, críticas al otro sin ver que uno hace lo mismo, cortes de
cabeza a quien sobresale, frenos a la libertad, un individualismo
atroz, una ausencia de hacer algo por el otro, una
falta de sonrisa vital tremenda. Así no vamos a ninguna parte. Así
yo no voy a ninguna parte. Espero que tú te sientas mejor.
El calendario de Bautista. 21/2/2013. Anaïs Nin
miércoles, 20 de febrero de 2013
Buenas noches. Soledad
El final de la obra de Camus El malentendido es, más o menos, así. Una mujer, a la que han dejado sola, llora e implora a su dios:
- Señor, ten piedad de mí, ayúdame.
Su dios:
- No.
Me gustaría que no actuáramos como ese dios y que una llamada fuera seguida de una rápida respuesta llena de humanidad. Este mundo hay que crearlo también entre todos. Las nubes de cariño sirven también para eso. Buenas noches.
Buenos días. Con el otro
Cuando estés con otra persona, piensa
en ella, intenta ver lo que necesita, escúchala, atiéndela,
sonríele, dale cariño, intenta con prudencia conocer sus problemas
y averigua si quiere que tú la ayudes, no le des la paliza con tus
palabras, no la atosigues, sé paciente, trátala con generosidad. Si
esa te persona te corresponde con la misma actitud, te emocionará la
belleza de la vida. Si no lo hace, intenta sentir lo que es actuar
humanamente. Ánimo. Sal a vivir.
El calendario de Bautista. 20/2/2013. María Goepper-Mayer
Tal día como hoy de 1972 murió la científica y premio Nobel María Goepper-Mayer.
Tienes más información aquí.
martes, 19 de febrero de 2013
Buenas noches. Gracias
Os dejo aquí unas gotas de cariño y de buenos deseos, porque hoy estaré en el teatro. He tenido la sensación de que, en los momentos de mayor felicidad, me entran muchas ganas de dar las gracias: a las personas con las que vives, a los amigos, al aire vital que respiro y a la propia vida. Estar feliz, estar agradecido y sentirse afortunado vienen juntos. Así que os quiero dar las gracias a tod@s los que me regaláis vuestra amistad porque cada un@ a su manera me emociona y me hace sentirme a gusto. Duerme bien, descansa a gusto y mañana vive como un ser humano, para que cuando llegue la noche estés en paz. Llena la nube de cariño y que le caiga suavemente a todas las personas a las que quieres. Buenas noches.
lunes, 18 de febrero de 2013
El calendario de Bautista. 18/2/2013. Toni Morrison
domingo, 17 de febrero de 2013
El calendario de Bautista. 17/2/2013. Isabelle Eberhardt
Buenos días. Aficiones
Las aficiones juegan en la vida
concreta de cada uno un papel mucho más importante del que creemos.
Suelen ser una fuente de placeres y de desarrollo personal que no
deberíamos desdeñar. Quien no tiene aficiones se suele refugiar en
los sustitutivos que nos ofrece la sociedad para adocenarnos y
adormecernos, como la televisión, el fútbol y demás. Creo que
andar con buenas aficiones ayuda a que suba la calidad de nuestra
vida y que sería bueno abrir lo más posible el abanico y la variedad de ellas.
sábado, 16 de febrero de 2013
Buenos días. Derechas e izquierdas
Hay muchas personas de derechas -de las
que se reconocen como tal y de las que, siendo de derechas, se creen
que son de izquierdas- que defienden que han caído las ideologías,
que ya todas son iguales y que es, por tanto, lo mismo votar a un
partido que a otro. O no votar, que es el verdadero objetivo de esta
maniobra. Cierta izquierda, siempre tan exigente y tan delicada, se
desmoviliza pronto y se apunta fácilmente a esas simplezas tan
peligrosas de que todos son iguales y consignas similares escasamente
pensadas. Con esta maniobra de decir que el sistema ha caído -ya lo
defendía el franquismo-, de que da lo mismo una cosa que otra -se lo
he oído decir a algunos como si fuera el gran descubrimiento del
siglo- y que, hagas lo que hagas, no hay remedio, se le sigue
entregando el poder a la derecha -que vota siempre, porque tiene
mucho que defender- y, con tanta abstención, se va construyendo un
camino muy eficaz para que venga el dictador de turno a salvar el
país, sometiéndolo a sus designios. Este es uno de los negros
nubarrones que tenemos encima y que parece que nadie quiere alejar.
Es cierto que en cuando a la producción
de bienes, la derecha y la izquierda se sitúan dentro del marco del
capitalismo, si bien éste puede ser interpretado de manera más o
menos salvaje. Pero en lo que se refiere a la distribución de la
riqueza y a las políticas sociales, las diferencias entre la derecha
y la izquierda son tan evidentes que quien no quiera verlas podría
ser tachado sin posibilidad de error de ciego voluntario.
Pero hay una diferencia entre ambas
formas de entender la vida y el mundo que se está poniendo estos
días de manifiesto, a mi juicio, con bastante claridad. Me refiero a
las relaciones internas entre los miembros de los grupos políticos y
al tratamiento que se les da cuando expresan sus opiniones en
público.
Los políticos de la derecha suelen apoyarse entre sí, no
sé si porque les interesa o para fortalecer sus propuestas. Al
final, como son fundamentalmente individualistas, acaban siempre mal,
enfrentados entre sí y sacando al aire sus vergüenzas, pero, en
principio, trabajan en común y dan la impresión de pertenecer al
mismo grupo. En cambio, en cuanto en la izquierda sale una persona
nueva, o hace en público alguna crítica -eso que es tan de
izquierdas y que la derecha nunca hará- o se atreve a hacer alguna
propuesta novedosa, cae sobre ella el peso de la sospecha, de la
desconfianza y de las interpretaciones tendenciosas de lo que ha
dicho y de por qué lo ha dicho. Es como si lo nuevo, lo distinto o
lo atrevido no tuvieran cabida en la izquierda de este país y
cualquiera tuviera que pagar sin compasión su osadía de expresar en
público sus opiniones críticas. Los casos de Beatriz Talegón y de
Alberto Garzón son suficientemente ilustrativos de lo que quiero
decir. Convendría que nos fijáramos en el funcionamiento interno de
los partidos en otros países y ver un poco de lo que ocurre
allí. Las críticas que le hacen a Cameron en el parlamento británico podrían servir, quizás, de ejemplo.
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