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viernes, 24 de diciembre de 2010

Vida de paz


Oigo lo de la Noche de paz, pero no me dice nada. Es la vida, una vida de paz lo que me atrae. ¿Cómo sería una vida de paz?

No hay paz sin igualdad. El valor de la igualdad se concreta en las igualdades. Igualdad económica. Igualdad de derechos. Igualdad de géneros. Igualdad política. Igualdad, por tanto, sin discriminaciones de ningún tipo.

No hay paz sin libertad. El valor de la libertad tiene sentido en las libertades concretas. Libertad de pensamiento, de opinión, de expresión, de religión y de no religión, de movimientos. Libertad sin esclavitudes que no te dejan ser y libertad con todas las posibilidades para hacer lo que entiendas que debes hacer.

No hay paz sin buena voluntad. Una ciudad no se acaba cuando se tiene un terreno allanado por la libertad y por la igualdad. Hay que construirla con la nobleza del que no duda sistemáticamente del otro. Hay que construirla con el respeto al otro y a los otros que los deja ser como son y que incluso los ayuda a ser. Hay que construirla sin estropear la naturaleza de la que formamos parte, porque si matas el aire que necesitas, te matas a ti mismo. Hay que construirla con ánimo de construirla, sin que la consecuencia sea la destrucción de lo que hay. Hay que construirla con los pequeños detalles cotidianos que hacen más agradable la vida de los demás. Hay que construirla con la dulce fortaleza de la cultura que nos construye como humanos y nos aleja de la ordinariez y de la grosería. Hay que construirla cuidándose cada cual a sí mismo para no caer en la desidia y para no olvidarse de que no somos más que lo que vamos siendo cada día. Hay que construirla construyendo el amor a cada instante

Y cuando la noche llegue a cada uno de tus días, que puedas respirar profundamente, que puedas sentir tus brazos relajados, que puedas ir con tus pensamientos más allá del valle infinitamente verde y de la cumbre infinitamente profunda, que puedas gozar del descanso igual que hayas podido gozar de la vida, que no te sientas solo, sino construyendo la compañía. Que no te importe seguir viviendo así eternamente.

Que esta paz imposible la construyas y la disfrutes profundamente.

lunes, 22 de noviembre de 2010

Una marea



Nada más aparecer, me colocaron en la orilla. Me dijeron que aquel era mi espacio y mi tiempo. La alegría solemne de la luz, el fresco relajante de la noche, el punzante olor del mar, el imponente sonido de las olas y la suave compañía de la arena me hicieron crecer sintiéndome feliz. Poco a poco, casi sin notarlo, el mar fue subiendo de nivel. Al principio me refrescaba los pies y me masajeaba las piernas. Cada vez había más agua y la arena de la playa se reblandecía a causa de mi peso y de la cantidad creciente de líquido que llegaba hasta mí. Me fui hundiendo lentamente y sin remedio en aquella mezcla. Con una rapidez alarmante fui sintiendo que a cada momento me era más difícil mover las piernas, que mis brazos se volvían inútiles, al igual que mis oídos y mis ojos se tornaban inservibles. El último torreón de vida que me quedaba era la respiración y el olfato a través de la nariz, pero una ola cargada con demasiada energía me la anuló para siempre. Allí quedé sepultado bajo la dulce apariencia de la arena y de las cálidas olas del mar.

Como todos los que fuimos depositados en la playa en aquel espacio y en aquel tiempo, no duré más que una marea.

viernes, 15 de octubre de 2010

Vive el amor


Que no pase un día sin que se te note que lo quieres. Un día sin quererlo es un día perdido, una parte de tu vida y otra de su vida perdidas. Dile que lo quieres. Díselo. Díselo muchas veces. Hazle el amor. Hazle real el amor. El amor no puede quedar en palabras, sino que hay que construirlo con hechos en la realidad concreta de cada día, de cada instante. Tienes que conquistarlo cada día con tus actos de amor, con tus caricias, con tu sonrisa, con tu razón, con esa cercanía íntima y respetuosa que sólo entienden y sienten las personas amadas que aman. No te olvides de alimentar el amor cada mañana, cada tarde, cada noche, cada momento. Que el amor sepa que amas el amor que le tienes. Si dejas morir el amor, lo dejas morir a él. Vive para amar. Ama para vivir. Quizás sea necesaria también un poco de suerte.




jueves, 16 de septiembre de 2010

Buscar








Buscar, buscar. Siempre buscar y buscar. Aunque no encuentres nada, hay que buscar. Siempre buscar. Aunque te quedes solo, tienes que buscar. Buscar. Buscar. Aunque no te acompañen, tienes que buscar. Buscar. La esencia de la vida es buscar. Buscar es más importante que encontrar. Aunque nadie quiera buscar contigo. Aunque a nadie le apetezca buscar. Siempre buscar. Aunque haya cosas que se encuentren sin buscarlas, hay que buscar. Si dejas de buscar, te mueres.

