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lunes, 23 de enero de 2017

Buenas noches. Dudas



La claridad radiante está saturada de falsas verdades. La oscuridad triste oculta en su interior una multitud de grandes mentiras. Hay un ámbito en el que conviven las luces y las sombras y en el que se cobijan las dudas. Únicamente en él es posible acercarse a un conocimiento válido. 

Buenas noches.

martes, 7 de junio de 2016

Buenas noches. Vienen elecciones




No me gustan los partidos que, en lugar de un programa, exhiben a un líder. 

No me gustan los líderes que cambian de criterio según les interese, ni los que no dejan hablar ni escuchan, porque será eso lo que hagan luego en el gobierno. 

Prefiero un líder humilde, pero que razone, que a un fanfarrón que recurra a la demagogia para tener más poder. 

Un líder no puede ser nunca un hortera. 

Hubo una vez una lideresa que se presentó a unas elecciones con un programa escrito en un folio. Muchos y muchas la votaron. 

La mentira instalada en la mente de un líder es un arma de destrucción masiva. 

Ni en un programa ni en el discurso de un líder puede haber una promesa de algo que Europa, que también nos gobierna, no va a permitir que se cumpla. 

Algunos líderes me parece que son francamente innobles. 

Hay líderes que, sabiéndolo o no, están generando fanáticos. 

Hay programas que no los lee nadie. 

Hay votantes que no han leído nunca un programa. 

Hay programas que ocultan sus medidas. 

Te digo estas cosas por si las quieres pensar. 

Buenas noches.

martes, 1 de diciembre de 2015

La vejez y el debate




A fuerza de no pensar nos vamos quedando atrás, nos estamos volviendo viejos antes de tiempo, perdemos criterios, desaparece nuestra capacidad para evitar que nos engañen, nos confundimos con frecuencia de enemigos y vamos creando un mundo viejo, lleno de viejos de cualquier edad y con rutinas viejas, vacías de ideas y carentes de todo futuro.

Los viejos no suelen saber. Se pararon hace tiempo en lo que les venía bien y ahí se quedaron. Hablaba no hace mucho tiempo con un constructor muy rico y me decía que invertía en inmuebles todas sus ganancias. A mi pregunta de por qué no invertía en bolsa o en fondos, cosa que podía ser muy rentable para él, me contesto diciendo que él de eso no sabía nada y que prefería moverse en el terreno que conocía. Me pareció que se había parado en cuanto sus intereses se vieron satisfechos. Hoy, sin embargo, es menos rico y no tiene un futuro de crecimiento a la vista.

Algo parecido está pasando en la política. Si Rajoy hubiese ido al debate de ayer, hubiese quedado descolocado, no tanto por su edad biológica, sino por su mentalidad vieja frente a lo fresco que ofrecían los otros tres. Fresco no quiere decir necesariamente mejor, pero al menos era algo diferente, en muchos casos, que merecía la pena considerar. El mismo Rajoy, que suele ser muy simple en lo que dice y mucho menos simple en lo que a veces hace, lo reconocía diciendo que él va sólo a los debates de toda la vida. Como siempre que habla Rajoy, esconde tras sus palabras razones más reales. Encubría, a mi entender, el miedo a la osada juventud, a lo diferente, a que le saquen las vergüenzas en público o a que le consideren como uno más, siendo él lo que es. Y esconde también, según lo veo yo, el rechazo que un estilo verticalista, impositivo, cauasidictatorial, como el suyo y el de numerosos miembros del PP, siente ante un debate con quienes a veces le adelantan en las encuestas y que pueden ir a las raíces más reales de los problemas.

