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domingo, 23 de septiembre de 2012

Educación para la ciudadanía




Le he echado un vistazo al parto del Ministerio de Educación para regular los contenidos de las asignaturas de Educación para la Ciudadanía y Ética, ambas de la ESO, para alumnos entre 12 y 16 años.

El sentido de estas asignaturas es el de educar a los ciudadanos, darles criterios racionales para que actúen como seres humanos junto con los demás y que aprendan a vivir en un mundo tan complejo como el actual.

Pues bien, en los programas de ambas asignaturas no aparece nada que hable de sexo, ni de las distintas orientaciones sexuales que se dan en la sociedad, ni de las diversas formas de componer una familia, ni de racismo, ni de violencia de género, ni de xenofobia. El tema de la emigración, con la cantidad enorme de inmigrantes que hay en las aulas, ni se toca. Se habla del papel de la iniciativa económica privada en la generación de riqueza, pero no de la pública. Y a los niños de 14 años de 2º de ESO se les habla de asuntos como el de los criterios jurídicos de adquisición de la nacionalidad española. Un chaval que sólo supiera lo que le dijeran en clase no se enteraría de nada de lo que hay en el mundo. Sospecho que en muchos colegios privados y concertados es lo que va a ocurrir.

Creo que estos intelectuales no tienen ni idea de lo que es un alumno joven, ni cómo educar a un ciudadano, ni qué es la libertad, ni la igualdad, ni qué alumnos hay hoy en las aulas, ni qué necesitan ni qué conviene decirles para ayudar a que crezcan como seres humanos. Parece que quieren sólo gente bruta, poco cultivada y sin criterio. Si lo logran, no sé éstos cómo van a reaccionar.

martes, 20 de diciembre de 2011

Lo que queda



Hay que ir siempre hacia adelante. El fin está delante y tiene que ser distinto y mejor que el punto de partida. Si no se entiende así, es muy posible que no le encontremos sentido a la vida.

Pero ir hacia adelante exige derrochar energía y eso cuesta. Puede que, para hacer acopio de fuerzas y poder construir el camino, haya que contemplar, mirando hacia atrás, en el pasado remoto o cercano, la parte buena de nuestra vida, la gente tan humana que hemos tenido la fortuna de encontrar, el cariño que hemos podido dar y recibir, las sonrisas que nos han regalado sin que las hayamos pedido, el cariño que hemos dado y el que hemos recibido, los abrazos en los que la vida nos ha hecho encajar, la solidaridad que has generado y la que han generado para ti. Siempre hay algo detrás de lo que se puede echar mano. Y si no encuentras nada, siempre, al menos, te queda la ética.

sábado, 19 de noviembre de 2011

Última reflexión



Estamos en crisis. Muchas personas lo están pasando mal. Por lo que se sabe, si gana el PP, y no digamos si lo hace por mayoría absoluta, la gente lo va a pasar peor que si esto no ocurre.

Espero que las izquierdas sepan estar a la altura de las circunstancias y no desarrollen una oposición tan visceral y tan poco democrática como la que puso en práctica el PP contra el presidente Zapatero desde el primer momento. Creo que ese estilo zafio y desvergonzado cala en la gente y convierte a los ciudadanos en personas embrutecidas e ignorantes de las prácticas democráticas.

La izquierda tiene que plantearse en serio la educación de las personas, la creación de ciudadanos, el ejercicio respetuoso, civilizado y racional de la política, no para alcanzar el poder, sino por una cuestión ética.

martes, 13 de septiembre de 2011

Impuestos

No se va a poder salir de esta crisis sin subir impuestos. No te olvides de que el PP está diciendo que no lo va a hacer, que los va a bajar. Esto forma parte de la ética de los políticos.