lunes, 6 de septiembre de 2010

El sentido de la vida


Si quieres encontrarle sentido a tu vida, tienes que buscarlo dentro de ti, no fuera. Lo que te mueva a vivir no puede depender de lo que te pase, de tus éxitos o de tus fracasos. Tienes que estar por encima de ellos. Es muy peligroso que te dejes deslumbrar por un éxito o que te caigas sin remedio por culpa de una desdicha. Lo más tuyo es tu actitud en la vida, lo que pretendes hacer, lo que eres, no lo que tengas ni lo que consigas ni lo que te pase. Quizás lo veas con más claridad en los momentos malos, aquellos en los que te sobreviene el fracaso y en los que no puedes dejarte vencer por las circunstancias. Tienes que mirar tu actitud en la vida, tus intenciones, tus móviles. Púlelos. Fortalécelos. Critícalos. Conviértelos en tu refugio reconfortante y sé fiel a ellos.


jueves, 2 de septiembre de 2010

Estética



Cuando toda la vida está impregnada de un criterio estético es que no se tiene ningún otro criterio superior para ponerlo en práctica. La vida está entonces por humanizar.

miércoles, 1 de septiembre de 2010

Cada segundo


Cada día tiene 24 horas, o sea, 1.440 minutos, es decir, 86.400 segundos. Cada uno de ellos tiene el derecho de ser vivido intensamente, de ser gozado con alegría, de ser recordado con agrado. Y tú, como ser humano, tienes la obligación de intentarlo. ¿O no?

lunes, 2 de agosto de 2010

Maneras de vivir / 2


Hay quienes permanecen en el negocio como estilo de vida: te doy para que me des. Es una forma muy primitiva de vivir y produce escasa felicidad, pero muchos es lo único que conocen. Unos pocos han visto en la generosidad una manera distinta y más satisfactoria de vivir: te doy, aunque tú no me des. El número de estos es cada vez más escaso y están desmoralizados.

lunes, 26 de julio de 2010

¿A qué vino?





En su infancia no aprendió nada, a pesar de que le enseñaron a leer. Tampoco en su juventud aprendió nada, aunque llegó a acabar una carrera. Ni en su madurez, cuando ganó tanto dinero. Ni en su vejez. En cambio, se pasó todo el tiempo dando lecciones. ¿A qué vino a este mundo?

jueves, 24 de junio de 2010

Cansancio y descanso


En toda vida vivida hay un cansancio físico, y un cansancio de tener que tomar decisiones con demasiada frecuencia, y un cansancio producido por la presencia no siempre agradable de los otros, y un cansancio de la rutina que se nos va instalando en los usos, y un cansancio del intento de hacer real lo difícil, lo necesario, lo imposible, y un cansancio de no sentirse querido, y un cansancio de saberse no comprendido, y un cansancio de tener que explicar tantas cosas tantas veces a tantas personas, y un cansancio de la velocidad a la que la necesidad mata la vida, y un cansancio de que todo valga para cada vez más gente, y un cansancio de los miedos acumulados sin querer, y un cansancio de la mediocridad habitual tan escasamente salvada, y un cansancio de estar siempre tan cansado.

En toda vida vivida tiene que haber un descanso para que lo vivido sea una vida y tenga un sentido consciente. Un descanso que tiene que ser el descanso de cada uno. Un descanso que nos eleve por encima del agobio de lo cotidiano, tan inútil y tan necesario a la vez. Un descanso que no aparece, como el cansancio, sino que hay que buscarlo, que crearlo, que inventarlo.


domingo, 20 de junio de 2010

jueves, 3 de junio de 2010

Lo que echo en falta


Miro y echo en falta el sosiego de la mirada limpia, de la buena voluntad, del análisis sosegado de los problemas, de la comprensión mutua, de la ausencia de miedo, de la carencia de gritos, del reposo, de las sonrisas abundantes, del gozo con lo pequeño, del detalle frecuente, del disfrute de la música, de la conversación tranquila y pensante, del ritmo cadencioso de la bondad, de la contemplación placentera de la belleza… Echo en falta un estilo humano en la vida. En la tuya y en la mía.


lunes, 10 de mayo de 2010

Espacio


Tendemos a explicarnos la vida en términos de tiempo. Pensamos, a veces, que vivir es ir cambiando en el tiempo, avanzar en el tiempo, aprovechar el tiempo, no perder el tiempo, durar un tiempo o vivir en un tiempo. Pero nos olvidamos del espacio. La realidad es que una persona que viva hoy es muy probable que cambio 2 0 3 veces de trabajo y de lugar de residencia. El espacio, los espacios, forman parte también de la estructura de la vida. Así que no cabe echar demasiadas raíces en ningún sitio ni vivir en ningún lugar como si fuera el definitivo. Eso envejece o es síntoma de que se ha envejecido. Aparte de más humano, también es más rentable un discreto cosmopolitismo.


