martes, 18 de mayo de 2010

República





Yo soy republicano teórico. Quiero decir que, puesto a pensar sin tener en cuenta las circunstancias reales en las que nos encontramos, es decir, abstrayéndome, como si uno viviera en un mundo ideal, yo sería defensor ferviente del sistema republicano. Pero si me pongo a pensar considerando lo que realmente ocurre en nuestro país, entonces no puedo serlo. Tal como están las cosas entre nosotros, creo que hace falta aún una autoridad superior, al margen de la racionalidad y de los deseos de los ciudadanos, que sea capaz de resolver desde arriba los problemas graves que se puedan originar en esta sociedad. La mentalidad religiosa, mítica o superracional es todavía muy común en España. Aún mucha gente le hace más caso a una voz superior que grite que a la propia razón. En mi opinión no hay un desarrollo democrático suficiente en nuestro país, porque hay todavía muchos comportamientos antidemocráticos que pasan ante demasiada gente como normales. Y eso me parece peligroso. Y si esto no te convence, imagina que hubiera ahora elecciones a presidente de la república. Piensa en posibles candidatos, observa lo que dicen y lo que hacen, y figúrate que salieran elegidos. ¿Crees que sería mejor eso que la situación actual?


lunes, 17 de mayo de 2010

Atención


La lucha de contrarios es una metáfora para intentar describir la vida sorteando su complejidad: el verano y el invierno, el día y la noche, el calor y el frío, pero, sobre todo, la vigilia y el sueño. En el sueño pierdes el control de tu mente y tu relación con el mundo cae en dominios ajenos a tu conciencia y a tu voluntad. En la vigilia estás consciente, pero ¿estás de verdad consciente?

La sociedad tiene múltiples mecanismos para intentar que estés en estado de vigilia, pero como adormecido, sin que te des mucha cuenta de lo que pasa de verdad. Hay chorros de anestesia transparente que, o llevas la mascarilla de la crítica puesta, o te la tragas sin querer. Miras la televisión y sólo te enteras de las apariencias más espectaculares, pero puede que tú te creas que has captado así la cruda realidad. Oyes a un tipo repetir machaconamente una mentira y es posible que termines creyendo que lo que habías oído durante tanto tiempo era la verdad. Paseas por una ciudad y ves los coches y los troncos de los árboles y observas de lejos los edificios y te vas convencido de que ya conoces la ciudad y de que es preciosa. Hemos perdido la capacidad y el gusto por la atención. Nos hemos acostumbrado a hacerlo todo de cualquier manera, en lugar de vivirlo cada vez más atentamente. Sólo así nos podremos introducir en la senda del placer.

Haz la prueba de pasear por cualquier calle que conozcas, pero prestando atención a lo que ves. Te darás cuenta de la belleza que has dejado pasar de largo tantas veces como has paseado por allí. Mira las azoteas, las copas de los árboles, las esquinas. Verás que hay otro mundo dentro de tu mundo.

Si quieres vivir, vive con atención. Si no, todo da igual y perderás el tiempo. Haz la prueba.


domingo, 16 de mayo de 2010

Enhorabuena


Enhorabuena al Barça. Ha sido, sin duda, el mejor.

Fútbol


Esta tarde acaba la Liga de fútbol y no sé si es el momento más oportuno para formular estas preguntas, pero es cuando se me han ocurrido.

¿A ti qué es lo que te gusta, el fútbol o que gane tu equipo? No tiene nada que ver una cosa con la otra.

El fútbol ¿une o separa?

El fútbol ¿es un deporte, un espectáculo, un negocio, el opio del pueblo o un poco de todo?

¿Por qué en el rugby al árbitro se le trata de señor y en el fútbol, de cualquier manera?

Por mi parte, que gane el mejor.

Y cantado por Serrat

Qué preciosa versión la de Serrat. Debió de ser emocionante.

sábado, 15 de mayo de 2010

Cambalache

Enrique Santos Discépolo, el filósofo del tango, fraguó hace ya tiempo una de las grandes creaciones del arte musical moderno: Cambalache. Con una visión muy aguda de la sociedad, mostró con crudeza la concepción perversa de la igualdad, la que mantenemos a nuestro lado todos los días sin que hagamos nada por evitarlo.

Te pongo aquí una preciosa versión de Eugenia León.


viernes, 14 de mayo de 2010

Flores negras

Hoy la justicia española se ha quitado la banda que le cubría los ojos. Hoy se le ve la cara y ha dejado de ser imparcial. Hoy ya no se puede creer en la justicia. Un vendaval de miedo ha entrado hoy en España. Hoy es un día tan triste como el de antesdeayer. Van saliendo de la tierra flores negras.

Con el juez Garzón

Garzón sale entre aplausos de la Audiencia


Educar


Tienes que educar a tu hijo para que sea un ciudadano demócrata, pero estamos viendo últimamente demasiados comportamientos incompatibles con la democracia y tu hijo corre el riesgo de que crea que son normales.

Recibir un informe oficial que no te gusta, pero que está lleno de pruebas, y reaccionar presentando una querella contra el autor del informe no es de demócratas.

Mentir y decir que el que miente es el contrincante no es de demócratas.

Perseguir con falsedades para hacer daño y sacar partido de ello no es de demócratas.

Ir en contra de los que quieren encontrar dónde están enterrados sus antepasados no es de demócratas.

Tergiversar la información desde los medios públicos para entontecer a los espectadores no es de demócratas.

Ejercer el cinismo y la desvergüenza como norma no es de demócratas.

Defender normas que van en contra de la legislación vigente no es de demócratas.

Hacer de tu hijo un ciudadano demócrata, tal como están las cosas, es muy difícil, pero, a la vez, muy sencillo: métele en la cabeza la idea de que todos somos iguales y que aprenda a juzgarlo todo con ese criterio.


jueves, 13 de mayo de 2010

Maneras de vivir


Hace un tiempo me fui una tarde con Y. a dar una vuelta por Madrid. Estuvimos por la calle de Fuencarral, llena de vitalidad y de colores, y terminamos en la calle de Pelayo, en Chueca. Cada vez me gusta más esta zona. Se respira libertad en ella, se vive con gozo la variedad, se palpa la igualdad y se siente uno metido en la civilización.

