sábado, 14 de febrero de 2009

Menos mal que ya está aquí el Carnaval /2

Una de las mejores chirigotas callejeras salió el año 2001 con el título de "Los curas de pueblo". Aquí hacen su versión del descubrimiento de América o, lo que es lo mismo, la historia de la papa, el riquísimo tubérculo tan habitual hoy entre nosotros. Disfruta.



jueves, 12 de febrero de 2009

Paseando por la vida / 39 / Espías


Fotografía obtenida en la calle de la Montera, en Madrid.
"Vigila lo que puedas ... como puedas": es el todo vale tecnológico.
Si entras en la página web, algo raro te pasará por dentro. Si eres profesor, se te helará la sangre. Y si eres un ser humano de buena voluntad, no tendrás más remedio que ponerte a pensar.

miércoles, 11 de febrero de 2009

Menos mal que ya está aquí el Carnaval /1

Ya está ahí al lado el Carnaval. Unos dicen que es el tiempo de ponerse un disfraz y salir a la calle como si uno fuera otro. Yo creo, más bien, que en Carnaval se quita uno el disfraz que lleva todo el año y que puede ser tal como es.

Sea como sea, te voy a poner aquí a lo largo de unos días algunas muestras de humor, de humor libre, de mucha guasa. Espero que lo disfrutes.

Este es un romancero de un clásico del Carnaval de Cádiz: Salvador Fernández Miró. El tema de esta grabación es 'La muerte'.


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martes, 10 de febrero de 2009

La ciencia y la religión


El ser humano, a lo largo de su vida, debe hacer dos cosas: intentar conocer el mundo en el que vive y decidir cómo debe ser su actuación para que sea la propia de un ser humano. Son el conocimiento y la ética.

En el conocimiento nos encontramos con un problema que ya está resuelto desde hace mucho tiempo, pero que la ignorancia o quizás ciertos intereses hacen que se mantenga como problema. Es el de si el conocimiento aceptable lo suministra la ciencia o si la religión es una fuente, no sólo de esperanza, sino también de conocimiento. Se trata de decidir si lo que conozco es lo que sé y puedo demostrar o si, por el contrario, es lo que creo y lo acepto mediante la fe.

Este tema, teóricamente ya superado, pero prácticamente vigente por lo que se ve, es tratado por el catedrático de Historia de la Ciencia de la Universidad Autónoma de Madrid, José Manuel Sánchez Ron, en el excelente artículo El ejemplo y las lecciones de Darwin, aparecido en El País del 1 de febrero pasado.

Resalto aquí algunos párrafos del mismo.


Debatimos insistentemente -ahora estoy pensando en España- acerca de los programas educativos para nuestros jóvenes; por ejemplo, si es aceptable o no imponer asignaturas como Educación para la Ciudadanía, ante la cual algunos argumentan que limita la libertad de los padres a ejercer sus derechos en la formación (moral y religiosa) de sus hijos. Y, mientras tanto, la enseñanza de ciencias sufre cada vez de más carencias.

No parece preocuparnos demasiado, por ejemplo, si se enseñan adecuadamente sistemas científicos tan básicos como la teoría de la evolución de las especies. El pasado noviembre, se publicó un libro en el que se adjudicaba a la Reina, doña Sofía, la siguiente manifestación: "Se ha de enseñar religión en los colegios, al menos hasta cierta edad: los niños necesitan una explicación del origen del mundo y de la vida".

Podrá resultar doloroso a algunos, pero la única explicación que da lugar a comprobaciones contrastables sobre el origen del mundo y de la vida procede de la física, de la química, de la geología y de la biología. La religión pertenece a otro ámbito.

¿Es legítimo ocultar a los niños ese mundo científico, condicionando así sus opiniones futuras, en aras a algo así como "mantener su inocencia", o por las ideologías de sus padres? Haciendo públicas sus opiniones en una cuestión cuya importancia no puede ignorar, y por la elevada posición que ocupa, doña Sofía hizo publicidad de una determinada forma de entender el mundo, que jamás ha recibido comprobaciones contrastables.