miércoles, 12 de enero de 2011

El porqué


La cultura de una persona se mide, en mi opinión, sobre todo, por la justificación racional que le da a sus actuaciones. Como ya han dicho muchos, el ser humano no tiene naturaleza, sino cultura. El perro actúa como perro porque así está en su naturaleza, pero el hombre no tiene casi nada en su naturaleza que le obligue a actuar de una manera determinada. El ser humano tiene que elegir su actuación y tiene que hacerlo con un criterio en donde lo racional sea una dimensión importante, posiblemente, la que más. No tiene sentido que un ser humano se limite a repetir normas que ha visto en su sociedad, pero que no entiende ni sabe por qué debe hacerlo. Eso es ser un autómata, pero no un ser humano. Lamentablemente, todavía hay muchísimas personas que hablan de buena educación, pero sin que comprendan por qué son de buena educación las normas a las que se refieren. Por ejemplo, entran en un local cerrado y se descubren la cabeza (los hombres), pero no saben por qué. Creen que es de buena educación dejar pasar antes a las mujeres en una puerta, pero no saben de dónde viene eso. Saludan dando la mano, pero no conocen lo que eso simboliza. Puede que, si ha habido suerte, alguien les haya dicho que no se puede comer en clase, pero no entienden la razón para actuar de esa manera. Y así, en el mejor de los casos, confunden las normas de buena educación con una especie de caprichos u ocurrencias de alguien, que hay que repetir para no quedar mal.

Eso en el mejor de los casos, porque en el peor nos encontramos con una ingente cantidad de jóvenes que no tienen ni noción de que en la vida social existen normas, que conviene cumplirlas y que hay valores, como el respeto, la igualdad o la no discriminación, sin los cuales una vida humana es imposible. Descubrirles estas normas, convencerles de que hay que cumplirlas y explicarles el porqué de ellas es una de las misiones más importantes de la educación. La Educación para la Ciudadanía y la Ética cívica son asignaturas claves para desarrollar esta formación de los seres humanos como tales, junto con la labor de los padres y las madres en casa. Pero las asignaturas están condenadas por los gobiernos de derechas, que no quieren ciudadanos críticos, que se pregunten el porqué de lo que hay, y las reducen a su mínima expresión. Hasta los alumnos, en cuanto ven de qué va el asunto, piden más horas. Y lo segundo, los padres, hace mucho que abdicaron de su labor de padres y se dedicaron a ver la televisión. Así no vamos a ninguna parte sensata.

jueves, 2 de diciembre de 2010

Escrituras

Observo lo que escriben los amigos y compañeros en la red. Casi todos hablan de economía y de política. Todos tienen, además, afanes por cambiar el mundo para hacerlo más justo, más igualitario, más humano. Yo participo también de este interés, pero, por algún motivo que no termino de saber bien, creo que hablo más de actitudes, de estilos de actuación, de lo que ocurre por el interior del hombre que actúa en economía y en política. Quizás hable más de ética.

Tienen más éxito de lectores ellos que yo.

miércoles, 2 de junio de 2010

Panorama intelectual



Mañana es fiesta en la Comunidad de Madrid. Se “celebra” la festividad del Corpus Christi, de tan hondo significado para todos los habitantes madrileños. Hace pocos días las autoridades correspondientes no permitían a una chica marroquí ir a clase con un pañuelo en la cabeza. Incluso la máxima autoridad civil de la Comunidad se mostraba de acuerdo con tal medida. Ahora, en cambio, musulmanes, hindúes, ateos, agnósticos y gentes de cualquier religión o de ninguna tienen que “celebrar” una festividad cristiana situada en mitad de la semana y sin que ninguno de ellos sepa, posiblemente, lo que quiere decir tan, al parecer, importante conmemoración. Esto sí está justificado porque le da la gana al poder. Lo otro, no.