domingo, 9 de mayo de 2010

La vida

Uno quiere ser cosmopolita, pero la biología hace que en determinados momentos vuelvas, no a lo que quieres, sino a tus primeras sensaciones, a tu patria, que viene de padre, a tomar fuerzas para volver. ¡Con qué naturalidad dice Alba Molina estas sevillanas hablando de la vida!


jueves, 25 de marzo de 2010

Espejo


“Ándate con siete ojos, que la vida pasa demasiado de prisa y corremos el riesgo de no enterarnos de nada. Busca. Investiga. Huye de la ignorancia. Pregunta. Frecuenta la gente que tenga algún interés. Escucha. No pierdas el tiempo. No hagas sólo lo que te apetece, porque te convertirás en un inútil incapaz de hacer lo que debes hacer. Comprueba si creces o no. Ama. Fomenta la creatividad. Cuida tu salud física y tu salud mental. Que vean siempre en ti a un ser humano que actúa como un ser humano. Y ten memoria, sobre todo para lo agradable.” dije mirándome en el espejo.

martes, 1 de septiembre de 2009

Enamórate



Tienes que vivir. Pero la vida no es una obligación, ni un no hay más remedio, ni un otra vez lo mismo. La vida es un dejarse de historias y volcarse a vivir.

Te lo digo a ti y me lo digo a mí.

No pases por la vida de puntillas. Que tus pies dejen la huella en el camino. Que tus zapatos se mojen con el agua de la lluvia. No caigas en la rutina. Sobre todo, sé consciente de lo que haces, entérate de lo que vives. ¿Por cuántos jardines has pasado sin oler sus flores? ¿Ante cuánta mierda has mirado para otro lado sin preguntarte por qué estaba allí? No te contentes con mirar. Tienes que ver. No te contentes con ver. Tienes que preguntarte por qué. Y si no encuentras un porque, te quedas con el por qué, pero al menos no estarás vacío.

Tienes que enamorarte. Tienes que enamorarte de la vida. De lo agradable y de lo desagradable. También de lo desagradable, porque si estás enamorado de la vida, algo tendrás dentro para poder cambiar lo que no viene bien. Por lo menos para intentarlo. Porque en la vida sólo encuentras lo que pones. Si pones odio, te encontrarás odio. Pero si pones amor, encontrarás amor.

Ámalo todo, lo pequeño y lo grande. Ama hasta los ratos tediosos de las reuniones, de las esperas, de las escuchas, de los vacíos, del trabajo. Vuélcate en ellos y que no puedan contigo. Siéntete entonces vivo, creativo, consciente de lo que se hace allí y de lo que haces tú. Algo positivo encontrarás siempre en ellos o, si no lo encuentras, lo pones tú.

Y si el rato es agradable, no lo vivas como si no fuera contigo. Es el rato que tienes en ese momento para vivir, así que disfrútalo. Disfruta con la vida como cuando estás con la persona a la que quieres. Hártate de vivir. Vive como si la vida se fuera a acabar mañana. Empápate de la vida. Enamórate de la vida. Desea sentirte siempre vivo. Ingéniatelas para estar alegre y manda la tristeza a donde no la veas. Regala sonrisas como si estuvieras enamorado de todos y de todas y de todo.

Mira a los demás como si fueras tú mismo. Quiérelos como te quieres a ti, o más. Cánsate, pero de vivir, no de no hacer nada. No mates el tiempo, aprovéchalo. Ten siempre un proyecto a mano. Que se pueda contar siempre contigo. Ama la paz mucho más que la guerra. Ten sensibilidad con las causas perdidas y con los que lo tienen difícil. Comprende más que juzga. Escucha más que habla. Pregunta más que responde. Duda más que asegura.

Cuida tu cuerpo. Sólo tienes ese y te tiene que durar toda la vida. Haz deporte. Aprende a comer sano. Bebe sin hacerte daño. No te apoltrones delante de la televisión. Trátate con cariño. Enamórate también de tu cuerpo.

No tengas miedo a ser cariñoso. Es más desagradable no serlo. Sé tú, con tus razones. Deja de ser otro sin ninguna razón. Quiere, si quieres, a los que no quieres, pero a los que quieres, quiérelos más. No olvides que todo se puede amar. No te importe que te llamen raro. Sería peor que te llamaran vulgar u ordinario.

Y si la cosa se pone muy fea, llora. Que no te importe llorar. Pero hazlo con la misma intensidad con la que te ríes cuando la vida es amable contigo. Al fin y al cabo, nosotros nacimos de las lágrimas de los dioses o, quizás, de las lágrimas del amor.

Me gustaría que te dejaras de historias y que te enamoraras de la vida.