Una forma, además, que, al menos en España, de la mano de la jerarquía católica, pretende intervenir en apartados que pertenecen al poder legislativo, como son los programas educativos o lo que es admisible o no en los tratamientos médicos (no puedo olvidar en este punto las manifestaciones de la Conferencia Episcopal Española a raíz del nacimiento, en octubre de 2008, de un niño tratado genéticamente para curar a un hermano que sufría anemia congénita: "El nacimiento de una persona humana ha venido acompañado de la destrucción de sus propios hermanos a los que se ha privado del derecho a la vida"; palabras no sólo cuestionables desde el punto de vista de la ciencia sino también, en mi opinión, carentes de compasión ante el sufrimiento ajeno).

Necesitamos educar en la ciencia a nuestros jóvenes; no, naturalmente, para que entiendan que ella es el juez supremo para las opciones que quiere asumir una sociedad democrática. La ciencia es, simplemente, un instrumento -el mejor- que los humanos hemos inventado para librarnos de mitos, orientarnos ante el futuro y protegernos de una naturaleza que no nos favorece especialmente
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domingo, 8 de febrero de 2009

Más madera / 12 / Espías


El País del domingo 1 de febrero traía un reportaje titulado El PP se enfrenta a sí mismo, en el que se situaban unas declaraciones de un experto en comunicación del propio partido. La traigo aquí porque pueden ser muy útiles para entender lo que han venido montando estos autodenominados políticos.


Aguirre ha convertido un problema de la Consejería de Interior de Madrid en un problema de todo el PP. Un experto en comunicación del PP, que no simpatiza con la presidenta, cree que el equipo de Aguirre ha hecho todo lo que no debe hacerse en una crisis. "Primero lo niegan todo y se definen como víctimas. Eso no se debe hacer, es lo que hacen los culpables. Lo primero siempre tiene que ser demostrar la inocencia". Pero además, "después, reparten la mierda. Y por último, matan al mensajero".

Es duro que tengan que demostrar su inocencia, pero, al parecer, así funcionan estos señores. Lo que los convierte en pardillos es que después de todos los indicios que van saliendo, hayan hecho justamente lo contrario de lo que procedía hacer. Mal acostumbrados están.
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sábado, 7 de febrero de 2009

Machismo /14 / Neoliberalismo sexual


Siempre me ha parecido un crimen perseguir, marginar o discriminar a los seres humanos que tienen los ojos, el pelo o la piel de un determinado color. Son seres humanos y punto.

Por la misma razón no encuentro ninguna justificación racional a la persecución, la marginación o la discriminación de las personas por su orientación sexual, sean lesbianas, gays, transexuales o bisexuales. Y, sin embargo, estos seres humanos no son siempre tratados como personas con todos sus derechos.

Como esto me parece injusto, intento ser solidario con ellos. Por esta razón incluí ayer en el blog un post con un enlace al blog karisma.les, que defiende los derechos de estas personas.

Pongo en conocimiento de los lectores de este blog que he intentado entrar en dicha dirección desde unos ordenadores suministrados por la Comunidad de Madrid a Institutos de Educación Secundaria y me ha salido un anuncio que me denegaba el acceso por tratarse de páginas de “pornografía”.


Así se educa en la Comunidad de Madrid.



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Paseando por la vida / 38 / El desierto




Hay títulos de calles que no se sabe de dónde proceden. Pero algunos de ellos parece que esconden un verdadero misterio, como el de esta foto que me envía David Francisco. ¿Hay un oasis en Madrid? ¿Lo hubo? Si hay un oasis, es que hay un desierto. ¿Hay un desierto en Madrid? ¿En dónde? ¿En algún teatro o en algún museo? ¿Será que Madrid es un desierto y los coches en realidad son camellos y dromedarios? ¿Por qué se llamará una calle de Madrid ‘calle del oasis’?

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jueves, 5 de febrero de 2009

Lo que hay que ver / 7 / El encuentro


En el Teatro Español, de Madrid, se representa hasta el 22 de febrero la obra de Jean-Claude Brisville, EL ENCUENTRO de Descartes con Pascal joven. Los actores son Albert Triola y Josep-Maria Flotats, correspondiendo también a este gran actor catalán la versión y la dirección de la función.

