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jueves, 7 de junio de 2018

Buenas noches. Asombro




La vejez se manifiesta en la pérdida de la capacidad de asombrarse. Siempre hay que vivir en el asombro. La realidad es inmensa y da siempre pie a que nos asombremos. Si no te asombras, es que tu realidad se hizo pequeña. 

Buenas noches.


martes, 6 de marzo de 2018

Buenas noches. Encerrado




Detrás de su aparente erudición, de su cansina risita que le servía de muletilla, de su afán por interrumpir a quien le hablaba y de sus grandilocuentes calificativos, se escondía un ser débil, viejo y encerrado en el único refugio en el que era siempre reconocido: en sí mismo. 

Buenas noches.


viernes, 23 de febrero de 2018

Buenas noches. Quiste



Quienes presumen de tener la verdad -y habitualmente es una verdad única y absoluta- suelen ser viejos a los que se les ha enquistado una idea. 

Buenas noches.


martes, 30 de enero de 2018

Buenas noches. Huida




La juventud huye despavorida hacia la vejez. Es necesario que la frenemos y la actualicemos valorando críticamente tanto lo nuevo como lo viejo, prefiriendo el todos, no rechazando lo diferente y renovándonos a cada momento. 

Buenas noches.

sábado, 21 de octubre de 2017

Buenas noches. Hablar



Hay ocasiones en las que, al hablar, junto a la belleza indudable del cuerpo, va apareciendo, sin que la llamemos, la fealdad del alma, la degradación de la mente, la vejez de cualquier pensamiento. Entonces toda aquella belleza se resquebraja, el encanto se diluye y comenzamos a dar vitalmente marcha atrás sobre sus escombros. 

Buenas noches.


sábado, 24 de junio de 2017

Buenas noches. El tránsito




Nacemos perfectamente inútiles. Si no nos ayudan a vivir, nos morimos pronto. Todos nos tienen que ayudar, desde quienes hacen los vestidos a quienes fabrican los potitos, pasando por quienes saben curar enfermedades. Pero especialmente son nuestros padres, que se supone que nos han traído voluntariamente a este mundo, quienes deben cuidarnos con mayor intensidad. El parto nos da la existencia, pero son nuestros padres quienes deben darnos la vida: alimentarnos, querernos, educarnos, orientarnos y prepararnos para convertirnos en seres humanos libres.

Durante la juventud tendríamos que dedicarnos a ver los diversos caminos por los que podríamos transitar, para elegir, con arte y con sensatez, lo que entendiéramos que es mejor para nuestro desarrollo humano. Es un periodo de inversión, de mucho trabajo, de acumulación de toda la preparación posible para llegar a la meta de humanizarnos. Es el momento de descubrir los valores -no solo el amor-, las culturas, las artes, el mundo.

La madurez es la etapa en la que tendríamos que poner en práctica todo lo que hemos descubierto, en el que deberíamos crecer en todas nuestras dimensiones, sintiendo en toda su amplitud que los demás están también ahí, además de la pareja y de la familia. Es el momento de devolverle a la vida lo que antes ella nos ha dado, gracias a lo cual somos lo que somos. A lo largo de la madurez, si los demás nos lo permiten, podemos llegar a ser lo que queremos ser. Tan importante como esto me parece que es no perder de vista nuestra finitud, el hecho innegable de que en algún momento nos moriremos, que la muerte está escrita en las entrañas de la vida. Siempre he vivido esto como el argumento que me ha suministrado más ganas de vivir, más urgencia por vivir lo más intensamente posible, sin perder el tiempo.

Llega un momento en el que, sin que nos demos excesiva cuenta, el cuerpo comienza lentamente a flaquear, a perder su lozanía, a tener impedimentos en un lugar o en otro. Si nuestra formación humana ha sido la adecuada, nuestra mente debería mantenerse siempre abierta, joven, creadora, dispuesta a seguir aprendiendo. Creo que hay que estar voluntariamente muy alerta para que nuestra mente no pierda la frescura y las ganas de vivir que a veces intenta quitarnos el cuerpo. No me gusta llamar vejez a este estado vital. Yo, al menos, no aspiro a convertirme en un viejo, pero sí en un anciano -aunque no tengo ninguna, pero ninguna, prisa en conseguirlo. Los viejos hablan de “sus tiempos”, pero los ancianos, como cualquiera, sólo tienen el tiempo en el que viven. Los viejos están centrados en su inutilidad. En cambio, los ancianos siguen viendo el mundo como algo más importante que su propia existencia. Los viejos no tienen ganas de vivir y los ancianos, sí. Los viejos solo piensan en la muerte. Los ancianos quieren vivir hasta el instante antes de morirse.