En la calle de Pelayo entramos en una especie de tasca sin pretensiones estéticas llamada Baco y Beto. He leído que muchos asiduos a ella prefieren que no se dé a conocer su existencia para que no se llene más de lo que se llena. Tomamos unas berenjenas, unas tostas de calabacín con cebolla caramelizada y un espectacular queso canario de El Hierro a la plancha, servido con una mermelada, que estaba realmente delicioso. El local es pequeño, con unas cuantas mesas con sillas, todas ellas diferentes, y un par de mesas altas que funcionan como diminutas barras. El espacio entre ellas es escaso y el que se siente en uno de los taburetes situados a su lado puede descansar la espalda en la pared. En esa misma pared hay unas perchas para colgar la ropa, pero, si lo haces, molestas a quien está sentado debajo. Eso fue lo que me hizo estar todo el rato con mi chaqueta doblada sobre las piernas, cosa que fue sólo un poquitín molesto.

De allí fuimos a dar un paseo, a practicar el fructífero deporte de mirar, y terminamos en el que sin duda es uno de los grandes bares de copas de Madrid, el Del Diego, en la calle de la Reina. Fernando del Diego, su propietario, trabajó 32 años con Perico Chicote y ahora es uno de los grandes artesanos del cocktail. Allí he descubierto marcas que desconocía y que me han resultado muy gratificantes, como el whysky Canadian Club o la ginebra Blackwood, escocesa y de enorme sabor. Nos situamos para tomar unos espléndidos gin tonics en la zona de la barra más cercana a una pared, en la que había también, como en Baco y Beto, unas perchas para colgar la ropa. En un momento dado se acercó una joven, que antes, con mucho desparpajo, había logrado introducirse en 20 centímetros de barra que había libre, hasta desplazar al que estaba allí tomándose su copa, y colgó su chaqueta en una de las perchas, justo en la que estaba sobre la cabeza de Y., de forma que la prenda le caía desagradablemente encima. Le dijimos que aquello molestaba, a lo que nos respondió con bastante sequedad que las perchas estaban para colgar la ropa. Y se fue y, como si no pasase nada, siguió a lo suyo.

Tengo la impresión que hay perchas que están para que determinadas personas cuelguen su molesta ética.


miércoles, 12 de mayo de 2010

Victoria


Enhorabuena, Atlético. Es una manera de vivir.

Frenos


Hoy, sin quererlo, le he dado un buen susto a un alumno. Dije las notas de los que habían aprobado por curso y lo nombré a él. Pegó un brinco y dio una especie de alarido, lo cual me preocupó porque un patatús te puede dar tanto por una mala noticia como por una buena. El buen hombre se puso a moverse en el asiento, como si le hubiese picado una pulga en el alma, y una sonrisa floja, de esas que van y vienen, se le instaló en la cara. Luego, me vio por los pasillos y me dio las gracias. Añadió, con toda su buena intención, que ojalá me cayera del cielo un buen jamón. Yo me imaginé recibiendo un jamonazo descomunal en toda la cabeza y le dije que mejor nos tomábamos unas cañas que seguramente sería menos doloroso.

Yo recuerdo haber dado también las gracias por haber recibido alguna buena nota inesperada. Es una forma de cortesía similar a la de agradecer que te pongan un café en el bar o que tengan un detalle contigo. Pero es posible que oculte también algo que me parece que debería evitarse: la infravaloración de uno mismo hasta el punto de entender que te han regalado la nota. Creo que hay veces que no nos conocemos bien a nosotros mismos y que no nos damos cuenta de que valemos más de lo que creemos. Este buen hombre ha estado sin esforzarse buena parte del curso creyendo que no tenía capacidad para rendir más de lo que lo hacía. Algo le debe haber hecho ponerse a trabajar y hacer reales sus posibilidades, cosa que no había hecho antes, posiblemente porque él mismo no se creía que podía.

A veces somos nuestros propios enemigos. Nos formamos una idea de nosotros mismos que nos impide crecer, cuando podríamos hacerlo con facilidad si nos conociéramos mejor. Claro que también es posible que ese falso concepto de uno mismo responda a un interés. Es más cómodo autoengañarse, consciente o inconscientemente, creyendo que uno es un inútil que actuar como lo que uno es. El caso es que ganaríamos mucho, me parece, si conociéramos qué es lo que a cada uno nos frena.


martes, 11 de mayo de 2010

La puerta


Hoy he comprendido que no se debe cerrar antes de tiempo la puerta de lo que pueda pasar. Durante mucho tiempo tuve muy presente que siempre ocurre lo inesperado, pero a veces parece que lo olvido. Hay que procurar no vivir como si todo dependiera únicamente de uno mismo. No todo tiene arreglo, pero muchas cosas tienen más arreglo del que uno le ve cuando se las plantea en soledad. O sea, que hay que dejar abiertas las puertas e introducir más perspectivas. Es sano y útil.


lunes, 10 de mayo de 2010

Espacio


Tendemos a explicarnos la vida en términos de tiempo. Pensamos, a veces, que vivir es ir cambiando en el tiempo, avanzar en el tiempo, aprovechar el tiempo, no perder el tiempo, durar un tiempo o vivir en un tiempo. Pero nos olvidamos del espacio. La realidad es que una persona que viva hoy es muy probable que cambio 2 0 3 veces de trabajo y de lugar de residencia. El espacio, los espacios, forman parte también de la estructura de la vida. Así que no cabe echar demasiadas raíces en ningún sitio ni vivir en ningún lugar como si fuera el definitivo. Eso envejece o es síntoma de que se ha envejecido. Aparte de más humano, también es más rentable un discreto cosmopolitismo.


domingo, 9 de mayo de 2010

Otra menos


Otra cosa lista. La energía se va materializando. La próxima es desagradable y se puede resolver de manera simple o de forma muy pesada. A ver si hay suerte.

Una menos


Una cosa menos. Era la más urgente, la más agobiante. Vamos a por la siguiente.


