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sábado, 26 de abril de 2014

Buenas noches. Sensibilidad




Ser sensible es una de las cosas más difíciles de conseguir y también una de las que te generan mayor sufrimiento. En todo caso, merece la pena. Buenas noches.

lunes, 14 de octubre de 2013

Buenas noches. Sensibilidad





Me parece ver en la sociedad un grave problema de sensibilidad. Sin sensibilidad, esto es, sin ser capaces de ver lo que miramos, sin poder captar lo que está pasando, nunca habrá posibilidad de defendernos ni de cambiar este mundo a mejor.

La sensibilidad se puede adormecer y se puede despertar. Se adormece con el hábito de pasar el tiempo con divertimentos. El bar, la televisión, el fútbol son, en el fondo, evasiones que nos apartan de los verdaderos problemas por los que pasamos. Por eso tienen tanto éxito, aunque hagan tanto daño. Cuando las situaciones laborales y sociales son duras, se comprende que uno tenga que evadirse un rato y descansar. Pero si este descanso se hace sólo con medios adormecedores, el precio que pagamos es muy alto, demasiado alto. Si pasan unos días y no eres capaz de asustarte con lo que está pasando, es posible que el adormecimiento se haya apoderado ya de ti. Entonces, deberías reaccionar.

¿Y cómo despertar la sensibilidad? Pues esto exige una postura activa, muy distinta de la sentarse pasivamente a ver la televisión. Se trata de buscar información fiable -que la hay- en medios escritos o en radios y no fiarse nunca de lo que aparece en los telediarios. Se trata también de leer, de fomentar la curiosidad por todo lo que pueda aclararnos lo que significa ser persona, por los derechos humanos, por los problemas de los ciudadanos. Hablando con gente interesante se aprende mucho, pero hay que salir a buscarla. Gente buena hay en cualquier sitio. Internet puede ser también un buen lugar para encontrarla. Poner en duda lo que uno sabe y lo que uno cree nos mantiene también abiertos al aprendizaje de lo nuevo. Nunca hay que conformarse con lo que se sabe, porque, por mucho que sea, siempre será poco y siempre revisable.

Si lográsemos un mayor grado de sensibilidad, si nada de lo humano nos fuera ajeno, quizás los poderosos y los ricos se llevarían alguna sorpresa. Buenas noches.

viernes, 14 de junio de 2013

Buenas noches. Sensibilidad 4





Nos hacemos sensibles cuando descubrimos la existencia de las otras personas y nuestra relación con ellas. La gran pregunta de la moral es ¿cómo debe ser nuestra relación con las otras personas?

Uno de los criterios que tendríamos que aplicar antes de efectuar alguna acción es el de ver las consecuencias que esa acción puede tener para las otras personas. ¿Va a molestar a alguien lo que quiero hacer? ¿Se va a sentir alguien perjudicado con mi acción? ¿Es justo lo que quiero realizar? Este criterio no es innato a nosotros. Es algo que tenemos que aprender y que se llama prudencia. La prudencia sólo se aprende o a través de la experiencia propia o preguntando a personas que hayan aprendido a ser prudentes. Nunca se termina de aprender a ser prudente, pero si no se empieza a serlo, ocurre eso que tantas veces ha aparecido aquí en internet, que a un jarrón roto le puedes pedir perdón por haberlo destrozado, pero ya no se puede recomponer.

Normalmente el amor tiene consecuencias positivas para los demás, así que es mejor que ames. La nube de cariño que formamos cada noche, que no falte hoy. Buenas noches.

jueves, 13 de junio de 2013

Buenas noches. Sensibilidad 3





No puede haber un ser humano, si no tiene sensibilidad. Foméntala. Hazla crecer en ti. Mira a tu alrededor. Analiza lo que ves. Presta atención a las personas. Elige un grupo variado de personas procurando que tengan aspectos bien diferentes. Fíjate en el calzado que usan, en los adornos que llevan o no llevan, en el cuidado de su cabello, en su indumentaria, en la higiene que se les adivina o que se les nota, en su mirada, en la sonrisa que muestran, si es que la muestran, en su posible amabilidad, en su forma de andar, de hablar, de reír o de pedir. Fíjate en todo lo que quieras de ellas y, luego, compáralo contigo. Es posible que eso te ayude a conocer mejor el mundo y a conocerte mejor a ti mismo o a ti misma.