Yo creo que esta es una de las claves de que, a pesar de la cantidad enorme de mentiras que han soltado Rajoy y los suyos desde que aparecieron, de los destrozos que han realizado en sectores tan cercanos a los ciudadanos, como la sanidad, la educación o las pensiones, de las contradicciones tan sangrantes que ha sufrido el país -dicen que van a bajar los impuestos, pero luego los suben-, a pesar de todo ello, esta actitud mandona, ordenante, totalitaria que exhibe Rajoy es la que conecta con un electorado que se dice demócrata, pero que ha perdido su capacidad crítica, se ha olvidado de la posibilidad de descubrir que le están manejando y se entrega, pase lo que pase y aunque le perjudique, a quien le va a obligar a hacer lo que él quiera. Decir que se es demócrata, pero vivir con tics dictatoriales es más común de lo que creemos en nuestro país. Hay una vejez difícilmente superable.



jueves, 10 de septiembre de 2015

Buenos días. Duración




Hay verdades dolorosas que se dicen en un momento. 

Hay mentiras suaves cuya intranquilidad dura toda la vida. 

Buenos días.

miércoles, 5 de agosto de 2015

Buenos días. Mentiras



Nos vestimos el cuerpo y la mente con mentiras. 

Sólo mostramos la verdad cuando nos desnudamos. 

Buenos días.


domingo, 1 de marzo de 2015

domingo, 14 de diciembre de 2014

Buenos días. Críticos




Cuidado. Los ignorantes se tragan antes una mentira enorme que una verdad pequeña, pero ellos no lo saben. Hay que andar con ojo y no dejar de ser críticos. 

Buenos días.

miércoles, 28 de mayo de 2014

Buenas noches. La piscina




El espejo engaña. Lo hace siempre, no lo olvides. Todos los días te paras delante de él y el muy mentiroso te hace ver que estás igual que ayer y que el día anterior, que nada ha cambiado, que es como si te hubieras parado y que nada en ti va a peor. Es todo mentira. La verdad es que el tiempo nos acompaña constantemente, que el tiempo nos va devorando y que termina acabando con nosotros. Por eso creo que lo mejor es no hacerle caso a las mentiras que te cuenta el diabólico espejo y vivir como si fuera lo último que fuéramos a hacer cada día. La vida es como una piscina, a la que hay que lanzarse y nadar, antes de que se acabe el agua. Si no lo hacemos, no nos vamos a enterar de que estamos vivos todavía. Buenas noches.

miércoles, 2 de abril de 2014

Lo que veo cuando miro. Tanto ...




Nos engañaron con tantas mentiras diciéndonos que eran verdades … Nos intentaron quitar tanta vida … Nos metieron tantos fantasmas en la mente … Nos obligaron a ir sacándonos luego tanta basura de dentro … Nos disfrazaron la vida de tanta muerte … Tenían tanto empeño en que fuéramos otros, no nosotros mismos … Nos hicieron perder tanto tiempo … Buenas tardes.

martes, 11 de febrero de 2014

Lo que veo cuando miro. Entender o creer




Entender es explicarse algo con argumentos racionales, coherentes, sin que contengan contradicciones con lo que ya se entiende y que puedan ser comprobables o aceptables, mientras no se demuestre que no se pueden aceptar. Que la lluvia, tomémosla como ejemplo, aparece cuando se dan determinadas condiciones de humedad, presión y temperatura lo puede entender cualquiera que esté convenientemente informado.

Creer algo es aceptarlo sin argumentos racionales, basándose en la supuesta autoridad de quien lo dice o en el interés que pueda tener el creyente en aceptar eso que considera una verdad. Consideremos como ejemplo de esta actitud aceptar que las mujeres no pueden ser sacerdotisas en la Iglesia Católica porque lo dice la jerarquía -y quienes aceptan esto le atribuyen autoridad suficiente a esa jerarquía- o porque le viene bien aceptar que las mujeres no tengan funciones en la sociedad en igualdad de condiciones que los hombres.

Estas dos actitudes se dan con mucha frecuencia en nuestra sociedad. Los ciudadanos, lamentablemente, tendemos cada vez más a no involucrarnos en cuestiones que requieran buena o mucha información, a simplificar los asuntos y a optar siempre por lo más fácil. Por eso en muchas ocasiones creemos lo que dicen, sin preocuparnos de entender, de buscar las razones de por qué dicen lo que dicen. Si a una persona sin criterio bien fundado le repiten machaconamente lo mismo una y otra vez, puede que acabe por creerlo, aunque el mensaje no tenga ninguna relación con la realidad.