El interés de la obra está, sobre todo, en que se muestra en ella la contraposición entre el hombre antiguo, simbolizado aquí por Pascal, y el moderno, que encarna Descartes. Se nos presenta en la obra a un Pascal tremendamente fanatizado por una religión católica que empieza ya a perder su papel de criterio único que había gozado desde hacía tantos siglos. Desde esta creencia dice cosas que hoy nos pueden parecer un tanto trasnochadas, pero que sin duda se encuentran en el fondo de la mentalidad de muchas personas: la mayor valoración del dolor que del placer, la relativización de la ciencia frente al absoluto valor de la fe en Dios o las rancias discusiones sobre si una señorita que ha comulgado por la mañana puede ir a bailar por la tarde. Estoy seguro de que no son problemas éstos tan pasados de moda para mucha gente. Frente a él se propone a Descartes como un ser de este mundo, defensor de la razón como criterio, sin renunciar a la fe, pero sí a una fe vivida en la clave fanática en la que la vive Pascal.

Pongo aquí la sinopsis que publica el propio Teatro:

Sinopsis:

Sólo una vez se encontraron Descartes y Pascal, los dos filósofos más importantes de su siglo: fue el 24 de septiembre de 1647, en el convento parisino de Los Mínimos, y su entrevista duró varias horas. Ninguno de los dos escribió sobre lo que hablaron, y eso permite al dramaturgo Jean-Claude Brisville imaginar el encuentro de dos experiencias vitales y de dos pensamientos filosóficos. El encuentro escenifica ese enfrentamiento de dos personalidades y de dos vidas fascinantes que, por distintos motivos, siguen perteneciendo a nuestro tiempo.

Cuando se produce ese encuentro de las dos mayores figuras del pensamiento del siglo XVII, Descartes tiene 51 años y ya ha escrito su obra maestra, El discurso del método, texto revolucionario en la filosofía occidental que une moral y lógica, y tiene en gestación en su mente el Tratado de las pasiones del alma, concluido en 1649, pocos meses antes de su muerte, en el que une moral y psicología. Pascal, en cambio, es un joven de 24 años, al que ya se considera un genio por varios inventos científicos que ha ideado, entre ellos una máquina aritmética antecedente de los actuales ordenadores; en ese momento, Pascal está inmerso en una profunda crisis existencial que, con la fe del converso, se preocupa más de reformar a los demás que de reformarse.

La admiración que ambos sienten el uno por el otro no oculta su radical oposición de ideas y de formas de vivir. El encuentro escenifica ese enfrentamiento de dos personalidades y de dos vidas fascinantes que, por distintos motivos, siguen perteneciendo a nuestro tiempo.

Basándose sobre todo en la voluminosa correspondencia dejada por los dos grandes filósofos para indagar mejor y profundizar en su humanidad, Jean-Claude Brisville nos ofrece un texto de gran altura con diálogos y réplicas dominados por el humor y la ironía, finísimos diálogos que exigen un elevado sentido de la melodía. Tiempos, ataques, pausas, rubatos y largos que nos remiten al universo mágico del lied schubertiano, al goce de la escucha del contenido y de la musicalidad de la palabra; texto e ideas suponen, para el intérprete, el placer sensual de morder en ellos como en una fruta jugosa; y para el público, la sensación de sentirse, una vez oídas melodía y palabra, más inteligente, más humano.

miércoles, 4 de febrero de 2009

Grandes Cortos / 3

El premio a la mejor animación del Festival Internacional de Cortos Espartinas de Cine 2008 lo obetuvo el titulado The werepig.

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martes, 3 de febrero de 2009

Los comunistas salvaron el templo


Lo frecuente es la crispación, el individualismo, la guerra, el no colaborar con nadie, el todo vale, el cuanto peor, mejor y otras inhumanidades por el estilo. Sin embargo, no todo es así, afortunadamente.

Pongo aquí esta noticia leída en el diario La voz de Cádiz, en donde se relata un suceso acaecido en el pueblo gaditano de Trebujena, famoso, entre otras cosas, por sus espléndidas angulas y por sus riquísimos mostos. La solidaridad y el echar una mano en donde sea necesario se ha dado aquí nada menos que entre militantes de Izquierda Unida y la iglesia del pueblo.