La vida

Uno quiere ser cosmopolita, pero la biología hace que en determinados momentos vuelvas, no a lo que quieres, sino a tus primeras sensaciones, a tu patria, que viene de padre, a tomar fuerzas para volver. ¡Con qué naturalidad dice Alba Molina estas sevillanas hablando de la vida!


sábado, 8 de mayo de 2010

Sevillanas

Me gustaría pedirte ahora que no juzgaras. Baja los hombros y procura sentir. Hoy te ofrezco estética. Una estética determinada para que intentes sentir, si es que tú sientes con esto. Cada uno siente lo que puede o lo que quiere, no sé. Pero esto me parece bonito y bueno. Procura dejarte penetrar por la música, por el color, por el baile inmenso con el mantón de Matilde Coral.

viernes, 7 de mayo de 2010

Lo que hay


Estoy cansado. Estoy agobiado. No estoy harto, pero es una situación parecida. Tengo que hacer cosas que no me apetecen, pero que debo hacer. Cuando no tengo sobre qué escribir, siempre procuro mirar lo que hay y contarlo: siempre hay gente de la que hablar o sucesos que contar. Pero hoy sólo puedo hablar de mí y no decir casi nada. Sólo que estoy agotado. Pero no estoy mal. Lo que hago creo que tiene sentido, pero es una paliza. Tengo que descansar.


jueves, 6 de mayo de 2010

Pañuelo / 6


Ves con los ojos, pero miras con tu biografía. Tu mirada, la parte de la realidad en la que te fijas, la interpretación que haces de los datos que tu vida te ofrece en cada momento, es fruto de todo lo que has hecho con tu existencia a lo largo de tu historia. Puede que tu mirada esté limpia, pero es posible también que esté llena de prejuicios, de actitudes que no te has parado a pensar si son razonables y justas o no, de fijaciones que te has ido fraguando porque tu cobardía o tu pereza o tus errores inadvertidos te han llevado a ello, de creencias en abstracciones, en meras opiniones que tú te has tomado por definitivas. Es posible que juzgues con excesiva facilidad. A veces el yo lo pide y para sentirnos superiores, sin serlo, nos dedicamos a juzgar sin criterio a los demás. En realidad, somos un continuo ir haciéndonos, una permanente puesta en tela de juicio de nuestras ideas. Y si no lo crees, lee este precioso texto, tomado de internet, que me ha enviado mi amigo Eduardo Redondo, un espléndido ser humano que cree que el sentido de su vida está en irse a vivir, a convivir, con los pobres de la favelas de Brasil.

Lo pongo aquí, como me sugiere él, relacionado con el tema del pañuelo. Cuando juzgues a alguien que lleve un pañuelo o una prenda cualquiera o que sea como sea, acuérdate del negro africano y de la rubia alemana.

Estamos en el comedor estudiantil de una universidad alemana. Una alumna rubia e inequívocamente germana adquiere una bandeja con el menú en el mostrador del autoservicio y luego se sienta en una mesa. Entonces advierte que ha olvidado los cubiertos y vuelve a levantarse para cogerlos. Al regresar, descubre con estupor que un chico negro, probablemente subsahariano por su aspecto, se ha sentado en su lugar y está comiendo de su bandeja. De entrada, la muchacha se siente desconcertada y agredida; pero enseguida corrige su pensamiento y supone que el africano no está acostumbrado al sentido de la propiedad privada y de la intimidad del europeo, o incluso que quizá no disponga de dinero suficiente para pagarse la comida, aun siendo ésta barata para el elevado estándar de vida de nuestros ricos países. De modo que la chica decide sentarse frente al tipo y sonreírle amistosamente. A lo cual el africano contesta con otra blanca sonrisa. A continuación, la alemana comienza a comer de la bandeja intentando aparentar la mayor normalidad y compartiéndola con exquisita generosidad y cortesía con el chico negro. Y así, él se toma la ensalada, ella apura la sopa, ambos pinchan paritariamente del mismo plato de estofado hasta acabarlo y uno da cuenta del yogur y la otra de la pieza de fruta. Todo ello trufado de múltiples sonrisas educadas, tímidas por parte del muchacho, suavemente alentadoras y comprensivas por parte de ella. Acabado el almuerzo, la alemana se levanta en busca de un café. Y entonces descubre, en la mesa vecina detrás de ella, su propio abrigo colocado sobre el respaldo de una silla y una bandeja de comida intacta.

Dedico esta historia deliciosa, que además es auténtica, a todos aquellos que, en el fondo, recelan de los inmigrantes y los consideran individuos inferiores. A todas esas personas que, aun bienintencionadas, les observan con condescendencia y paternalismo. Será mejor que nos libremos de los prejuicios o corremos el riesgo de hacer el mismo ridículo que la pobre alemana, que creía ser el colmo de la civilización mientras el africano, él sí inmensamente educado, la deja comer de su bandeja y tal vez pensaba: Pero qué chiflados están los europeos”.


miércoles, 5 de mayo de 2010

Inteligencia


Los conocimientos se muestran en las respuestas, pero la inteligencia se demuestra a la hora de hacer preguntas.

martes, 4 de mayo de 2010

Pañuelo / 5


Me equivoqué de escenario y saqué el tema del pañuelo en ambientes no propicios, con lo cual me vi en la necesidad de llevar una conversaciones contra la pared de quienes se empeñaban, contra viento y marea, en sostener una defensa de sus posturas sin argumentos.

- Hay que ver -dije-, se empeñan en meternos a todos la fiesta católica del Corpus y, encima, no dejan que una chica vaya a clase con el pañuelo. Parece que sólo vale lo de una religión.

- Pues claro –me contestó, entre sorprendida y casi ofendida-, es que estamos aquí, y el extranjero que viene se tiene que adaptar a las costumbres de aquí. Yo, cuando fui a Tailandia, me tuve que comprar una falda larga porque no querían que fuese enseñando la piernas.

- Pero si te pareció mal que no te dejaran ir como tú querías, ¿por qué lo reproduces aquí y te empeñas en que los demás vayan como tú quieres, no como quieren ellos?

- Porque en cada sitio tienen sus costumbres y hay que adaptarse a ellos.

- Pero, si te pareció mal en Tailandia, ¿no te parece mal también que ocurra aquí?

Y terció una tercera persona, a la que le agradecí su intervención, porque yo, ante tal renuncia a la libertad personal, no tenía ganas de decir nada más. Si la libertad consiste en adaptarse incondicionalmente a costumbres que no muestran su racionalidad ni que te dejan ser tú mismo, está claro que mi mundo no es de ese reino.

