martes, 4 de enero de 2011

Ley antitabaco


"A ver si esto es verdad y podemos respirar a gusto. A veces me duele el pecho y tengo miedo de ir al médico. Todo el día respirando humo yo, que no fumo, es demasiado. Muere un camarero al día por el humo del tabaco y yo no puedo hacer nada. Tengo que trabajar, pero en estas condiciones era muy duro."

Esto me comentaba el 30 de diciembre pasado un camarero que se sentía protegido y esperanzado con la nueva ley del tabaco. Comprendo que los fumadores estén molestos porque tienen encima un problema. Pero comprendo menos que reaccionen con un estilo parecido al de Rajoy o al del alcalde de Valladolid contra la ministra Leire Pajín y contra la ley votada democráticamente. No comprendo tampoco que echen mano de otras cosas que no se han hecho y que se podían hacer en lugar de prohibir el tabaco. Me parece que son excusas poco finas que revelan que no saben del todo bien lo que dicen. Algunos de ellos, muy dados a defender lo común sobre lo particular, me parece que caen en un individualismo que no tiene en cuenta más que su propio deseo y su propia dependencia. Sé que un fumador no puede pensar en su adicción de manera objetiva y neutra, pero en las circunstancias actuales debería esforzarse en hacerlo, si no quiere ser calificado por la historia con tintes reaccionarios.

Eva Cortés / 2

La hondureña Eva Cortés canta El mar de mi vida.



lunes, 3 de enero de 2011

Tragedia



“No quiero instalarme. No quiero quedarme así. Quiero seguir aprendiendo. Quiero seguir creciendo. Quiero saber más. Quiero descubrir lo nuevo. Quiero crear. Quiero disfrutar. Quiero dialogar. Quiero reír. Quiero que rías. Quiero que goces. Quiero que no me importe llorar delante de ti. Quiero tratarte con cariño. Quiero que me trates con cariño. Quiero tener ilusiones. Quiero escucharte. Quiero que me puedas escuchar. Quiero que los problemas no me sean indiferentes. Quiero aportar lo que pueda. No quiero ser uno más. Tengo ganas de querer. Tengo ganas de vivir.” dijo antes de recordar que iba a morir.

Pepe Rivero

El músico cubano Pepe Rivero toca al piano una pieza de Chopin con su grupo de jazz. Espléndido.


domingo, 2 de enero de 2011

Contra el catolicismo español





Se creen los únicos que pueden decidir el estilo de vida que quieren llevar y, lo que es peor, se sienten capacitados por alguna fuerza misteriosa para imponer a todos los demás esa decisión suya. Son tan débiles que no soportan la diferencia. Son tan superficiales que no entienden nada de respeto. Son tan resentidos que no quieren nada que no se ajuste a su rancia manera de entender la vida. Son tan incapaces de vivir la vida que quieren que todos vuelvan a donde ellos están, al siglo XIII, con Tomás de Aquino, del que maman todas sus deformaciones. Intelectualmente son unos prepotentes sin base. Ignoran la mayoría de las verdades de la ciencia y se fían sólo de sus creencias sin base. No viven, se refugian. Las ideas son más importantes para ellos que las personas. No creen en los Derechos Humanos. No creen en la libertad. No creen en la igualdad. No creen en el hombre. Lo único que tienen es miedo, miedo a la vida, miedo a las jararquías que ellos mismos se han impuesto, miedo a un Dios que se han inventado porque les interesa y sin el que no pueden vivir.

En nombre del laicismo, de los Derechos Humanos y del ser humano que podemos llegar a ser todos, me rebelo en contra del catolicismo español. ¿O creen también que sólo se pueden movilizar ellos?

Puedes leer aquí la información de El País de hoy.

Palabras y emoción



La palabra es lo que nos permite ser. Con la palabra podemos pensar y hablar y comunicarnos y hacer ciencia y decidir lo que vamos a hacer y explicar nuestro amor y protestar y ensalzar y vivir como seres humanos. La palabra nos hace inteligentes. Pero lo que me emociona de ti y lo que más me ayuda a descubrir tu verdadero ser es tu mirada, el brillo de tus ojos, el juego de tus párpados delante de mi. Y tus manos, el discurso de tus manos cuando tocan, cuando se pronuncian en el aire, cuando aprietan, cuando funcionan conectadas directamente con el corazón.