Ojalá encuentres cariño en estas operaciones. Tanto si lo encuentras como sino, no te olvides de que un ser humano que no da cariño no actúa como un ser humano pleno. Reparte todo lo bueno que llevas dentro entre tu gente querida, recobra la sensación de un mundo agradable y duerme todo lo bien que puedas. Buenas noches.

lunes, 10 de junio de 2013

Buenas noches. Sensibilidad 2





Una manera eficaz de adquirir y de mantener un buen nivel de sensibilidad es la de adoptar la costumbre de ponerse en el lugar del otro, lo que se denomina tener empatía. Digo acostumbrarse porque mucho de lo que somos se debe a nuestras costumbres y porque por hacer algo una vez no podemos afirmar que eso pertenezca a nuestra forma de ser. Poniéndonos en el lugar del otro, podremos anticipar cómo se podrá sentir la otra persona cuando hagamos lo que queremos hacer, lo cual debe ser un criterio a tener en cuenta para decidir nuestra acción.

Además de esta empatía, creo que convendría que nos preguntáramos qué pasaría si todos quisieran hacer lo mismo que nosotros queremos hacer. Por ejemplo, ayer bajaba yo andando por la acera de la Cuesta de San Vicente, en Madrid, la que va desde la Plaza de España a la estación de Príncipe Pío. Al mismo tiempo lo hacían cuatro ciclistas, también por la acera y a la velocidad que la gravedad les empujaba a hacerlo, o sea, a toda pastilla. Si yo me hubiese desviado un poco de mi trayectoria recta de bajada, me hubiesen atropellado. Ni siquiera iban en fila, sino por donde sus veloces neuronas les indicaban, es decir, por donde les daba la gana. No hacían ningún ruido, con lo que no se les oía. Simplemente, mirabas hacia la acera de enfrente y te salía de detrás un individuo montado en un velocípedo que daba la impresión de que tenía prisa por llegar a su ansiado destino. La pregunta es ¿qué le pasaría a un peatón si a todos los demás les diera por bajar en bicicleta a toda velocidad por la acera de la Cuesta de San Vicente? ¿Sobreviviría?

La conclusión me parece clara. Si lo que yo quiero hacer no lo deberían poder hacer todos los demás, entonces yo no debo hacerlo.

Creo que pensar en estas cosas y con estos criterios nos hace más cuidadosos y más sensibles.

Lo que sí podemos hacer todos es querernos. No dejes pasar esta noche sin derrochar cariño. La nube se está formando ya. Buenas noches.

domingo, 9 de junio de 2013

Buenas noches. Sensibilidad 1




Tener buenos sentimientos y expresarlos es bueno, sano y muy humano. Pero creo que no podemos quedarnos sólo en los sentimientos. Eso es lo que quiere el poder que oprime. Además, tenemos que pensar. Esto es lo que no quiere el poder que oprime. Y para pensar, lo primero que hay que hacer es cuidar, cultivar nuestra sensibilidad. Sin sensibilidad, sin que notemos lo que pasa a nuestro alrededor, lo que hay y lo que nos pasa, ni podemos pensar ni podemos hacer otra cosa más que tragar con lo que quiera el poder que oprime.

Para cuidar nuestra sensibilidad creo que hay que empezar teniendo mucho cuidado con las grandes palabras. Son muy tramposas. Por ejemplo, hay quien habla de libertad, de la importancia de la libertad y de la necesidad de la libertad. Luego, vas por la calle, y en nombre de la libertad, el primer zopenco que aparece te pone los pies en el asiento del bus, te molesta de múltiples manera, te hace una pintada debajo de tu ventana, lanza un eructo o se mea en una maceta. ¿Para qué sirve esa libertad? Para dormirnos, para llenarnos el cerebro de arena, para cegar nuestros ojos. Si queremos analizar lo que ocurre, tenemos que ir a lo concreto. No a la libertad, sí a las libertades. Eso ya le duele al poder opresor. Si miramos cómo está, no 'la' libertad, sino la libertad de expresión, la libertad de hacer con tu cuerpo lo que quieras, la libertad real de elección de una educación para los hijos, la libertad de las mujeres, la libertad cultural, la libertad artística, etc., entonces nos vamos haciendo sensibles a lo que ocurre y vamos tomando conciencia de lo que en realidad -y no sólo en palabras- ocurre.