Como yo estaba cansado y creo que hay cosas que no aprendo, media hora más tarde y creyendo que estaba en territorios ilustrados, vuelvo a sacar el tema. Arrecian en este caso las palabras en favor del prohibicionismo. Mis interlocutores insisten en no situarse en una perspectiva religiosa para analizar el tema del pañuelo, con lo cual estoy yo muy de acuerdo. Uno me dice que es que con el pañuelo las chicas, al llevar los oídos tapados, no oyen bien. Le digo que oyen perfectamente, según he observado, pero no cala mi testimonio. Otro dice que si toleramos el pañuelo, tendríamos que admitir también que un alumno fuera a clase con un casco de astronauta o con un sombrero mexicano. Arguyo que, mientras no creen un conflicto de orden público o no provoquen un caso de inseguridad, como el caso del burka, por mí pueden ir como quieran. De lo que se trata, digo, no es tanto de prohibir, sino de analizar racionalmente si es sano o si molesta ir con tales indumentarias, para que sea el propio sujeto el que decida lo que debe hacer. Educar creo que es convencer, no imponer ni prohibir. Otra me dice que es intolerable que las niñas vayan enseñando el tanga o los pechos. Les digo que eso lo hacen con una naturalidad y una falta de intención que no tienen nada que ver con nuestra mirada ya viciada de adultos educados en un catolicismo ñoño. Obtengo poco éxito. El más insistente de mis contertulios expone repetidamente la necesidad de que haya unos mínimos que se tengan que respetar en los espacios públicos.

- Pero ¿cuáles son esos mínimos, aparte de los del orden público y la seguridad, y cómo se salva la libertad de cada cual de ir como elija? Y ¿quién pone esos mínimos?

- El Gobierno. Los mínimos los debe poner el Gobierno, que debe regular la vestimenta de la gente en los espacios públicos.

Me acuerdo del artículo 14 de la Constitución, que dice que los españoles son iguales ante la Ley, sin que pueda prevalecer discriminación alguna por razón de nacimiento, raza, sexo, religión, opinión o cualquier otra condición o circunstancia personal o social. Y también de los dos primeros artículos de la Declaración de los Derechos Humanos, que van en la misma línea. Pero opto por recordar lo tarde que es y la necesidad de comprar naranjas, que se acabaron esta mañana.

Espero que no lleguemos a que un Gobierno me diga lo que me puedo poner encima. Espero, mujer que me lees, que ningún Gobierno te diga la longitud que debe llevar tu falda, la amplitud posible del escote de tu vestido o si puedes mostrar el ombligo o no. Espero que las libertades sigan siendo un valor en este país. Uf.

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lunes, 3 de mayo de 2010

Alegría


Alegría. Alegría. No busques la alegría por ahí fuera, porque la alegría brota de ti cuando actúas como un ser humano, cuando tu vida está de acuerdo con lo que realmente eres.

Creo que el despiste en la vida aparece cuando las grandes aspiraciones agradables se buscan directamente, sin advertir que estas metas, como son la felicidad, la alegría, la paz, son consecuencias de lo que se hace en la vida. Si las buscas, no las encuentras, pero si no las buscas, sino que te preocupas por ser realmente humano en tu actuación, surgen delante de ti y se te introducen en la vida.

viernes, 30 de abril de 2010

Pañuelo / 4

La tolerancia, como dijo el poeta Walt Whitman, es la capacidad de ver no a un blanco o a un negro o a un judío o a un musulmán, sino a un ser humano. Las escuelas que, de una manera innecesaria y absurda, prohíben acudir a los alumnos vestidos con las ropas que ellos han elegido y que no atentan contra nadie creo que hacen gala de una mentalidad intolerante.

Platón, en su sistema racionalista, defendía que el gobernante debería ser el sabio y que su característica más importante sería la prudencia. La condesa gobernanta de la Comunidad de Madrid ha sido muy imprudente afirmando que en su opinión se debería prohibir que las alumnas musulmanas acudieran a clase sin cubrirse la cabeza con el hiyab. Y, como ya he manifestado en este blog, es también muy hipócrita defendiendo medidas institucionales acordes con una religión y prohibiendo, a la vez, actitudes individuales propias de otra. Un alarde de arbitrariedad muy peligrosa en manos de una política intelectualmente inmadura.

La intolerancia de un Consejo Escolar de una escuela que dicta a su capricho medidas absurdas y sin justificar racionalmente, junto con la ignorancia, la hipocresía y la imprudencia de una gobernanta acostumbrada a hacer y decir lo que le viene en gana han provocado la reacción de las asociaciones de musulmanes residentes en España que temen que se recorte la libertad religiosa en el país, si es que el hiyab se convierte en un arma electoral y se dificulta a las alumnas musulmanas el ejercicio de su derecho a la educación. Una gratuita espiral que esperemos que no acabe en sufrimientos y en dificultades.

Mierda de país. Aquí todavía hay mucha gente que quiere mandar sobre los demás. Aquí abundan lamentablemente los que no tienen un concepto sano de lo que es la libertad, ni de lo que son las libertades ni los derechos individuales ni la democracia. Aquí todavía hay muchos que intentan tapar su propia incapacidad dando lecciones sobre cómo deben actuar los otros. Aquí mucha gente se empeña en crear un mundo en el que cada vez sea más difícil vivir para más gente. No sé en qué acabarán estas actitudes y esta situación.



jueves, 29 de abril de 2010

Gracias


Gracias. Las gracias son regalos, dones, realidades que aparecen en tu vida sin que las hayas pedido y sin que las hayas encargado. La vida te puede dar gracias. Para que ocurra, tienes que tener una información adecuada y ser lo suficientemente astuto como para buscar lo diferente, lo interesante, lo valioso. Entonces la vida te suele regalar un plus, una gracia.

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miércoles, 28 de abril de 2010

Día Mundial contra el Ruido


ESCUCHA EL SILENCIO.


HOY, MÁS QUE HABLAR, ESCUCHA A LOS OTROS .


ESCÚCHATE UN POCO.
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VUELVE A SABOREAR LA PAZ.
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EN EL SILENCIO SE OYE TODO.


ESCUCHA.

Pañuelo / 3



¿Se debe regular el uso del velo por parte de las mujeres musulmanas? Esta es una de las preguntas que late en las discusiones que de manera tan poco clara se plantean en muchos sectores de la sociedad actual.