Mi reconocimiento a los participantes por el ejemplo que han dado.
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lunes, 2 de febrero de 2009

Lo que hay que ver / 6 / Bacon



Del 3 de febrero al 19 de abril se va a poder contemplar en el Museo del Prado una grandiosa exposición sobre el pintor Francis Bacon (1909 – 1992).

La conmemoración del centenario del nacimiento del pintor ha movido a la Tate Britain de Londres, al Metropolitan Museun of Art de Nueva York y al Museo del Prado a crear esta exposición itinerante que nos llega tras haber sido expuesta en Londres y que posteriormente viajará a la ciudad americana.

Bacon estuvo muy ligado a España. De hecho, murió en Madrid. En el Prado pasaba largas horas, cuando el Museo estaba cerrado, contemplando las salas dedicadas a Goya y a Velázquez. Y la poesía de Lorca inspiró sus cuadros sobre las corridas de toros.

La pintura de Bacon es un duro y honesto intento de comprender la condición humana. Si uno se acerca sin prejuicios a sus cuadros, se detecta la angustia reprimida y violenta que se muestra en los gritos, la fragilidad del ser humano, su vulnerabilidad, la presencia constante del miedo en la brutalidad de la vida cotidiana, de la soledad y de la muerte. Su homosexualidad, que le hizo llevar una vida difícil, y su tormentosa relación con Peter Lacy, un alcohólico violento, inspiran su obra, al igual que su último compañero, George Dyer, un hombre frágil y patético que se suicidó en 1971, dos días antes de que Bacon inaugurara una gran exposición suya en París.

La pintura de Bacon exige una mirada cómplice para que tanto la técnica como la temática de sus cuadros penetren en el espectador y se pueda captar la belleza de su trágica visión de la vida del ser humano.
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Puedes leer los comentarios que hay en la página del Museo del Prado, que son muy útiles para comprender cada una de las secciones de la exposición.

domingo, 1 de febrero de 2009

Leer y escribir

Lo dice hoy Juan Cruz en su blog:

Escribir es grande, leer es aún mayor.

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Grandes Cortos / 2

El primer premio del Festival Internacional de Cortos de Cine del Aljarafe “Espartinas de Cine” de 2008 lo obtuvo el titulado “Porque hay cosas que nunca se olvidan”.


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sábado, 31 de enero de 2009

Paz. No a las guerras

Te sugiero. Te invito. Casi te pido que visites el blog de Falsirego. Huele a paz, a humanidad, el mejor olor posible.

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Paseando por la vida / 37 / Síntesis



Las advocaciones de las vírgenes dentro de la religión católica suelen estar referidas a aspectos negativos, angustiosos o tristes de la vida humana. En este caso, estamos ante una calle de La Isla de San Fernando, posiblemente dedicada a 'María Santísima de la Amargura'. Sin embargo, el autor del rótulo ha considerado que es imposible introducir tanta palabra en un espacio tan pequeño, con lo que ha hecho una tremenda labor de síntesis reduciendo todo el título a una sola palabra que ha considerado suficientemente significativa. Lo que ocurre es que en estos tiempos que corren, un visitante de otra cultura que observe tal título se llevará sin duda la impresión de que hay una manera rara de rotular las calles.



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viernes, 30 de enero de 2009

Demagogos

Un comentarista del blog de Juan Cruz, Odón Roca, cita una frase de Karl Kraus que merece ser conocida. Es la siguiente

"El secreto de la demagogia es parecer tan tonto como su audiencia para que
esta gente se piense a sí mismos tan inteligentes como el demagogo”

Esta idea quizás ayude a explicar por qué a veces oyendo a algún político parece que te trata como si fueras tonto.


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jueves, 29 de enero de 2009

Fotografxs / 3 / Pierre Gonnord


Retomo hoy la serie de fotógrafos interesantes para mostrar la obra del francés afincado en Madrid, Pierre Gonnord. Tuve la suerte de contemplar su obra el año pasado en Sevilla y en la Galería Juana de Aizpuru, de Madrid. Dos experiencias gozosas.

