El problema fundamental de la vida es un problema ético. ¿Cómo actuar hoy para crear un mundo más humano? ¿Cómo actuar de manera humana para crear un mundo mejor?
viernes, 24 de diciembre de 2010
Vida de paz
lunes, 22 de noviembre de 2010
Una marea
viernes, 15 de octubre de 2010
Vive el amor
jueves, 16 de septiembre de 2010
Buscar
lunes, 6 de septiembre de 2010
El sentido de la vida
jueves, 2 de septiembre de 2010
Estética
miércoles, 1 de septiembre de 2010
Cada segundo
lunes, 2 de agosto de 2010
Maneras de vivir / 2
lunes, 26 de julio de 2010
¿A qué vino?
jueves, 24 de junio de 2010
Cansancio y descanso
En toda vida vivida hay un cansancio físico, y un cansancio de tener que tomar decisiones con demasiada frecuencia, y un cansancio producido por la presencia no siempre agradable de los otros, y un cansancio de la rutina que se nos va instalando en los usos, y un cansancio del intento de hacer real lo difícil, lo necesario, lo imposible, y un cansancio de no sentirse querido, y un cansancio de saberse no comprendido, y un cansancio de tener que explicar tantas cosas tantas veces a tantas personas, y un cansancio de la velocidad a la que la necesidad mata la vida, y un cansancio de que todo valga para cada vez más gente, y un cansancio de los miedos acumulados sin querer, y un cansancio de la mediocridad habitual tan escasamente salvada, y un cansancio de estar siempre tan cansado.
En toda vida vivida tiene que haber un descanso para que lo vivido sea una vida y tenga un sentido consciente. Un descanso que tiene que ser el descanso de cada uno. Un descanso que nos eleve por encima del agobio de lo cotidiano, tan inútil y tan necesario a la vez. Un descanso que no aparece, como el cansancio, sino que hay que buscarlo, que crearlo, que inventarlo.
domingo, 20 de junio de 2010
sábado, 19 de junio de 2010
domingo, 13 de junio de 2010
sábado, 12 de junio de 2010
domingo, 6 de junio de 2010
jueves, 3 de junio de 2010
Lo que echo en falta
Miro y echo en falta el sosiego de la mirada limpia, de la buena voluntad, del análisis sosegado de los problemas, de la comprensión mutua, de la ausencia de miedo, de la carencia de gritos, del reposo, de las sonrisas abundantes, del gozo con lo pequeño, del detalle frecuente, del disfrute de la música, de la conversación tranquila y pensante, del ritmo cadencioso de la bondad, de la contemplación placentera de la belleza… Echo en falta un estilo humano en la vida. En la tuya y en la mía.
lunes, 10 de mayo de 2010
Espacio
Tendemos a explicarnos la vida en términos de tiempo. Pensamos, a veces, que vivir es ir cambiando en el tiempo, avanzar en el tiempo, aprovechar el tiempo, no perder el tiempo, durar un tiempo o vivir en un tiempo. Pero nos olvidamos del espacio. La realidad es que una persona que viva hoy es muy probable que cambio 2 0 3 veces de trabajo y de lugar de residencia. El espacio, los espacios, forman parte también de la estructura de la vida. Así que no cabe echar demasiadas raíces en ningún sitio ni vivir en ningún lugar como si fuera el definitivo. Eso envejece o es síntoma de que se ha envejecido. Aparte de más humano, también es más rentable un discreto cosmopolitismo.
domingo, 9 de mayo de 2010
La vida
jueves, 25 de marzo de 2010
Espejo
martes, 1 de septiembre de 2009
Enamórate
Tienes que vivir. Pero la vida no es una obligación, ni un no hay más remedio, ni un otra vez lo mismo. La vida es un dejarse de historias y volcarse a vivir.
Te lo digo a ti y me lo digo a mí.
No pases por la vida de puntillas. Que tus pies dejen la huella en el camino. Que tus zapatos se mojen con el agua de la lluvia. No caigas en la rutina. Sobre todo, sé consciente de lo que haces, entérate de lo que vives. ¿Por cuántos jardines has pasado sin oler sus flores? ¿Ante cuánta mierda has mirado para otro lado sin preguntarte por qué estaba allí? No te contentes con mirar. Tienes que ver. No te contentes con ver. Tienes que preguntarte por qué. Y si no encuentras un porque, te quedas con el por qué, pero al menos no estarás vacío.
Tienes que enamorarte. Tienes que enamorarte de la vida. De lo agradable y de lo desagradable. También de lo desagradable, porque si estás enamorado de la vida, algo tendrás dentro para poder cambiar lo que no viene bien. Por lo menos para intentarlo. Porque en la vida sólo encuentras lo que pones. Si pones odio, te encontrarás odio. Pero si pones amor, encontrarás amor.
Ámalo todo, lo pequeño y lo grande. Ama hasta los ratos tediosos de las reuniones, de las esperas, de las escuchas, de los vacíos, del trabajo. Vuélcate en ellos y que no puedan contigo. Siéntete entonces vivo, creativo, consciente de lo que se hace allí y de lo que haces tú. Algo positivo encontrarás siempre en ellos o, si no lo encuentras, lo pones tú.
Y si el rato es agradable, no lo vivas como si no fuera contigo. Es el rato que tienes en ese momento para vivir, así que disfrútalo. Disfruta con la vida como cuando estás con la persona a la que quieres. Hártate de vivir. Vive como si la vida se fuera a acabar mañana. Empápate de la vida. Enamórate de la vida. Desea sentirte siempre vivo. Ingéniatelas para estar alegre y manda la tristeza a donde no la veas. Regala sonrisas como si estuvieras enamorado de todos y de todas y de todo.
Mira a los demás como si fueras tú mismo. Quiérelos como te quieres a ti, o más. Cánsate, pero de vivir, no de no hacer nada. No mates el tiempo, aprovéchalo. Ten siempre un proyecto a mano. Que se pueda contar siempre contigo. Ama la paz mucho más que la guerra. Ten sensibilidad con las causas perdidas y con los que lo tienen difícil. Comprende más que juzga. Escucha más que habla. Pregunta más que responde. Duda más que asegura.
Cuida tu cuerpo. Sólo tienes ese y te tiene que durar toda la vida. Haz deporte. Aprende a comer sano. Bebe sin hacerte daño. No te apoltrones delante de la televisión. Trátate con cariño. Enamórate también de tu cuerpo.
No tengas miedo a ser cariñoso. Es más desagradable no serlo. Sé tú, con tus razones. Deja de ser otro sin ninguna razón. Quiere, si quieres, a los que no quieres, pero a los que quieres, quiérelos más. No olvides que todo se puede amar. No te importe que te llamen raro. Sería peor que te llamaran vulgar u ordinario.
Y si la cosa se pone muy fea, llora. Que no te importe llorar. Pero hazlo con la misma intensidad con la que te ríes cuando la vida es amable contigo. Al fin y al cabo, nosotros nacimos de las lágrimas de los dioses o, quizás, de las lágrimas del amor.
Me gustaría que te dejaras de historias y que te enamoraras de la vida.