No creo que nadie defienda la necesidad de regular el uso de los zapatos deportivos, a pesar de que los pies de los jóvenes sufren en gran medida sus efectos. Tampoco, aunque hay gente para todo, creo que admitirá nadie que en los Centros educativos se impida a los alumnos o alumnas ir sin mangas o con pantalón corto. Ni me parece que nadie se empeñará en crear una norma para que curas y monjas dejen en su casa sus uniformes y vayan por la vida como si fueran ciudadanos comunes. Si esto es así, ¿con qué argumentos se crean normas en los organismos públicos que impiden que una mujer vaya vestida como le venga en gana? Los derechos individuales son derechos de cada persona y nadie debe inmiscuirse, salvo que genere un problema de orden público, en regular su ejercicio. Y seamos sinceros: ¿quién genera el posible problema de orden público, la mujer que usa un hiyab o la norma que lo prohíbe? Una mentalidad más abierta, como es, por ejemplo, la británica en estos temas, ayudaría a normalizar una situación que está siendo manejada mediáticamente por las personas de actitud más intolerante.

Creo que una cosa es que, en una sociedad libre y democrática, las familias y los profesores traten y debatan con los alumnos las condiciones higiénicas y de respeto que deben tener los atuendos de cualquier ciudadano, aportando argumentos científicos, estéticos o culturales para que puedan decidir por sí mismos y con conocimiento de causa cómo ir vestidos, y otra muy distinta es que alguien se dedique a regular a su capricho y sin argumentos racionales la vestimenta que deben usar los demás, prohibiendo o tolerando pañuelos, gorras, tirantes o lo que les dé la gana.

Y otra cosa totalmente distinta, que no tiene nada que ver con estos asuntos pero que muchos los mezclan sin saber lo que hacen, es que desde las instituciones públicas se promueva la exhibición en lugares públicos de símbolos religiosos. Esto sí que no se puede tolerar, ni ética ni estéticamente, porque supone la imposición a todos de lo que sólo es válido para unos pocos.

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martes, 27 de abril de 2010

Ideologías


No sé cuál es la función que cumplen las ideologías en algunas personas. Conozco a algunas de derechas que, siendo coherentes con sus ideologías, defienden la no intervención del Estado en la vida económica, pero que cuando a ellas les va mal, no dudan en pedir que el Estado les arregle su situación interviniendo y favoreciendo sus intereses. Conozco también a otras que se reconocen de izquierdas y que, en lugar de enviar a sus hijos a la escuela pública, lo cual no entraría en contradicción con sus ideologías, los tienen inscritos en la privada, afirmando ingenuamente, además, que les gustan los valores que les transmiten allí.

¿Para qué quieren sus ideologías estas personas, si dicen pensar de una manera y, en cambio, viven de otra? ¿Qué función psicológica cumplen en ellas las ideologías? Desde luego, la de ser un criterio según el cual andar en la vida no es. ¿Será la de alimentar e intentar justificar un cierto odio hacia determinadas personas o hacia determinados sectores de la sociedad?

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lunes, 26 de abril de 2010

Pañuelo / 2

El uso del velo, o el no uso del mismo, es un derecho individual de una persona que lo ejerce vistiendo como le parece oportuno. Los motivos por los que decide ir con ese atuendo pertenecen al ámbito individual y sagrado de su conciencia, al igual que radica en él la razón por la que puede ponerse unos zapatos de tacón alto y horma puntiaguda que le machaquen los pies o una falda muy corta o muy larga. Lo que haga con su vestimenta es cosa suya.

Lo que no pertenece a ninguna conciencia individual es que la señora condesa que gobierna a su antojo la Comunidad de Madrid tolere y propugne que el día 3 de junio se celebre en toda la región la fiesta del Corpus Christi. Esto sí que es obsceno, porque es imponer políticamente a católicos, cristianos, musulmanes, hindúes y ateos la celebración civil de una fiesta de una religión concreta. ¿Por qué el calendario laboral tiene que estar teñido de una religión, o, incluso, de la religión en general, y la vida privada de una persona no va a poder estarlo? Y, por si no fuera poco, la señora condesa se permite el lujo de manifestar en público que ella prohibiría a las alumnas musulmanas el uso del velo en la escuela. ¿También el de las monjas? ¿Fiesta del Corpus sí y velo no? Esto se llama hipocresía. O chulería política.
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viernes, 23 de abril de 2010

Miedo


Insisto en el tema del miedo. Lo he explicado también en clase. Toda la educación tradicional está organizada en torno al miedo. Le llamaban temor de Dios, pero no era más que vivir temiendo que todo terminara en la condena eterna del infierno, en lugar de en el paraíso. Si no vivías de una determinada manera, poco excitante y nada apetecible, podías acabar mal tus días. Te pintaban un infierno inhumano, con tormentos eternos y sufrimientos insoportables. Cuando ya te habían inoculado el gran miedo, comenzaban con los miedos más cotidianos. Miedo a tu padre, más que a tu madre. Miedo a las autoridades, a los profesores, al qué dirán, a los vecinos, a la gente, a cualquier cosa. Se trataba de crear seres dóciles, sin capacidad de protesta ni de reivindicación, cuyo móvil para actuar fuera siempre acompañado por el miedo.

Lo peor de todo era que no actuabas por convencimiento, porque tu razón te impulsara a hacer tal cosa o a encaminarte en determinada dirección, sino que todo lo hacías por miedo. Estudiabas por miedo, te relacionabas con miedo, te divertías con miedo, decidías con miedo y terminabas dándote miedo de no tener miedo en alguna ocasión.

Cuando decidías –si lo decidías- quitarte el miedo de encima, te dabas cuenta de que lo que habían tatuado en tu alma desde tu tierna infancia era prácticamente imposible de quitárselo del todo. Si haces que lo primero que vea un pato recién nacido sea un pato de trapo, pensará durante toda su vida que ese muñeco es su madre y no se separará de él. Es una impronta que le durará toda su vida. Así ocurre con el miedo.

No le metas a tu hijo el miedo en el alma ni, mucho menos, a tu hija. Hazlos fuertes. Acostúmbralos a que actúen por convicciones y no por miedos. Búscate tú también los miedos en tu interior, ponlos debajo del tacón y písalos con toda la fuerza que te den tus ganas de vivir. Que no te dé miedo hacerlo.


jueves, 22 de abril de 2010

Pañuelo / 1


Hay actualmente una polémica sobre el derecho al uso del velo por alumnas de cultura o de religión musulmanas. Al parecer, el problema está en si se les permite asistir a clase con el hiyad, el pañuelo que les cubre el pelo, o si, por el contrario, se debe prohibir su uso.