Descansa bien esta noche, porque mañana deberíamos ponernos a sensibilizarnos, una libertad que no nos pueden quitar -espero- es la de crear nubes de cariño que nos reconforten y nos saquen de dentro una sonrisa de paz. Buenas noches.

miércoles, 15 de mayo de 2013

Buenos días. Sensibilidad





Me ocurre a mí, pero estoy seguro de que no soy el único. Estoy perdiendo sensibilidad para la vida. Hay veces que no miro y, si miro, hay veces que no veo lo que pasa. Y si no lo veo, no me entero. Pasan cerca de mí muchas cosas, pero yo no sé nada de la mayoría de ellas. O no oigo nada o no escucho lo que oigo. Siempre creí que había dos tipos de olfato. Uno, el sensible, para oler las flores y las cosas podridas, y otro, el intelectual, para captar a la buena gente y a los corruptos. El caso es que huelo cada vez peor. Del gusto ando fatal: con el tiempo me gusta menos todo. Lo que toco suele resultar diferente de lo que yo pensaba. El sentido del dolor sólo funciona conmigo. Cada vez me es más ajeno el dolor de los demás. El sentido común se va volviendo ausente, raro, peculiar. Me estoy volviendo insensible, como si fuera un trozo de corcho con apariencia humana.

Intento no perder la sensibilidad, pero la fuerza de este mundo, de esta sociedad, es grande y noto que me va comiendo por dentro, que me está adocenando, que me está restando personalidad y que mi humanidad se resiente. Tendré que tomarme en serio esto de la sensibilidad, porque en realidad es la puerta que me abre al mundo. Espero que a ti no te ocurra, pero si no es así, tendrías que reaccionar. Sin sensibilidad, ni nos enteramos de nada ni sabremos lo que hay que hacer.

Un buen ejercicio es acordarse de las personas que queremos, de cómo estarán, de cómo lo estarán pasando, de qué pueden necesitar. En realidad, mandarles cariño hay veces que no es suficiente. Es posible que necesiten algo más. Buenos días.



lunes, 8 de abril de 2013

Buenas noches. Sensibilidad




Procura no perder la sensibilidad, esa capacidad para captar lo que hay cuando miras el mundo y de vibrar cuando alguien a tu lado sufre o está rebosante de alegría. No sólo no la pierdas, sino que, si es posible, acreciéntala. La sensibilidad es la puerta de la vida. Si la cierras, te secarás en vida y se te pondrá cara de vegetal. Muchas veces no podemos entender lo que pasa, porque la vida es muy compleja y la razón no siempre da de sí lo necesario, pero, por lo menos, intenta sentir de la forma que sea lo que ocurre. No te digo que te quedes en el mero sentimiento, esa nefasta actitud con la que durante la dictadura se pretendía que la gente no pensara. Hay que sentir y procurar, luego, entender lo que se siente, pero si no sientes, si la sensibilidad no te hace despertar, por mucho que pienses no te vas a enterar de nada.

Los momentos previos al sueño son buenos para sentir, para recordar tus afectos por las personas a las que quieres. Dale rienda suelta, entonces, a tu cariño y reparte toda la energía positiva que te salga del alma. Crea en el cielo de tu vida esa nube primaveral que reparta pétalos de cariño entre los seres queridos. Y luego, respira hondo, suavemente, plácidamente y olvídate por unas horas de que existes. Buenas noches.

miércoles, 27 de marzo de 2013

Buenos días. Sensibilidad

No es nada sencillo conseguirlo, pero creo que hay que procurar que crezca y que se desarrolle nuestra sensibilidad. Sin sensibilidad no nos damos cuenta de nada de lo que pasa ni de nada de lo que les pasa a las personas que están a nuestro lado. Quizás la mejor manera para lograrlo sea acostumbrarse a ponernos en el lugar de la otra persona, intentando sentir como ella, procurando entender por qué piensa como piensa, adivinando cómo le podrán sentar nuestros actos. Buenos y sensibles días.

sábado, 3 de septiembre de 2011

Cáncer de mama

Acabo de conocer a una persona que necesita ayuda. Ha escrito su caso en Facebook y lo transcribo aquí. Se llama Isabel G. Jiménez y su dirección es http://facebook.com/IsabelGJi . Esto es lo que cuenta:


