El problema fundamental de la vida es un problema ético.
¿Cómo actuar hoy para crear un mundo más humano?
¿Cómo actuar de manera humana para crear un mundo mejor?
Entre otras cosas de indudable interés,
hay dos cosas que no deberíamos perder nunca, porque arrastran con
ellas muchas otras. Son el tiempo y el sentido del ridículo.
Debemos tener preparada una buena
colección de ideas, recuerdos o proyectos agradables para cuando lo
negativo se cuele en la mente, poder expulsarlo y sustituirlo
rápidamente.
Hay que hacer el esfuerzo de cada día, de cada momento. Tenemos que instalarnos la alegría en la vida. Tenemos que recobrar las ganas de vivir humanamente. Hay que mirar el sufrimiento. Hay que mirarlo mucho, pero también hay que mirar el cielo azul, los ojos de quienes nos quieren, la naturaleza que nos aloja. Tenemos que fijarnos en los abrazos que nos dan, en los besos que nos hablan. Tenemos que contemplar con agradecimiento a los amigos y a las amigas que nos quieren, a quienes se preocupan por nosotros, a cualquiera que nos pueda facilitar la respiración profunda. Esto no es un valle de lágrimas. Tampoco es un paraíso. Esto es la vida, con sus luces y con sus sombras, pero no vale quedarse ni en las luces ni en las sombras. Buenas noches. Besos y abrazos.