jueves, 17 de septiembre de 2015

Buenas noches. Por una humanidad mejor



Urge que, a la mayor brevedad posible, sin demoras evitables ni excusas estériles, algún organismo potente y competente ponga los medios idóneos para programar una investigación teórico-práctica, con la participación de los más cualificados especialistas en todos los campos involucrados, dada la trascendencia del proyecto, encaminada al descubrimiento de los mecanismos adecuados para llevar a cabo una indagación genética a gran escala, con vistas a que en un futuro cercano los recién nacidos vengan a este mundo global e intercomunicado dotados por naturaleza de un teléfono móvil, situado en el interior de su organismo, bien en el cerebro o en algún otro espacio en el que exista un hueco libre, con la pantalla conectada directamente al sistema nervioso, de manera que las manos queden de nuevo liberadas y produzcan los mismos efectos beneficiosos para la evolución del ser humano que se observaron miles de años atrás, cuando tuvo lugar la primera liberación de las manos de los primates. Igualmente sería de desear que los nuevos humanos vinieran a este mundo con la preinstalación de los auriculares ya hecha, bien creando para ello un nuevo oído o bien instalando un receptor wifi en algún lugar del sistema nervioso. No habría que olvidar los interruptores para ambos mecanismos, que se podrían situar en algún pendiente en la oreja o bajo la piel, disimulados con algún tatuaje guapo. No cabe ninguna duda de la comodidad que aportarían estos avances ni de las ventajas que supondría para la especie humana el tener otra vez las manos libres y los oídos dispuestos para escuchar, por no citar las ventajas económicas que conllevarían. Yo lo dejo caer aquí, por si acaso hay suerte y algún organismo lo considera oportuno y se decide. 

Buenas noches.


Buenos días. Afectos




Somos seres afectivos. No lo olvidemos. 

Buenos días.

Los jueves, nuevas músicas. Fernando Alfaro



Fernando Alfaro, de Albacete, histórico líder de Surfin'Bichos y Chucho, canta Velero.

Karl Popper. El Calendario Cultural de Bautista. 17/ 9/ 2015




Tal día como hoy de 1994 murió Karl Popper

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miércoles, 16 de septiembre de 2015

Buenas noches. Padres e hijos




Últimos días del verano. La una y media de la madrugada. En el pequeño jardín interior rodeado de viviendas varios niños juegan, corren y lanzan gritos que parecen alaridos de fieras salvajes. No les importa que haya personas durmiendo. Ni a ellos ni a sus padres ni a sus madres, a quienes no se les ve. Han (mal)educado a estos pobres seres sin normas, dejándoles que hagan lo que les dé la gana y cuando prefieran. Estos niños y niñas hablan como viejos tabernarios, hacen lo que está prohibido y campan a sus anchas por la vida. Poco a poco, a medida que vayan creciendo, sus familias irán sufriendo cada vez más. Sufriremos todos, porque tendremos que seguir aguantando sus caprichos cada vez gruesos. No solo me preocupa el futuro del país con una juventud así, es que me preocupa ya este presente de padres y madres ausentes y de una educación olvidada.

Buenas noches.

Buenos días. Compañía




El estado más probable es la soledad. Toda compañía es un regalo. 

Buenos días.

María Callas. El Calendario Cultural de Bautista. 16/ 9/ 2015




Tal día como hoy de 1977 murió María Callas

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martes, 15 de septiembre de 2015

Buenas noches. La cita




Tenía cita a las 13:00. Me tocaba ya. Llegó una pareja y se sentó detrás de mí a esperar su turno. Una empleada les preguntó que a qué hora tenían su cita. Uno de ellos les contestó que a las 13:00. Le pidió el DNI y comprobó la lista de espera. Le dijo que la cita la tenía a las 13:10, a continuación de la mía. Se alejó la empleada y el que habló le comentó a su pareja: “Mentí, a ver si colaba, pero no coló”. Lo dijo con una enorme naturalidad, con frialdad, como si estuviera acostumbrado a hacerlo, sin importarle que yo, su posible víctima, oyera que había intentado colarse delante de mí. Parecía estar en la selva. 

Buenas noches.

Ética y política. El Toro de la Vega



¿Qué habrán estado pensando los regidores del Ayuntamiento de Tordesillas cuando han autorizado la celebración de esa pseudofiesta, impropia de seres humanos sensatos, en la que se ha alanceado hasta la muerte al llamado Toro de la Vega?

Es verdad que estos ediles han sido votados por los ciudadanos y se supone que en el programa electoral correspondiente estaría incluida la celebración de la citada agresión brutal a un animal.

Es verdad también que la política y la ética son distintas. La política es el arte de organizar la sociedad de forma que resulte lo más justa posible para los ciudadanos. La ética, en cambio, es una opción personal que uno hace para organizar su propia vida de acuerdo con unos valores que considera que son los más importantes. Son dos asuntos, pues, bien distintos.

Lo que en este lamentable caso parece que queda en tela de juicio es la ética de cada uno de los concejales responsables de la organización de este desgraciado y degradante espectáculo. O sus opciones éticas están de acuerdo con sus decisiones políticas o, por el contrario, valoran más el poder que les da la política que sus criterios éticos. Si en la ética de cada uno de ellos tuvieran algún peso el respeto a los animales y el no recurrir al sufrimiento gratuito de los animales para que se diviertan gentes brutas, o si consideraran que las tradiciones, por sí mismas, no justifican nada, entonces ya habrían dimitido impulsados por su propia ética. Si no lo han hecho, será porque están de acuerdo con este disparate sangriento que han apoyado o porque piensan que el poder es lo más importante y que todo lo demás -incluida su propia ética- queda supeditado a él.

Hay algo muy serio por debajo de todo este espectáculo de políticos inmaduros e inhumanos que hacen lo que les da la gana, lo que más les conviene, y que dan ejemplo de comportamientos indignos a los ciudadanos: ni el poder ni la política son los criterios más importantes en la vida de un ser humano que usa su razón para vivir. Lo que nos hace humanos es la ética. Una política que no esté inspirada en criterios éticos no generará una política justa ni una sociedad en la que los seres humanos puedan desarrollarse como tales. Por debajo de la política, inspirándola, está la ética de los políticos que la ejercen. Si esta ética no es razonable ni buena, los políticos no actuarán bien y la política resultante será rechazable.


Esperemos que se acabe pronto con este disparate, que lleva ya demasiados años celebrándose, como es el desgraciado Toro de la Vega.