Gonnord hace una fotografía psicológica, procurando mostrar el alma del fotografiado. No muestra personajes comunes, sino tipos raros, con algo distinto en el rostro que pueda sugerir una personalidad de interés. Pero siempre los dignifica. Por muy excluidos que parezcan, el fotógrafo les da un aire de nobleza que nos hace olvidar su origen o su posición para resaltar su carácter humano.

La técnica que usa recuerda la de los grandes pintores barrocos, con un dominio de la iluminación y de los fondos para que realcen los detalles y la profundidad del retrato.

Las fotografías de Gonnord suelen ser de gran formato, con lo que su contemplación gana en espectacularidad.


La página del autor puede consultarse aquí.

Hay un artículo interesante sobre Pierre Gonnord que puedes ver aquí.

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miércoles, 28 de enero de 2009

Madrid por todo lo alto / 10

El cielo de Madrid es un cielo que, debido a determinadas características orográficas, te ofrece con mucha frecuencia unas estampas insólitas, bellísimas, un verdadero espectáculo que se puede disfrutar casi a diario. Algunos pintores, como Velázquez, por ejemplo, supieron plasmarlo en sus lienzos con una gran belleza.

Pongo aquí algunos fotografías tomadas desde la azotea del Círculo de Bellas Artes.










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martes, 27 de enero de 2009

Limpiando la mesa / 6 / Asombro




Nació en la ciudad en la que las calles, empapadas de olor a azahar, pueden llevarte rápidamente a alguna iglesia barroca, en la cual el lado trágico de la realidad se asocia con el arte bajo el manto de lo que llaman religiosidad. Se formó en la tierra en la que la Ilustración cobró fuerza y potencia con Kant. Ingirió el espíritu de Kant hasta destrozar sus libros a fuerza de subrayarlos, anotarlos, llevarlos consigo y releerlos. Nunca perdió de vista la cuna de la filosofía, el lugar en donde por primera vez se pudo hablar racionalmente de la belleza, de la verdad y de la justicia. Y ahora vive del asombro, de la palabra, de la razón, del pensamiento, convencido de que son los medios con los que un hombre se hace bueno.



Emilio Lledó (Sevilla, 1927), querido y admirado hoy por cualquier persona con sensibilidad y con ánimos racionales, publicaba el pasado domingo 18 de enero, en El País Semanal, un artículo titulado ‘Lo bello es difícil’, en el que glosaba la imponente exposición que hasta el 12 de abril puede contemplarse en el Museo del Prado, con el nombre de ‘Entre dioses y hombres’. Se trata de una colección de 60 esculturas clásicas procedentes del Museo Albertinum, de Dresde, junto con otras existentes en el propio Museo madrileño. Es una ocasión buena y única para admirar, por ejemplo, el “Emperador Clodio Albino” o la espectacular “Ménade de Dresde”.

Quiero resaltar aquí sólo un par de párrafos del artículo de Lledó.



Al entrar en el Prado para recorrer con la mirada la exposición, no podemos por menos de recordar una palabra maravillosa de las muchas que hemos heredado de la
cultura griega y que, espero, no se nos vayan olvidando. Esa palabra es el "asombro" (thaumasía). Parece que fue esta extrañeza ante los misterios del mundo, ante la armonía de los astros, ante la luz y la belleza que podían mostrarnos, lo que provocaba ese asombro. Asombrarse suponía descubrir lo "otro" y saber establecer esa distancia que nos permite entender. Si vivimos saturados de entorno, aplastados de noticias que no queremos o no podemos discernir; si no sabemos intuir esa lejanía necesaria para mirar, para entrever, incluso para tocar lo que nos rodea, estamos en el camino, en el mal camino, de perder la sensibilidad y, por supuesto, la inteligencia. Fue el asombro, la distancia, el no querer dar por hecho nada de lo que observábamos, lo que originó, decían los griegos, la filosofía, o sea, la curiosidad, el apego, la necesidad y la pasión por entender y entendernos.