Reconozco que, como siempre que hay valores y derechos en conflicto, la solución es difícil. Por eso, te invito a que pongas aquí tus argumentos o tus reflexiones, con el ánimo de que podamos aclararnos todos un poco más.

Lo que a mí se me ocurre sobe este asunto es lo siguiente:

  1. El problema del velo es muy complejo porque no puede ser interpretado únicamente en clave religiosa. Ya desde este punto de vista es controvertido aun dentro del propio Islam. Pero es que, a la vez, el velo tiene un componente machista, de dominación de la mujer por parte del hombre, otro componente de identificación cultural, otro de moda, otro de imposición familiar y, no sé si por fin, otro de libre elección personal. Simplificar el problema considerando únicamente el componente religioso es no entender la situación y ponerse en riesgo de cometer un disparate.

  2. Creo que hay que tener presente que el uso del velo es un derecho individual. Y los símbolos religiosos pueden enfocarse o bien desde una perspectiva individual o bien desde una colectiva, institucional. Quiero decir que es distinto plantearse si se ponen crucifijos en las clases que si una alumna se pone el velo. En el primer caso, la institución obliga a todos a participar de un símbolo religioso. En el segundo, cada cual se pone o se quita lo que quiere, sin que se obligue a los demás a hacer lo mismo ni a participar de ninguna simbología.

  3. Una vez conocí a una profesora que no permitía que, en la época del calor, las alumnas fueran a clase con una camiseta de tirantes, es decir, sin mangas. A mí me parecía ridícula tal pretensión por lo que tenía de imposición a los demás de una elección propia. ¿Con qué derecho obligaba la profesora a las alumnas a ir a clase como a ella le daba la gana? Una cosa es debatir sobre la idoneidad de un determinado atuendo para asistir a un sitio o a otro y otra es imponer criterios propios a los demás. Creo que se debe debatir con argumentos racionales sobre por qué no conviene ir a un concierto en el Auditorio Nacional en chándal ni a una discoteca en calzoncillos. Pero otra cosa bien distinta es obligar a los demás a que vayan como uno cree que deben ir.

  4. Yo tengo en clase alumnas que van con velo. Por una idea básica de respeto, no me he atrevido nunca a preguntarles por qué lo hacen ni mucho menos a decirles que se lo quiten o que se lo pongan. Lo que sí he hecho es debatir asuntos que creo que pueden ayudarles a que ellas mismas confirmen que deben ponérselos o a que decidan que deben quitárselo. Por ejemplo, he contado las razones higiénicas por las que no es conveniente permanecer en lugares cerrados con la cabeza cubierta, ya que el pelo sufre un calor excesivo y puede caerse. He hablado también de las costumbres machistas de obligar a la mujer a vestirse de una determinada manera y del machismo asumido por algunas mujeres que ven como normales estas reglas impuestas por los hombres. Pero esto lo hemos debatido todos y todas, tanto los que pretenden ir a clase con una gorra puesta como las que van con el velo o los que no llevan ninguna de las dos coass. Y, en lo individual, allá cada cual con su atuendo y con su pelo y con su imagen y con su vida. ¿Van a salir mejor formados como personas si se les obliga a ponerse el velo o a quitárselo? Lo que nos forma es saber el por qué de cada norma.

  5. El por qué de cada norma. Me parece que esta es la clave. El 70% del calor corporal tiende a salir por la cabeza. Si estás en un lugar en el que no hace frío y te cubres la cabeza, el pelo sufre un sobrecalentamiento dañino para él. Esto es lo que hace, por ejemplo, que en los pueblos en donde los hombres tienen la costumbre de ir siempre con la boina puesta muchos de ellos estén calvos. Lo que te hace cumplir una norma es su racionalidad. Y la razón, no el interés o el capricho, debe suministrar argumentos universales, válidos para todos.

Recuerdo que una vez presenté esto ante un grupo de profesores como el argumento que justificaba el que los alumnos no fueran con gorra a clase y como lo que había que decirles para convencerlos. Algunos profesores ponían cara de extrañeza y otros claramente se reían. Participaban de la idea de que las llamadas normas de educación son como caprichos establecidos que hay que cumplir de manera más o menos ciega y automática. Esto es muy pernicioso. Cada norma debe tener detrás una razón que haga ver la necesidad de cumplirla. Si no es así, hay que buscarla y, si no se encuentra, no hay por qué cumplirla. No somos marionetas cumplidoras de normas, sino seres humanos que debemos actuar racional y libremente.

  1. No acabo de entender que quienes se empeñan en defender que en la escuela pública se den clases de religión se permitan el lujo de opinar que las alumnas no deben usar el velo. Creo que quien piense así muestra un extraño perfil intelectual y una dosis de hipocresía que lo hacen peligroso para la convivencia en la sociedad.

  2. Pero esta es mi opinión, que sigue en proceso de búsqueda de elementos que la perfilen un poco más. No sé si tú querrías decir algo.

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miércoles, 21 de abril de 2010

Moderno


Quería ser moderno, así que me teñí unas mechas en el pelo y me dejé una discreta crestecita en el centro de la cabeza, me hice un par de tatuajes en los brazos y otro en la pierna, me puse un pendiente en la oreja y me incrusté un piercing en la ceja. Me puse una camiseta con dibujos potentes y unos pantalones vaqueros rotos y con varios bolsillos bien marcados. Una chupa que simulaba ser de piel vieja, unas gafas de sol pegadas a la cara y unas deportivas bastante grandes completaban mi atuendo. Me parecía que, más que moderno, era casi contemporáneo.

Cuando ya había interiorizado mi nuevo atuendo y lo llevaba con naturalidad, me encontré por la calle a un viejo conocido, al que había dejado de tratar porque era un odioso y un creído, y el muy imbécil me soltó:

“Has variado mucho de look, pero no has logrado quitarte la expresión de estúpido de tu cara ni cambiar tus modales ordinarios.”

Pensé que hay gente que tiene muy mala leche y que debería callarse para no hacer daño.


martes, 20 de abril de 2010

Incompetencia / 2

Foto tomada del diario El País

Pero la favorita de la condesa lideresa y anglófila confesa ha organizado en su departamento otra manifestación de manifiesta incompetencia. Quieren promocionar los colegios e institutos bilingües. Basta con que en ellos se den dos asignaturas en inglés, pero a eso lo llaman bilingües. Cuesta el proyecto unos 13 millones de euros, pero en propaganda, en época de restricciones de todo tipo en educación, se han gastado casi 2 millones de euros. Aún no he oído a nadie de la oposición que haya puesto el grito en el cielo ni en la mesa protestando por tal disparate.