Mi madre tiene un cáncer de mama. Le hicieron una mamo hace unos 6 o 7 meses de la que no se nos transmitieron los resultados. Desde Julio en que se palpa un bultito, querían darle una cita para Noviembre con la Unidad de Mama del Hospital Virgen de la Victoria. Conseguí a primeros de agosto que le viesen el nódulo mamario en urgencias, cosa a la que se negaron sin darme ninguna solución más que esperar la cita con especialista. Lo conseguí de mi bolsillo pagando una eco y la doctora me envió a urgencias. Decidieron hacer una biopsia, no sin tenerme que poner a exigir los derechos de mi madre. Desde el principio con sólo la eco y la exploración sabían que era cáncer de mama. Así me lo hicieron saber los médicos que la atienden en urgencias. Cualquiera sabe que los resultados de la biopsia se obtienen en pocos días. Para la Biopsia ella tuvo que ser hospitalizada previamente y estuvo en el hospital desde el día 3 de agosto al 14 por alto riesgo de trombosis de sus prótesis coronarias. La biopsia se la hicieron el día 8. El comité médico no se ha reunido hasta el viernes 26 de agosto para tratar su caso. Hoy día 2 de septiembre hemos estado en consulta donde se nos ha dicho algo que ya sabíamos, hay que quitar el tumor y ganglios de la axila, biopsiarlos y después se verán los tratamientos Piden el consentimiento firmado y con él me mandan a lista de esperas. Allí me dicen que quirófanos ya no hay en este mes. Porque tienen tres cirujanos de mama y dos días de quirófano en septiembre. En Octubre poco más. Me fui a la Doctora que nos atendió y le dije si realmente lo de mi madre podía esperar. Sólo me enseñó en el ordenador la lista enorme de pacientes que había y eso sí me dijo que algunas tenían 30 años y otras, 40.

A ver si puedo movilizar conciencias

jueves, 2 de junio de 2011

Índices del estilo de vida



Hay algunos detalles muy significativos del estilo de vida que llevamos. Por ejemplo, si solemos estar alegres o no, si nuestra sensibilidad aumenta o disminuye, si tenemos ganas de mostrarnos cariñosos o no con la gente, si preferimos hacer algo o no hacer nada, si el tiempo nos pasa muy deprisa o muy despacio o si tenemos unas ganas tremendas de vivir o no.

lunes, 13 de septiembre de 2010

La actuación



Para hacer algo en el mundo contamos, en primer lugar, con la sensibilidad. Con ella obtenemos información de lo que pasa en la realidad exterior y también en la interior. Por ejemplo, con la sensibilidad yo veo en el bar un imponente plato de ensaladilla rusa y siento en mí un enorme deseo de dar cuenta de él. Sobre la sensibilidad puede actuar la voluntad, que es la que decide lo que se va a hacer, desde no hacer nada a comerte toda la ensaladilla porque te apetece. Y está también la razón, cuya misión es explicarle a la voluntad las circunstancias que rodean tu acción, las consecuencias para ti y para los demás y todos los elementos previos y posteriores que pueden intervenir en la elección que va a hacer tu voluntad.

Mi pregunta es muy general, pero creo que, a pesar de eso, puede ser contestada. En el mundo actual, ¿a qué le solemos dar más importancia a la hora de actuar, a la sensibilidad, a la voluntad o a la razón?

miércoles, 10 de marzo de 2010

La falta de sensibilidad


Leo y oigo los argumentos a favor de las corridas de toros. Se considera en ellos cualquier aspecto que interese al que los expone, pero raras veces se tiene en cuenta por quienes los exponen el sufrimiento del animal. Me aterra, me da miedo la falta de sensibilidad para el sufrimiento, para la tortura y para la crueldad y su utilización para conseguir cualquier fin, sea estético, político o económico. Esa falta de sensibilidad debe de ser la misma que se echa de menos cuando no se hace nada, por ejemplo, para acabar con el sufrimiento derivado de las situaciones de desigualdad que sufren las mujeres, o cuando se toleran o se mira para otro lado cuando sufren violencia física, laboral o psicológica. La falta de sensibilidad ante el sufrimiento y la muerte de un toro debe de ser también la misma que se hizo patente cuando montaron el episodio del Dr. Montes, en Leganés, poniendo otros intereses por encima del sufrimiento y la muerte de las personas. Fueron a lo suyo al precio que su falta de sensibilidad les permitió pagar. Da igual con los toros que con las personas. Cuando nada vale nada, para algunos vale todo. Da miedo.
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