Una experiencia asombrosa es, pues, la visita a esta exposición de esculturas del Museo Albertinum de Dresde y el Museo del Prado. El primer momento de asombro, de distancia ante tanta belleza, es el que nos lleva a pensar que fueron ellos, los griegos, quienes la inventaron al debatir largamente sobre esa palabra "bello" (kalós), que junto con la "verdad" (aletheia) y la "justicia" (dike) marcaban y nutrían el espacio de la cultura, de la paideia. La cultura, entendida no como un bloque de artes, conocimientos y saberes, sino como un proceso, una construcción encarnada en la estructura natural, la physis; un dinamismo que convertía a ese animal atado a todos los instintos de los otros animales en animal que con el logos, con la palabra, con la capacidad de entender y crear, trascendía los límites de su propia animalidad y entraba así en un territorio absolutamente nuevo, el territorio de lo humano. Y en él, no sólo la palabra nos distinguía, sino también la mirada: el aprender a mirar y, desde esa mirada, descubrir el querer, el amar.


La vida humana o el camino que va desde el asombro hasta el amor.


Amamos el conocimiento, amamos el saber, pero sobre todo amamos la vida. La vida
que nos ofrece el gozo de los sentidos.


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lunes, 26 de enero de 2009

¿Por qué se ofende este hombre?


El ciudadano Antonio María Rouco Varela, cuya única profesión conocida es la de sus creencias, que ya es para echarse a temblar, me está empezando a calentar las castañas.

Cuando el ciudadano Rouco dice creer en dios, yo, que no profeso tal creencia, no me siento ofendido por ello ni por él. Tampoco creo que ninguna persona razonable, sensata, adulta, con un sentido maduro de la democracia, tolerante, ocupada en vivir su vida y que no tenga las creencias que pregona el citado ciudadano se sienta ofendida por que este señor crea en lo que cree.

Cuando el ciudadano Rouco prohíbe a sus seguidores el uso de condones y, en general, de métodos anticonceptivos, yo no me siento ofendido. Me parece una monstruosidad más propia de alguien por quien aún no ha pasado la Ilustración y que, ante el fenómeno del SIDA y el de los embarazos no deseados, se empeña en mirar hacia otro lado, que de personas que ocupan puestos destacados en una organización, aunque ésta sea religiosa. Sé que muchísima gente está en contra de ese disparate, pero no por eso se sienten ofendidos. Allá cada cual con lo que dice y con lo que obedece.

Si toleramos que el ciudadano Rouco crea en lo que cree y que diga lo que dice, ¿por qué entonces el ciudadano Rouco, ante la presencia de autobuses en los que se dice que “probablemente dios no exista”, dice lindezas tales como que “los medios públicos no deberían ser utilizados para socavar derechos fundamentales” o que los creyentes tienen derecho “a no ser heridos y ofendidos en sus convicciones”? ¿Todavía no se puede decir en público que, según alguien, dios no existe, porque quien cree que sí existe se ofende? ¿Tan débiles son esas creencias que la postura contraria se vive como una ofensa? ¿En qué siglo habita este ciudadano? ¿Y en qué siglo quiere que habitemos los demás?

El ciudadano Rouco se atreve, además, con una osadía que linda con el mal gusto, a pedir a las autoridades –que, por lo que se ve, cree que están a su servicio- que “tutelen como es debido el derecho de los ciudadanos a no ser menospreciados y atacados en sus convicciones de fe”.

Quiero que sepa el ciudadano Rouco que yo no me callo ni me voy a callar porque su hipersensible (para lo que le interesa) personalidad se sienta ofendida. Que él no es nadie para decirme a mí lo que puedo decir y lo que no puedo decir. Que me siento con todo el derecho del mundo a expresar lo que pienso y a avisar a mis conciudadanos de lo que me parece una actitud antidemocrática, trasnochada e inhumana. Que si se ofende, que revise con seriedad sus mecanismos psicológicos, porque puede que algo no funcione de manera saludable, racional, cívica o humana en ellos. Que sería bueno que tomara de donde pudiera un poco de sentido del ridículo y, sobre todo, que dejara vivir tranquilos a los demás. Pero ¿quién se cree este ciudadano que es? ¿quién le paga a este ciudadano para que diga estas cosas?

Y a las autoridades civiles les pediría que abordaran de una vez por todas las antidemocráticas normas que regulan las relaciones del Estado con la Iglesia católica. Ya está bien de tolerar lo intolerable.
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