El caso es que el eslogan que usan en la propaganda es una parodia del Yes, we can, de Obama. En este caso es Yes, we want. El caso es que esta es una frase mal construida en inglés, puesto que el verbo exige la compañía de un complemento directo para que la sintaxis funcione. De manera que para fomentar el estudio del inglés, tampoco tienen inconveniente en emplear una frase mal construida, incorrecta. También da igual. Lo importante es el fin que se pretende conseguir. Los medios empleados no importan. Neoliberalismo por todas partes. Gente tragando disparates por doquier. La incompetencia sentada en el sillón del poder. La mediocridad dirigiendo los destinos de los ciudadanos. La anestesia contaminando el aire que respiramos y las ideas que consumimos. Nadie ha pedido disculpas por el uso del dinero público para estos disparates. Seguimos tragando.

lunes, 19 de abril de 2010

Incompetencia / 1


La condesa, esa que va de lideresa y que se pone tan tiesa para gobernar la res publica de Madrid, no está teniendo últimamente mucha suerte con la corte de yernos y nueras de la que se rodea para ejercer lamentablemente su oficio de regir los destinos de los que ella trata como a sus súbditos. Entre espías, gürtelistas, dimisiones y disparates surtidos, la cosa está como está desde hace tiempo, sin que la clientela se dé cuenta de cómo le viene la tormenta.

Una de sus nueras, quizás su favorita, encargada de los asuntos de la Educación, tiene el reciente honor de haber generado en su Departamento dos sucesos dignos de mención y de los que queremos dejar aquí constancia.

El primero se refiere al invento de la Prueba de Conocimientos y Destrezas Indispensables, un examen voluntario para los alumnos de 3º de ESO, sin validez académica, pero que quieren que se incluya en sus respectivos expedientes y con el que generan luego una clasificación de los Centros, que terminan publicando. Si un año vienen alumnos más aptos, el Centro sube. Si al año siguiente vienen menos aptos, el Centro baja.

Es como si no se fiaran de las calificaciones que ponen los profesores en el desarrollo normal del curso y tuvieran que diseñar una prueba mucho mejor, más objetiva y más reveladora de los conocimientos de los alumnos. Debe ser por eso que este año han propuesto en la parte de matemáticas el siguiente problema:

“Andrea abre un libro y observa que la suma de los números de
las dos páginas que tiene delante es 99. ¿Cuáles son esos números?”

Cualquiera puede comprobar que este es un problema perfecto para ver si un alumno es espabilado o no y mucho más idóneo que los que ponen en clase los profes habituales. Por lo demás, es sencillo de resolver. Si sumamos el número de la página x más el de la siguiente, que será x+1, tiene que salir 99. Por tanto, una página será la 49 y la otra la 50, que son los números que dice el enunciado que ve Andrea cuando abre su libro.

Pues si tomas cualquier libro, amigo lector, e intentas abrirlo de forma que, como Andrea, observes esas páginas, comprobarás que no, que es imposible. Cualquiera que tenga contacto frecuente con los libros sabe que, en uno abierto, las páginas de la izquierda son siempre pares, mientras que las de la derecha son impares. Bueno, cualquiera, menos los sesudos y desconocidos profesores de la Comunidad de Madrid que se prestan a elaborar estos magníficos exámenes, que no se fijan en esas cosas, quizás por una deficiente formación en lectura comprensiva, o por poco celo en el ejercicio de su misión o, no quiero ni pensarlo, por haber extendido su neoliberal lema de “Todo vale” al campo de la enseñanza. No deseo imaginar que hayan considerado que qué más da lo que vea Andrea, que lo importante es el fin -o sea, llegar a “49 y 50”- y que los medios o las circunstancias son lo de menos. Y no han pedido disculpas. Les da igual. No tienen sentido del ridículo. Toman a los ciudadanos por tontos sin darse cuenta de que son ellos los que hacen las tonterías. Si no fuera porque me dan temas para escribir estas notas, deberían dimitir.

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jueves, 15 de abril de 2010

Encierro

Foto: Diario El País.

Ya lo dije una vez aquí: se están colando. Están resucitando al compás de una sociedad que va muriendo de indiferencia, de ignorancia, de indolencia y de sobredosis de anestesia tecnológica. A estas alturas de la historia hay que volver a encerrarse contra el franquismo, contra las fuerzas de la caverna que estaban agazapadas bajo el manto de la transición.

Nunca me cayó simpático el juez Garzón, pero lo que está en juego ahora no es la simpatía o las cualidades personales de nadie, sino una idea de sociedad, de justicia y de convivencia.

Hay dos incógnitas que despejar: el futuro del juez Garzón y el futuro de la justicia en España. Hoy, el juez Garzón es una víctima y mi conciencia me pide solidaridad con él. La justicia en España lleva ya un tiempo en una cierta caída libre cuyas consecuencias ignoro, pero que ni de lejos parecen positivas.

Página de solidaridad en Facebook.



miércoles, 14 de abril de 2010

No es momento de huir


Querido ser humano que me lees:

Si sigues la situación política española, puede que sientas asco, o quizás indiferencia, o puede que miedo. Antes de que tomes una determinación, no olvides que lo que está en realidad en peligro es la democracia, no el gobierno de un partido o de otro. Se está llevando a cabo un atentado blanco contra la democracia. Sin disparos, sin violencias declaradas, a través de la legalidad vigente, los que quieren por encima de todo gobernar para satisfacer sus intereses están al acecho. No abandones la situación, a menos que quieras que ceda la democracia. La situación me parece que es peor de lo que parece. No es momento de huir.

lunes, 12 de abril de 2010

Individualismo


El individualista no valora la libertad, sino que la adora. Cuando alguien le habla de los demás, de propuestas sociales o colectivas, se le encienden las luces rojas de las entrañas, invoca su inquebrantable fe liberal, se abraza a su necesidad de poder hacer lo que le venga en gana y le reza a su dios político para que castigue a quienes osan poner la igualdad por encima de la libertad. Este dios liberal predica e intenta hacer también lo que le da la gana, lo que más le conviene, y sabe que hay muchos fieles que le profesan una interesada adoración sin medida. El problema de esos fieles es que no se dan cuenta de que el liberalismo es piramidal y que el que está arriba, sea en el escalón que sea, siempre hace lo que le da la gana a costa de los que están abajo, a los cuales explota y oprime. Y los que están muy arriba temen, además, la eventual rebelión de los que están abajo, que pueden decidir en algún momento poner a otro, cuando su fe les lleve a imaginar que este otro les va a permitir ejercer más libertad que el anterior. Son incapaces de ver cumplida la fe que profesan y juegan entre ellos y con nosotros basándose en la explotación y en el miedo.