Un anciano con la mente joven entiende bien que llega un momento en su situación vital en la que debe situarse voluntariamente en un segundo plano. Tiene que vivir, pero tiene que dejar vivir también a los demás. Insisto en lo de la mente joven. Si a lo largo de su vida no se ha preocupado nunca por formarse una mente así, lo normal es que sufra luego. Para vivir es indispensable que al anciano le ayuden, porque poco a poco va teniendo tantas necesidades como cuando era un niño pequeño, pero me parece importante observar que esas necesidades son distintas. Requiere cariño, como todos lo necesitamos, pero no es el cariño constante, cercano y tan ligado a los padres, como le ocurría en la infancia. Necesita cuidados, pero los de los hijos no suelen ser los más eficaces. No tienen derecho a que los hijos hipotequen sus vidas para cuidarlos. A este mundo entiendo que se traen hijos, no futuros enfermeros. Es vital que entendamos que debemos retirarnos del puente de mando, de la cumbre de la familia, y que tenemos que situarnos en un lugar en el que nos cuiden, pero sin molestar, sin impedir vivir a nadie, sin exigencias, sin ser una molestia para nadie. Creo que hablar con los hijos con naturalidad de estas cosas sería muy importante para lograr una convivencia razonable, pacífica y humana. No solo hay que estar constantemente aprendiendo a vivir. También hay que aprender a morir.

Buenas noches. Y perdón por el rollo tan largo, pero es que hay días en los que no se tiene fina la capacidad de síntesis. Si te apetece opinar sobre este texto, puedes hacerlo aquí o en casalfernandezmanuel@gmail.com 



jueves, 1 de junio de 2017

Buenos días. Osadía 132




Atrévete a intentar rejuvenecerte un poco cada día. 

Cuida tu mente. Procura que no envejezca. 

Es posible. 

Buenos días.

martes, 30 de mayo de 2017

Buenos días. Osadía 130




Atrévete a descubrir nuevas formas de encontrar la belleza y el placer. 

Si siempre disfrutas con lo mismo, envejecerás pronto. 

Buenos días.

domingo, 23 de abril de 2017

Buenas noches. Vejez



Me parece que es un síntoma de vejez aceptar los propios vicios, lo negativo que hay en nosotros, como algo normal, sin ni siquiera querer mirar críticamente ningún aspecto de esa negatividad. 

Buenas noches.

martes, 28 de marzo de 2017

Buenas noches. Protestas



La vejez no tiene nada que ver con las protestas, sino con las protestas no razonadas. 

Buenas noches.

sábado, 12 de noviembre de 2016

Buenas noches. Juventud y vejez


La juventud consiste en escuchar. 

La vejez, en querer sólo ser escuchado. 

Buenas noches.


sábado, 8 de octubre de 2016

Buenas noches. Vejez




Creo que cuando alguien empieza a impartir doctrina en asuntos opinables, en lugar de expresar su parecer, es que la vejez ha llegado. 

Es posible y lógico que algunas personas viejas no entiendan esto. 

Buenas noches.

viernes, 22 de abril de 2016

Buenas noches. Vejez




Ya sabes que la vejez es un estado mental que puede sobrevenir a cualquier edad. 

Uno de sus síntomas es el del individualismo, el de vivir como si se estuviera solo en la vida, el de hacer lo que a uno se le antoja sin pensar en las consecuencias para los demás. 

Creo que hay que estar muy atentos, porque esta vejez es evitable. 

Buenas noches.

sábado, 20 de febrero de 2016

Buenas noches. Envejecer



No existe la Belleza. 

No existe la Bondad. 

No existe nada con carácter definitivo, como si fuera una idea ya terminada. 

Todo se va haciendo y descubriendo cada día.

Lo importante son los criterios con los que cada uno de nosotros juzgamos si algo nos parece bello o no. 

Son esos criterios los que tenemos que ir permanentemente criticando, matizando, perfilando. 

Son ellos los que nos van a ir haciendo cambiar nuestra percepción de la realidad.

Y si no mantenemos abiertos nuestros criterios y nuestras ideas, es que ya hemos envejecido. 

Buenas noches.

domingo, 31 de enero de 2016

Buenas noches. Abrir




Lo nuevo es lo que puede abrirnos la mente. 

La vejez consiste en tenerla cerrada. 

Buenas noches.

miércoles, 9 de diciembre de 2015

Buenas noches. Un señor en el autobús



Se subió al autobús un señor algo mayor, de pelo cano, que, a voces, iba maldiciendo la vejez de su esposa, que le acompañaba, porque ésta creía que no era ese el autobús que había que tomar. Nadie le hizo caso, pero los gritos y el maltrato a la mujer fueron evidentes.
Se colocaron en asientos separados, ella en la fila de la izquierda y él, en la de la derecha. Después de dos paradas, ella se levantó y se sentó junto a él. El señor le depositó su brazo sobre el hombro, ella puso su mano en el muslo del señor y él hizo lo mismo sobre el de ella. Algo debieron de hablar entre sí en voz baja porque ella le contestó:
-Sí, por los cojones.
Un buen número de alumnos de la Universidad, posiblemente de Medicina, se subieron luego al autobús. El señor, en voz alta, les dijo a dos de ellos que se apostaron junto a él:
-¡Eh! Y vosotros ¿cuánto pagáis por estudiar?
-Mil euros -dijo uno de ellos.
-Mil ochocientos -dijo otra.
-¡Qué vergüenza! -dijo el señor- Eso tenía que ser de balde. Y lo tienen que pagar vuestros padres, claro. Desde luego, ¡qué malo es este tío! Esto es lo que ha conseguido desde que llegó. Yo llevo cuatro años sin encontrar trabajo y, encima, se quiere presentar otra vez.
Los alumnos callaban y escuchaban, sin saber muy bien qué cara poner, pero el señor siguió.
-Y tened mucho cuidado con el catalán ese ¿eh?, que es muy peligroso. Ese tío es muy peligroso. Es muy parecido al de ahora. A ver si vais a caer en la misma trampa vosotros, los estudiantes.
Y concluyó:
-Bueno, nos tenemos que bajar aquí. Ya sabéis vosotros lo que tenéis que hacer. Y de lo otro nada ¿eh? -dijo con una especie de sonrisa que parecía que quería ser de complicidad.
Al llegar a la parada en la que se bajó junto a su esposa, se despidió:
-¡Suerte!
El autobús quedó en silencio.  
Buenas noches.