Pongo un ejemplo de lo que quiero decir. Desde el primer día que Zapatero ejerció de presidente del Gobierno de España, Rajoy, muy dolido por su derrota electoral, comenzó una campaña muy atentamente diseñada de desprestigio del presidente, que aún hoy continúa. Un día y otro y otro se sucedían las críticas descalificantes hacia la figura de Zapatero. En las dos legislaturas en las que estuvo al frente del Gobierno se tomaron medidas muy importantes para el bienestar de los ciudadanos, pero a Rajoy y a los suyos les daba igual, porque su interés era descalificar al personaje y crear la idea de que no valía para el puesto que ocupaba. 

El segundo mensaje puesto en circulación era que el propio Rajoy era mejor que Zapatero y que en cuanto llegara al poder las cosas irían mucho mejor. No había momento parlamentario o mediático en el que Rajoy perdiera la oportunidad de postularse como el salvador de la situación. Esto fue calando en la población gracias a la insistencia en la medida y a la facilidad de muchos ciudadanos para creerse lo que le gritan o lo que le repiten hasta el cansancio. Se aprobaban leyes, como la del matrimonio entre personas homosexuales o la del aborto, pero Zapatero era muy malo, según el mensaje que repetía Rajoy, y éste, en cambio, era el bueno. Luego vinieron los errores de Zapatero, que pocos se tomaron la molestia de intentar entender o, al menos, de situar en un contexto europeo, y a partir de ahí aparecieron las consecuencias del mantra que Rajoy llevaba practicando desde hacía ocho años. Muchos de los que se habían creído sus mentiras entonces aún se las siguen creyendo. Otros parece que se han dado cuenta de todo lo que se habían venido tragando a lo largo de estos años.

No sé si habremos aprendido algo de toda esta aventura política y social. No sé si estamos deseando creernos 'otras' cosas o nos habremos dado cuenta de que lo conveniente es informarnos y procurar entender, antes de aceptar sin más las consignas del momento, sean del tipo 'Vamos a ahorrar con las privatizaciones', 'Todos los políticos son iguales', 'Hay que hacer un estado federal' o 'La monarquía no tiene sentido'. Me gustaría que nos pusiéramos de una vez a entender. Buenas tardes.

martes, 4 de febrero de 2014

Lo que veo cuando miro. Mentiras





El neoliberalismo que profesa el PP se basa en varias mentiras muy serias que traduce en hechos desgraciados.

Una es una mentira filosófica. En realidad, todos somos diferentes, pero somos también iguales en derechos y en oportunidades reales. Esto lo debe respetar cualquier opción política democrática. El PP no dice lo contrario, pero actúa favoreciendo sólo a unos pocos y perjudicando a todos los demás. Su política no respeta la igualdad y genera, de hecho, desigualdades.

Otra es una gran mentira política. Dicen defender la libertad y se les llena la boca al hacerlo. Pero en la práctica no defienden ni promueven la libertad de todos, sino sólo la de los que tienen una situación económica que les permite ejercer esa libertad. No se es libre sólo por principio, sino que hay que poder practicar esa libertad. Si tienes que elegir salir al extranjero para abortar, por ejemplo, lo podrás hacer si tienes dinero. En caso contrario, no podrás ejercer la libertad. Esta mentira política está en la base de todo lo que hace el PP.

Parten también de una mentira económica que es propia del capitalismo. Les mueve sólo la obtención de beneficio mediante la explotación. Esto supone que el valor de mercado de lo que produces es mayor que el sueldo que recibes. La diferencia es lo que se queda el empresario como beneficio. En la situación salvaje actual esto es lo que permite que haya cada vez más riqueza en manos de unos pocos y que la pobreza se extienda entre más seres humanos. La justicia social queda oculta bajo el manto de la explotación.