De Un mundo mejor


Para hacer un abrigo de piel se necesitan 120 crías.

viernes, 9 de abril de 2010

Venga



El periódico lo compro todas las mañanas en una papelería que está en el camino desde mi casa al autobús. Me suele atender un señor que a veces se pone a desayunar en la propia papelería a las horas punta, pero que es muy amable. Suele despedirme con la expresión “Que tenga un buen día”, que a mí me sabe más a expresión atenta que a rutina.

Pero de vez en cuando, en su lugar está un tipo estéticamente desagradable, que grita más que habla y que se expresa como si quisiera dar a entender al mundo que allí manda él, más incluso que el pobre cliente que entra allí con toda la prisa metida en el cuerpo. Un día, no hace mucho, cuando le pagué el periódico y le dije “Adiós, buenos días”, por toda contestación me soltó “Venga”.

No trago esta dichosa expresión. Ni la entiendo ni me parece que tenga la menor dosis de elegancia. Parece una orden, o la sugerencia de que te quites pronto de en medio porque hay otras muchas cosas que hacer. En todo caso, la considero como una muestra más de la cada vez mayor ausencia de significado en el uso del lenguaje en la vida cotidiana.

Me explico. Creo que crece esa manera de vivir que consiste en decir y hacer cosas sin ser conscientes de lo que se dice o lo que se hace. Por ejemplo, saludar significa desear salud a quien te encuentras o querer que tenga un buen día o, al menos, tener un detalle cariñoso con esa persona. No sé cuál será el significado de “Venga”. No es el único caso. Todos los elementos positivos y agradables que tiene la realidad quedan subsumidos hoy en la expresión “Qué guay”, que sabe Dios (o no) qué significará de manera concreta. Al igual que “mola”, o “es lo más”, o la manía de calificar cualquier pequeña subida de tono en alguna cualidad como “super, mega, hiper”. Cuando tal subida sea verdaderamente significativa, no sé qué expresión se usará para designarla. Por no hablar de la funesta manía de soltar expresiones en las que falta el sujeto o el verbo o cualquier otro elemento que contribuya a expresar el significado.

Ojalá me equivoque, pero me parece que vamos volviendo de prisa a la era del gruñido, a la forma sin contenido, a la apariencia vacía, a la nada rellena de ruido.

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jueves, 8 de abril de 2010

Sé tú


Si quieres impresionar, huye de lo impersonal. No uses lo que se lleva porque se lleve. Ni pienses lo que se piensa porque se piense. Desarrolla la creatividad, fomenta la crítica razonada, nunca la caprichosa ni la absurda. Acostúmbrate a ponerte en el lugar del otro antes de hablar o de actuar. No te olvides de que a pesar de las diferencias, todos somos iguales, tenemos los mismos derechos y debemos dar y recibir el mismo trato. Aprende a valorar los riesgos y no renuncies a ellos de antemano. No confundas lo que tiene gracia con lo que no tiene ninguna. Descubre la importancia de los pequeños detalles. Convéncete de que una sonrisa tuya le puede cambiar la vida a una persona durante no se sabe cuánto tiempo. Sé cariñoso. Sé cariñosa. Si a alguna persona no le gusta que seas así, no lo seas con ella, pero no dejes nunca de ser cariñoso ni cariñosa. Si necesitas algo, dalo tú antes. Sé generoso y tolerante mientras no te saquen de los límites de lo razonable. No mientas. Que tener información sea importante para ti. Cuídate para estar en las mejores condiciones posibles para hacer algo por los demás. No molestes nunca. Intenta preguntarte siempre el por qué de todo, aunque tengas que conformarte muchas veces con un porque … Valora la sencillez y la claridad. No te refugies en las paredes, que suelen estar sucias e invitan a descansar. Participa en todo. Reflexiona sobre lo vivido. Huye de los prejuicios. No te adocenes. Sé tú.

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miércoles, 7 de abril de 2010

Justicia


Excelentísimo señor presunto delincuente:

Le agradezco mucho que tanto usted como el Ilustrísimo señor juez que le atiende me hayan hecho ver con claridad que la justicia no es ni el ideal de una organización de la sociedad ni el procedimiento para que resplandezca el bien y sea perseguido y eliminado el mal. Por el contrario, me han convencido ustedes de que es un entramado legislativo en el que cae el pardillo que no sabe dónde están los agujeros. En cambio, el que conoce los resquicios, las fisuras y los coladeros entra por ellos con el beneplácito de algún profesional de la cosa, de esos que están siempre propicios a ejercer una diestra liberalidad.

Ni ustedes dos creen en la justicia. ¿Cómo quieren que creamos los demás? ¿Nos toman por tontos?

Ojalá la vida me mantenga siempre lejos de su justicia.

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martes, 6 de abril de 2010

Superior / Inferior


El superior nunca piensa ni se preocupa por si es superior o no. Sólo el que es inferior está siempre dándole vueltas a su ansiada y supuesta superioridad.


domingo, 4 de abril de 2010

Músicas sagradas

No todo lo sagrado es religioso.

No toda la música sagrada es música religiosa,

aunque hay músicas religiosas que sí son sagradas.


sábado, 3 de abril de 2010

Músicas sagradas

No todo lo sagrado es religioso.

No toda la música sagrada es música religiosa,

aunque hay músicas religiosas que sí son sagradas.



viernes, 2 de abril de 2010

Músicas sagradas

No todo lo sagrado es religioso.

No toda la música sagrada es música religiosa,

aunque hay músicas religiosas que sí son sagradas.


jueves, 1 de abril de 2010

Músicas sagradas

No todo lo sagrado es religioso.

No toda la música sagrada es música religiosa,

aunque hay músicas religiosas que sí son sagradas.