Ayer tuve que explicar en clase qué era el integrismo, concepto de origen católico que expresa la actitud de intentar transmitir a lo largo de la historia y sin que le afecte ningún tipo de cambio un mensaje íntegro, idéntico al original, normalmente de corte religioso. Puse como ejemplo, para que lo entendieran, la postura actual de la Iglesia católica oficial en relación con la prohibición del uso de cualquier método anticonceptivo. Tal posición la justifica la superioridad católica con argumentos de Santo Tomás de Aquino, quien en el siglo XIII ideó lo que hoy constituye la mayor parte del “pensamiento” ético católico. El sector integrista de la Iglesia intenta transmitir íntegro ese mensaje, sin que las circunstancias actuales, tan distintas de las del siglo XIII, puedan hacer cambiar dicho mensaje. Una alumna, a la que valoro mucho, pero que debe tener alguna idea intransigente en la cabeza, me echó en cara que estaba insultando a la Iglesia Católica. No es que moleste la crítica, es que ya molesta hasta la historia.

No cabe duda de que el panorama que se ve es para preocuparse.


jueves, 13 de mayo de 2010

Maneras de vivir


Hace un tiempo me fui una tarde con Y. a dar una vuelta por Madrid. Estuvimos por la calle de Fuencarral, llena de vitalidad y de colores, y terminamos en la calle de Pelayo, en Chueca. Cada vez me gusta más esta zona. Se respira libertad en ella, se vive con gozo la variedad, se palpa la igualdad y se siente uno metido en la civilización.

En la calle de Pelayo entramos en una especie de tasca sin pretensiones estéticas llamada Baco y Beto. He leído que muchos asiduos a ella prefieren que no se dé a conocer su existencia para que no se llene más de lo que se llena. Tomamos unas berenjenas, unas tostas de calabacín con cebolla caramelizada y un espectacular queso canario de El Hierro a la plancha, servido con una mermelada, que estaba realmente delicioso. El local es pequeño, con unas cuantas mesas con sillas, todas ellas diferentes, y un par de mesas altas que funcionan como diminutas barras. El espacio entre ellas es escaso y el que se siente en uno de los taburetes situados a su lado puede descansar la espalda en la pared. En esa misma pared hay unas perchas para colgar la ropa, pero, si lo haces, molestas a quien está sentado debajo. Eso fue lo que me hizo estar todo el rato con mi chaqueta doblada sobre las piernas, cosa que fue sólo un poquitín molesto.

De allí fuimos a dar un paseo, a practicar el fructífero deporte de mirar, y terminamos en el que sin duda es uno de los grandes bares de copas de Madrid, el Del Diego, en la calle de la Reina. Fernando del Diego, su propietario, trabajó 32 años con Perico Chicote y ahora es uno de los grandes artesanos del cocktail. Allí he descubierto marcas que desconocía y que me han resultado muy gratificantes, como el whysky Canadian Club o la ginebra Blackwood, escocesa y de enorme sabor. Nos situamos para tomar unos espléndidos gin tonics en la zona de la barra más cercana a una pared, en la que había también, como en Baco y Beto, unas perchas para colgar la ropa. En un momento dado se acercó una joven, que antes, con mucho desparpajo, había logrado introducirse en 20 centímetros de barra que había libre, hasta desplazar al que estaba allí tomándose su copa, y colgó su chaqueta en una de las perchas, justo en la que estaba sobre la cabeza de Y., de forma que la prenda le caía desagradablemente encima. Le dijimos que aquello molestaba, a lo que nos respondió con bastante sequedad que las perchas estaban para colgar la ropa. Y se fue y, como si no pasase nada, siguió a lo suyo.

Tengo la impresión que hay perchas que están para que determinadas personas cuelguen su molesta ética.


jueves, 31 de julio de 2008

Etcétera

Trasteando por el interior del estupendo blog de Juan Cruz, Mira que te lo tengo dicho, me he encontrado con una revista mexicana, etcétera, que merece ser leída con calma.

Una muestra de su contenido es la espléndida colección de fotos que se puede ver en ella, así como su sección 'Ética y cinismo', con artículos de mucho interés.

Te la recomiendo.

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