Con estos presupuestos y con la talla humana y política de estos gobernantes ¿cómo vamos a creer en lo que dicen? Simulando las palabras de Luis Aragonés, mienten y mienten y mienten y mienten y vuelven a mentir. Buenas tardes.

miércoles, 21 de agosto de 2013

Buenos días. Si ocurriera

Si el ciudadano español se diera cuenta de que es un ciudadano y no un mero individuo español, que es como lo trata el PP; si aprendiera a distinguir las mentiras que le endosa el PP con una naturalidad insultante; si tuviera un poco de dignidad y no tolerara que le trataran como a un tonto que se traga cualquier cosa que le digan; si esto ocurriera, estaríamos de otra manera. Pero el ciudadano español parece que le ha entregado su mente a las bobadas o a la nada y no se entera. Ni siquiera se entera de que va perdiendo la vida cada día a mayor velocidad. Buenos días.

sábado, 19 de enero de 2013

Alguien debería decir... Mentiras




Alguien debería decirle a los políticos que la credibilidad se pierde a la primera mentira. Y, si esto no ocurre, es que los votantes no tienen suficiente dignidad democrática.

martes, 18 de septiembre de 2012

Buenos días. Mentiras




Me pueden colar una mentira, pero si me avisan de que están mintiendo constantemente y yo no me entero, es que me ocurre algo alarmante. No debería reaccionar mirando hacia otro lado.

sábado, 4 de agosto de 2012

Todo está del revés


El día está como la realidad. Un día nublado en pleno agosto. Un día otoñal en verano. Todo al revés. Miro al mundo y lo bajo está alto; lo malo aparece como lo bueno; lo inútil, como lo valioso; la mentira, como verdad; lo tendencioso, como lo neutral; lo que adoctrina, como lo que no adoctrina; lo débil, como lo fuerte. Lo que debería ilusionar no ilusiona. Lo que nos debería proteger no nos protege. Lo que debería igualar no iguala. El poder es esclavo y los esclavos no quieren ser libres. Todo está patas arriba. Todo está del revés. La vida está cada vez más muerta. Son estos bichos del PP.

martes, 5 de junio de 2012

Ten cuidado con lo que admites como normal




Tal como están las cosas, con los silencios, las amnistías, las reformas, las mentiras, el vale todo, los recortes, los desprecios, la falta de transparencia, la degradación de la democracia, la desvalorización de la educación, las cortinas de humo, el cinismo, la fractura interesada de la sociedad del bienestar, la desvergüenza, las privatizaciones, la utilización de los medios de comunicación, el individualismo galopante, la facilidad con la que la población se deja engañar y el estado anestesiado de buena parte de la misma, deberíamos tener mucho cuidado antes de admitir algo como normal.

viernes, 27 de abril de 2012

Tienen que irse ya




Son muy peligrosos. Han mentido. Han engañado. Han demostrado su ineptitud. Han hecho todo lo contrario de lo que dijeron y prometieron. Han confundido el derecho a gestionar el Estado en beneficio de todos con la creencia en que el Estado era suyo y que, por tanto, podían destrozarlo y venderlo por partes. Han creído que tenían derecho a quitar sus derechos a los ciudadanos. Han dado un ejemplo público e irresponsable de inmoralidad. Han jugado con la salud y con la vida de las personas. Han destrozado la educación pública y han intentado convertirla en un negocio que entontezca a los ciudadanos. Han favorecido con descaro los intereses del más allá en detrimento de los del más acá. Han demostrado que les interesa más la religión que los ciudadanos. Han situado la ciencia al nivel de sus exiguos conocimientos. Han entregado la soberanía a los mercados con la sonrisa en la boca. Han ensuciado el país de cinismo y de desvergüenza. Han convertido la política en una fuente de reformas que favorezcan sus negocios particulares. Han renunciado a la política y han abrazado la economía más rastrera, sin dejar de ser políticos. Han echado la culpa de sus desmanes a todos los demás, menos a ellos mismos. Han convertido, siempre que han podido, las televisiones públicas en fuentes de manipulación, tergiversación y adoctrinamiento. Han tratado a los ciudadanos como si fueran tontos. Han corrompido la política de palabra, obra u omisión. Han aplicado con una osadía sin límites el inhumano lema neoliberal de que todo vale. Han creído que en política se pueden aplicar irresponsablemente las huidas hacia adelante. Han confundido la política con un burdo partidismo. Han convertido la democracia en una casa de negocios sucios. Han creído que un ciudadano es un número. Han puesto sus malas ideas por encima de las personas. Han considerado que la cultura era un lujo para gente ociosa. Han maltratado injusta e insensiblemente a los ciudadanos. Han convertido a sus adversarios en enemigos. Han manejado irrespetuosamente a las personas. Han sido injustos en sus juicios. Han favorecido a los avariciosos a costa de los demás. Han hecho reformas dañinas. Han confirmado que no tienen piedad con los más desfavorecidos. Han jugado sucio. Han hecho mucho daño. Estos señores del PP deben irse ya antes de que esto ya no tenga remedio.