Thelonius Monk

Thelonius Monk toca al piano Round Midnight.


sábado, 1 de enero de 2011

Año nuevo



Te deseo que a lo largo de este año la vida te sonría y que, a la vez, hagas lo posible para que nos sonría también a los demás. Ojalá no nos olvidemos -si se olviden- de que, a pesar de que seamos todos tan diferentes, todos somos iguales, todos somos seres humanos y todos tenemos los mismos derechos.

Te dejo aquí una entrevista muy interesante que le hacían ayer a José Luis Sampedro, 93 años, pero una de las mentes más jóvenes y lúcidas del momento, en el diario El País.

Que disfrutes de la vida.

Una mañana en la Edad Media


He estado en una ciudad castellana y profunda de la España, al parecer, eterna e igualmente profunda. Me he levantado relativamente temprano, para lo tarde que me acosté, y me he ido a dar un paseo, a ver y a recordar escenas interesantes, gozosas, que me permitieran respirar a gusto.

Me he tomado un café en un hotel de otros tiempos venido a más y me he sentado junto a una mesa ocupada por dos señoras, una, vestida de tirolesa, con falda larga, chaqueta y sombrero verdes, éste con pluma inlcuida, enjoyada hasta las esencias y con unas gafas super in, y la otra, con chaquetón de astracán, un baston de dignidad y una perfecta dicción castellana con la que queda estéticamente preciosa su expresión de que esta mañana se ha perdido la bendición urbi et orbi en la catedral. La otra dice que hace frío, que ella está escalofriada. No tengo aquí el diccionario ni ganas de consultarlo, pero es una palabra preciosa para aplicarla a otras situaciones menos biológicas o climatológicas y más sociales y políticas. Han entrado otras dos señoras que han visto a la disfrazada de tirolesa y a su acompañante y, a modo de saludo, le han lanzado:

¡Ay, hija! Está esto tan callado que parece una biblioteca pública. Estuve el otro día en Valladolid o, como dicen en Salamanca, en Fachadolid, y fui a misa y vi allí a Malula, a Fina y a Maruchi ...

Y han empezado enseguida a hablar las cuatro a la vez de enfermedades y de muertos y de este tipo de profundidades cotidianas.

Huyo. Me voy a la catedral, a ver si puedo ver el magnífico retablo de Becerra. Hace un frío que escaraja, como dicen aquí, y hay poca gente por la calle. En la catedral están en misa, leyendo el evangelio. Es el principio del de san Juan, el que dice que en el principio era la palabra, y que la palabra estaba junto a Dios y que la palabra era Dios. Un texto magnífico y de difícil interpretación. Voy rodeando el añadido que la contrareforma puso en medio de la nave central y descubro que en el altar mayor están el obispo y toda la corte catedralicia. Me quedo a ver cómo el alto jerarca explica al pueblo lo de que al principio era la palabra. Me desilusiono. O no sabe nada del asunto o no tiene interés en explicarlo. Deriva hacia lugares manidos, como que hay que acabar con el materialismo hedonista que nos domina. Una cosa que me fastidia de los curas es que no paran de hablar de materialismo, pero sin saber en qué consiste. Como si aspirar a la otra vida no fuera una suerte de materialismo similar al que profesa el que aspira a tener un coche o un chalé. Me salgo a la calle un poco cansado de tanta profundidad antigua y vieja.

Junto a la catedral hay otra iglesia en donde va a empezar la misa de un momento a otro. Se acercan señoras y señores mayores, vestidos de domingo aunque no lo sea. Me fijo sobre todo en las señoras. Abrigos largos de pieles, labios pintados, peinados arreglados, zapatos de tacón, algunos tocados en la cabeza y una cierta expresión de fiesta en el rostro. Una de ellas, embutida en un abrigo de pieles hasta los calcañares, con unas gafas de diseño y una expresión de creerse la reina de su mambo, ha llegado a la puerta. Ha sacado del bolsillo del abrigo una moneda y se la ha dado a un mendigo mal vestido y con la piel enrojecida por el frío. Como la señora abrigada no se ha acercado lo suficiente, el pobre ha tenido que desplazarse a recoger la limosna y entonces la señora. con un cierto rictus de alegría y como quien celebra un acontecimiento, le ha dicho al pobre en voz alta y clara:

Que tenga usted felices pascuas.

Yo, que voy por la vida observando lo que ocurre e intentando analizarlo para conocer y para aprender lo que pueda encontrar de útil, me he quedado pensando en qué es lo que habrá querido decir la señora, si es que, además de seguir un rito repetitivo, ha querido decir algo.

Eva Cortés

Eva Cortés. Cantante de jazz hondureña para oirla con calma y disfrutando. La volveremos a escuchar por aquí.