martes, 1 de diciembre de 2015

La vejez y el debate




A fuerza de no pensar nos vamos quedando atrás, nos estamos volviendo viejos antes de tiempo, perdemos criterios, desaparece nuestra capacidad para evitar que nos engañen, nos confundimos con frecuencia de enemigos y vamos creando un mundo viejo, lleno de viejos de cualquier edad y con rutinas viejas, vacías de ideas y carentes de todo futuro.

Los viejos no suelen saber. Se pararon hace tiempo en lo que les venía bien y ahí se quedaron. Hablaba no hace mucho tiempo con un constructor muy rico y me decía que invertía en inmuebles todas sus ganancias. A mi pregunta de por qué no invertía en bolsa o en fondos, cosa que podía ser muy rentable para él, me contesto diciendo que él de eso no sabía nada y que prefería moverse en el terreno que conocía. Me pareció que se había parado en cuanto sus intereses se vieron satisfechos. Hoy, sin embargo, es menos rico y no tiene un futuro de crecimiento a la vista.

Algo parecido está pasando en la política. Si Rajoy hubiese ido al debate de ayer, hubiese quedado descolocado, no tanto por su edad biológica, sino por su mentalidad vieja frente a lo fresco que ofrecían los otros tres. Fresco no quiere decir necesariamente mejor, pero al menos era algo diferente, en muchos casos, que merecía la pena considerar. El mismo Rajoy, que suele ser muy simple en lo que dice y mucho menos simple en lo que a veces hace, lo reconocía diciendo que él va sólo a los debates de toda la vida. Como siempre que habla Rajoy, esconde tras sus palabras razones más reales. Encubría, a mi entender, el miedo a la osada juventud, a lo diferente, a que le saquen las vergüenzas en público o a que le consideren como uno más, siendo él lo que es. Y esconde también, según lo veo yo, el rechazo que un estilo verticalista, impositivo, cauasidictatorial, como el suyo y el de numerosos miembros del PP, siente ante un debate con quienes a veces le adelantan en las encuestas y que pueden ir a las raíces más reales de los problemas.

Yo creo que esta es una de las claves de que, a pesar de la cantidad enorme de mentiras que han soltado Rajoy y los suyos desde que aparecieron, de los destrozos que han realizado en sectores tan cercanos a los ciudadanos, como la sanidad, la educación o las pensiones, de las contradicciones tan sangrantes que ha sufrido el país -dicen que van a bajar los impuestos, pero luego los suben-, a pesar de todo ello, esta actitud mandona, ordenante, totalitaria que exhibe Rajoy es la que conecta con un electorado que se dice demócrata, pero que ha perdido su capacidad crítica, se ha olvidado de la posibilidad de descubrir que le están manejando y se entrega, pase lo que pase y aunque le perjudique, a quien le va a obligar a hacer lo que él quiera. Decir que se es demócrata, pero vivir con tics dictatoriales es más común de lo que creemos en nuestro país. Hay una vejez difícilmente superable.



domingo, 6 de septiembre de 2015

Buenas noches. Vejez




Uno de los más feos aspectos de la vejez es que te sobreviene sin darte cuenta, sin avisar. De pronto te descubres defendiendo lo de siempre, renunciando a lo nuevo por ser nuevo, echando pestes de lo diferente, no expresando tus sentimientos por si alguien dice algo, perdiendo tu propia esencia, queriendo que todos sean como uno mismo, dejando la frescura vital en un lugar alejado, sustituyendo lo de todos por lo de uno mismo o queriendo que la vida sea la eterna repetición de lo que conocemos. 

Hay que tener amigos que nos avisen con cariño de lo que nos puede ir pasando y, en todo caso, hay que saberse mirar bien en el espejo, a ver cómo tenemos la mente. 

(Por si acaso, no digo que esto me esté pasando a mí ni que le esté pasando a nadie. Digo sólo lo que creo que ocurre, para que estemos prevenidos, porque la vejez llega a cualquier edad.)

Buenas noches.

jueves, 4 de junio de 2015

Buenas noches. Vejez




La vejez nos hacer tener comportamientos cada vez más previsibles, más esperados, más rutinarios. 

No podemos olvidar que se puede ser viejo a cualquier edad. 

Buenas noches.