lunes, 12 de marzo de 2012

Mentiras



El ladrón era joven y con aspecto de no cortarse ante nada. Fue en la Puerta del Sol, en Madrid, a plena luz del día, hace ya bastante tiempo. Le quitó la cartera a un ciudadano de forma tan poco trabajada que la víctima se dio cuenta enseguida del atropello. El ladrón, en cuanto tuvo la cartera en sus manos, se la entregó a un cómplice que estaba a su lado, el cual echó a correr velozmente con el botín. El ladrón permaneció junto a la víctima, que reaccionó pronto pidiendo al ladrón que le devolviera la cartera. Éste, lejos de avergonzarse de su acto, al verse interpelado, lo que hizo fue reaccionar a gritos y, con grandes aspavientos y con gestos de estar muy ofendido, le contestó de manera muy ordinaria y cortante: “¿Qué pasa contigo? ¿Es que no ves? Que no te enteras, que yo no he sido, que ha sido aquél que va corriendo por allí. Vamos, decirme a mí que he sido yo... ¿No te jode?” Con lo cual el ladrón, después de robar, con todo el desparpajo, el cinismo y la desvergüenza de los que fue capaz, se inventó una situación nueva con la que tapó la realidad, echándole la culpa a otro de lo que había cometido él.

Me acuerdo siempre de este suceso cuando el PP miente de manera tan descarada y, a continuación, le echa la culpa al PSOE de ser éste el que miente. O cuando se inventa algo sobre el 11 M. O cuando culpa de todo a Zapatero o a Rubalcaba o a cualquiera de sus adversarios, que ellos ven como sus enemigos. Lo hacen con tal naturalidad y destreza que, al igual que ocurrió con el ladrón de la Puerta del Sol aquel día, no me extraña que los ciudadanos menos avisados y menos dados a analizar fríamente los hechos se traguen todas las patrañas que crean con estas maniobras. Es más, algunos en el PP son de mente tan simple que tengo la impresión de que se las creen también.

viernes, 3 de febrero de 2012

El ultra Gallardón quiere progresar



De nuevo hay que entender al revés lo que dice alguien del PP. Ahora, para confundir a la gente poco avisada y muy dada a tragar cualquier cosa, el nuevo ministro de Justicia, el ultraderechista Gallardón, un ser que, por sus gestos, parece que necesita el poder para vivir, ha dicho que su reforma de la ley del aborto será lo más progresista que haya hecho en su vida política. Po supuesto, aplicando el principio de interpretación de lo que digan estos aficionados a la política del partido popular, tales palabras hay que entenderlas como que será lo más retrógrado, el mayor atentado a las mujeres, lo más alejado a las políticas europeas y lo más absurdo que haya podido hacer.

El ultraderechista Gallardón, cuando le interesa, tiene un concepto vegetativo de la vida (todo lo que se mueve está vivo, como los fetos o las acelgas), no tiene en cuenta a los seres humanos ya vivos y existentes y que viven en malas condiciones y se propone legislar sobre fetos antes que sobre personas vivas que sufren, al final de sus vidas reales, sin ninguna esperanza y que no pueden terminar con su dolor porque el ultraderechista Gallardón y sus secuaces no se preocupan por este asunto.

El ultraderechista Gallardón está más pendiente de ganarse a la Iglesia Católica, un poder fáctico de nuevo cada día mayor, y al sector más cerrado y reaccionario de su partido, que de hacer la justicia que le debería pedir su cargo. Sus intereses personales de cara al futuro están por encima de todo.